martes, 5 de septiembre de 2017

“Yo no quiero irme ni me voy (del PRD)… Ustedes son los tránsfugas”, responde Pablo Gómez a Barrales

Alejandra Barrales, Beatriz Mojica y Silvano Aureoles en el Noveno Pleno Extraordinario del IX Consejo Nacional del PRD. Foto: Miguel Dimayuga

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Ante la afirmación que ayer hizo la presidenta nacional del PRD, Alejandra Barrales, de que “los que se quieran ir (del partido) que lo hagan de prisa”, Pablo Gómez le respondió que ese dicho no es más que un “síntoma de la crisis y descomposición” que vive ese instituto, además de que actúa al margen de su estatuto y que lo ha llevado por un camino que sólo responde a sus intereses personales.
A continuación se reproduce la carta de respuesta que el exlíder nacional del PRD, exlegislador y articulista de este este semanario difundió este lunes en distintos medios de comunicación:
“He leído sin la menor sorpresa que afirmaste ayer en el Consejo Nacional del PRD que ‘Los que se quieran ir, que se vayan…, que lo hagan de prisa…’. Es evidente que, entre otros, sin duda muchos miles de miembros del partido, te refieres a mí. Por ello, respondo a tus afirmaciones.
Eres la única persona que, al frente de un partido, tiene prisa de que se vayan sus militantes. Te importa menos que un bledo, por lo visto, las causas y contenido de las disidencias, ni se te observa interés alguno en discutir algún tema de relevancia. Perteneces auténticamente al sistema grupal faccioso que domina al partido y se caracteriza por su acrecentada intolerancia, ya que no son las ideas las que le importan sino sólo sus propios y exiguos intereses.
Apresurar a los disidentes a abandonar las filas de una organización política de afiliación voluntaria no puede ser más que síntoma de una crisis. Pero, que lo haga quien ostenta el cargo de presidenta nacional es un síntoma de descomposición. Sin embargo, el punto relevante es saber cómo y porqué ha llegado el PRD a la patética situación en la que se encuentra.
Las respuestas no vendrán de los actuales administradores del partido a quienes tú encabezas de manera incidental y por imposición externa. Vendrán de millones de ciudadanos y ciudadanas que hasta hace poco votaban por el PRD con el interés de promover un cambio democrático y social en el país, entre ellos quienes tú has llamado “lastres”.
La profundidad de la crisis de descomposición que sufre el PRD se debe a que éste ha dejado de ser una opción nacional, democrática y social, con cuya seña de identidad nació alguna vez hace poco más de 28 años.
El PRD no se encuentra ahora en la lucha política en la cual participó durante más de dos décadas. Se encuentra dentro del mercadeo político con el que se intercambian concesiones sin propósitos nacionales y populares.
El Consejo Nacional del PRD ha acordado buscar una alianza con el Partido Acción Nacional para ir en coalición durante las próximas elecciones de 2018. El último Congreso Nacional del partido, su máxima autoridad estatutaria, aprobó otra línea, la de la alianza con las izquierdas. Ustedes, por su propia cuenta, han decidido llevar al PRD por un camino del todo diferente.
Se nos acusa de apoyar a otro candidato. Pero el PRD no tiene ninguno, ¿por qué se habla de otro? Yo he propuesto la unidad de toda la izquierda y, además, que el partido apoye a una determinada persona porque sostengo que se trata del virtual candidato de las izquierdas, entendidas éstas como gran agregado popular y no sólo como grupos dirigentes. Tal es mi derecho como miembro del partido. Pero, por lo visto, carecer de candidato, precandidato o simple aspirante serio, les conduce a ustedes estar en la graciosa circunstancia de tener un no candidato. ¿Cuándo se ha votado en las filas perredistas que López Obrador no puede ser postulado por el partido? Lo que se votó en el más reciente Congreso fue no hacer una alianza electoral nacional con el PAN.
Ustedes sí que carecen de derecho para negociar una alianza con el PAN y para apoyar a un panista como candidato a presidente de la República, pues eso no está autorizado por el partido, sino que se encuentra precisamente descartado. Son ustedes quienes actúan al margen del Estatuto del PRD.
Al mismo tiempo, como parte de la descomposición del partido a la que ustedes han conducido, se encuentran hundidos, ahora más que nunca, en la ilegalidad. Debieron haber convocado a elecciones internas para realizarse a más tardar en el presente mes de septiembre. El Tribunal Electoral se los ha ordenado. Sin embargo, ayer convocaron para realizar los comicios internos dentro de más de un año, cuando los cargos que ostentan tendrán doce meses de haber caducado. Como se sabe, los puestos electivos en el PRD tienen una duración de tres años, los cuales se cumplirán el próximo 6 de octubre. Dentro de un mes, ustedes no sólo integrarán una dirección ilegítima, como ya lo son por estar contra el programa y la línea del partido, sino también serán una dirección legalmente inexistente, de facto; ingresarán en la galería de los autócratas.
La firma que llegaran a estampar en un acuerdo de alianza o coalición con el PAN sería nula de pleno derecho pues ustedes, los firmantes, carecerían de representación válida conforme a la legalidad.
Frente a tu dicho de que quienes quieran irse que se vayan, te respondo: yo no quiero irme ni me voy. Quienes deberían abandonar la dirección formal del partido son todos ustedes, los y las que transgreden el programa y la línea política, las y los tránsfugas de la izquierda que han votado en favor de una alianza electoral nacional con el PAN y buscan afanosamente respaldar a un candidato panista para que se convierta en otro Fox, en otro Calderón, un o una derechista neoliberal que sólo podría prometer al país más pobreza, estancamiento, atraso e injusticia.
Yo no me voy del PRD porque advierto contradictorio que quienes defienden el programa y la línea política del partido tengan que abandonar sus filas en lugar de que sean desplazados las y los actuales administradores, responsables de la profunda crisis de descomposición que lastimosamente sufre el Partido de la Revolución Democrática.
La crisis del PRD es en realidad la bancarrota política de sus representantes formales, de quienes administran pero no dirigen, de quienes mercan pero no luchan.
Tú no eres nadie para orillar a que me vaya ni para echarme del PRD. Ustedes son los tránsfugas”.

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