lunes, 9 de enero de 2017

Rinden homenaje a jóvenes que murieron en bloqueo por gasolinazo en Ixmiquilpan, Hidalgo

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Por Víctor Valera/ El Independiente de Hidalgo
Ixmiquilpan, Hidalgo.- Habitantes de Ixmiquilpan rindieron homenaje el sábado a los jóvenes Alan Giovani Gutiérrez y Fredy García, quienes murieron en el enfrentamiento del jueves 5 de enero, cuando policías federales intentaron liberar la carretera México-Laredo, la cual permanece bloqueada en protesta por el incremento a los precios de las gasolinas.

Al homenaje realizado sobre la carretera que hasta el domingo permanece bloqueada, llegaron habitantes de diferentes municipios vecinos, quienes también aportaron víveres para las personas que realizan la protesta contra el gasolinazo.
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Los inconformes narraron que la misa en honor de Alan fue en la iglesia de Dios Padre y una vez concluida los asistentes cantaron el himno nacional afuera del recinto.
Con el féretro y la bandera de México caminaron hacia el lugar donde fueron baleados los jóvenes. 
Sobre la carretera México- Laredo, habitantes de Ixmiquilpan mostraron una manta con letras rojas: “gobierno asesino, Alan y Fredy nuestros héroes”.
Por su parte, Fredy fue velado en Maguey Blanco, de donde es originario.
Crónica
En Ixmiquilpan surgió una consigna: los policías federales mataron a Alan Giovanni, originario de Dios Padre, y a Fredy García, de Maguey Blanco, quienes fallecieron durante el enfrentamiento del pasado 5 de enero.
En el corazón del Valle del Mezquital, la inconformidad contra el incremento del precio de las gasolinas cobró fuerza luego de la muerte de los dos jóvenes que participaron en el grupo de ciudadanos que replegó a más de 200 elementos de la Policía Federal, quienes intentaron liberar la carretera México-Laredo, la cual sigue bloqueada.
Sus habitantes cuentan que aquel jueves, los primeros en llegar fueron policías estatales, quienes se replegaron, pero luego arribaron los federales que al no contener a los manifestantes, dispararon armas de fuego contra los pobladores.
Así lo relatan durante la asamblea que reunió a 500 personas frente a la Comercial Mexicana. Ahí quedaron algunos toletes, escudos y cascos que dejaron los policías en su huida al ser superados en número. Al fondo, el viento mueve una bandera nacional.
Mujeres acercaban, a través de combis del transporte público, víveres, agua y tacos de sopa de fideo a las personas que refuerzan el núcleo del bloqueo.
Jóvenes ofrecen vasos de agua. Abastecen gasolina en municipios vecinos como Alfajayucan, Tasquillo y Cardonal, porque en Ixmiquilpan el desabasto es la constante. También vigilan que grupos de choque no cometan actos vandálicos.
La resistencia sigue. Los pobladores de Ixmiquilpan esperan que regresen los policías federales, quienes encontrarán un campo de batalla, en caso de que intenten otra vez desbloquear la carretera.
Una ciudad sitiada, tensa, crispada, a la espera de otro golpe: sin transporte público, cajeros automáticos sin dinero, centros comerciales cerrados. Incomunicada.
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Retenes, barricadas…
Después del enfrentamiento entre policías y pobladores, en Ixmiquilpan no había un solo uniformado federal, ni estatal. El helicóptero del gobierno de Hidalgo sobrevuela el municipio, cuando los cohetones explotan en la tarde calurosa. Después, el helicóptero huye.
Aún sale humo del cuartel de la Policía Federal. La barda de gruesos tubos derrumbada; hay un agujero en la pared de fuerte piedra. Curiosos jóvenes observan el interior de paredes quemadas, vidrios rotos. Algunos entran y sacan una computadora que se salvó del incendio.
Pasa un hombre encapuchado, con una bandera de México sobre sus espaldas. Los tripulantes de varias motocicletas vigilan las ruinas del cuartel de la policía federal y cuestionan a quienes toman fotografías: para qué, de dónde, porqué.
El bloqueo en Ixmiquilpan parece no alterar a los ancianos y mujeres que recorren la carretera con tal de cumplir sus actividades diarias. Otros, portan palos y permanecen al acecho.
En Dios Padre quedaron regadas las muestras de lo que fue el enfrentamiento entre los pobladores y los policías federales: camiones calcinados, el esqueleto metálico de una patrulla, una más volcada que también ardió, y la estructura quemada de otra más. En general, restos carbonizados, cenizas.
Los curiosos observan, discretos toman fotos, comentan en voz baja, tocan aquí y allá, se llevan algo y se van.
Antes de llegar a Dios Padre, cientos de tráileres quedaron varados sobre la carretera, lo que impide la circulación vehicular y solo motociclistas y personas a pie pueden sortearlos. Los choferes resignados esperan desde hace días, sus cargamentos de naranja fermentada.
Asfixiado el Valle del Mezquital
Desde la capital de Hidalgo no hay transporte público hacia el Valle del Mezquital. La central de autobuses de Actopan está cerrada. Aislados al menos seis municipios del estado.
Los bloqueos fueron colocados de manera estratégica, muy bien pensados. Hay tres formas para llegar a Ixmiquilpan: vía Actopan, otra por Tepatepec y una más que significa un gran rodeo por el Arco Norte.
Las tres opciones estaban bloqueadas. A la altura de Pastores, Ixmiquilpan; la carretera Actopan-Francisco I. Madero, donde rompieron las vigas de contención y las atravesaron sobre la carretera. Y otro bloqueo en Mixquiahuala.
Entonces, los automovilistas tenían que regresar, buscar veredas, caminos alternos, de terracería.
La carretera Actopan-Ixmiquilpan era un campo de barricadas y retenes. En el pavimento restos de llantas quemadas, fogatas, piedras e incluso, cargamentos de tierra depositados en medio del camino. Alrededor: Oxxos clausurados, reforzadas las ventanas con tablas. Uno, en Actopan, con los restos de un incendio.
La constante sobre la carretera: gasolineras acordonadas fuera de servicio y mantas que anuncian desabasto.
Estancado el tiempo, abandonado, el centro comercial de Actopan que fue saqueado permanece cerrado. Un señor ve los vidrios rotos de un cajero automático y luego contempla incrédulo el desorden de una tienda que debió ser de ropa, o artículos electrónicos.
En las plazas públicas y calles de los municipios del Valle del Mezquital queda la nerviosa calma después del bloqueo, de la confrontación, mientras que en Ixmiquilpan recobran fuerza para recibir otra vez a los federales.
Postura del gobierno
La semana pasada, en entrevista para el diario Reforma, el gobernador de Hidalgo, Omar Fayad, afirmó que los pobladores de Ixmiquilpan rompieron un pacto de diálogo que mantenían con autoridades federales y estatales para liberar la vía México-Laredo pacíficamente.
El funcionario expuso que, poco antes de que se desatara el enfrentamiento, pobladores y uniformados habían acordado retirarse. Empero, cuando advirtieron que los policías federales se replegaron, en lugar de marcharse, los manifestantes atacaron a los agentes.
“Nosotros fuimos muy condescendientes todo el tiempo, en diálogo. De hecho, cuando se dan las agresiones es porque violan ese momento de pacto que traíamos de diálogo.
“Dijeron: ‘bueno, si se comienzan a replegar, nosotros también nos comenzamos a quitar’, y cuando hicimos ese repliegue fue cuando se nos echaron encima. Estaba muy claro que no había intención de negociar nada”, señaló.
Comunicado del gobierno estatal emitido el domingo:

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