miércoles, 9 de marzo de 2016

Prohíbe alianzas Morena-CNTE Julio Hernández López

Astillero
Duarte, insostenible en Veracruz
Cálculos electorales priístas
Nuño, precandidato fusible
Prohíbe alianzas Morena-CNTE
Julio Hernández López
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RETOQUE EN EL SENADO. La senadora del PRD Luz María Berinstáin, ayer, en la sesión plenaria del Senado donde se votó una iniciativa que permite la participación de las fuerzas armadas de México en el ejercicio multinacional Tradewings 2016Foto José Antonio López
E
l gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa (JDO), es un lastre para el sistema político y, en particular, para los intereses priístas en la sucesión de esa entidad estratégica para la recolecta periódica de votos. El ex ayudante de Fidel Herrera Beltrán ha acumulado tal cantidad de yerros que por más artificios de mapachería que se realicen parece demasiado cuesta arriba para el tricolor aspirar al triunfo en la contienda por un periodo de mando de dos años, sobre todo tomando en cuenta que contra el PRI se ha levantado en tono retador y grandilocuente un ex priísta convertido al PAN, igualmente malévolo y manipulador, Miguel Ángel Yunes Linares.
Inequívocamente dañino para los intereses priístas, Duarte de Ochoa no es removido (por la vía legal o la de facto, alcanzable ésta mediante los mecanismos de coerción que históricamente se depositan en manos de quien vive en Los Pinos) debido a que no se desea colocar la cabeza del torpe mandatario en la bandeja electoral del PAN. Para evitar esa derivación hacia el adversario electoral, el PRI nacional ha buscado exacerbar la previa animadversión explícita de Héctor Yunes Landa, candidato a la gubernatura, contra JDO, con la esperanzade que la eventual caída de JDO pueda ser capitalizada por el priísta.
Manlio Fabio Beltrones tampoco tiene mayor aprecio por JDO. En septiembre de 2011, 35 cadáveres fueron depositados en la Glorieta de los Voladores de Papantla, en Boca del Río, y el gobernador de Veracruz esbozó lo que luego sería su tesis de que tales cosas suceden a quienes se portan mal, al minimizar los hechos y apresurarse a adjudicar antecedentes criminales a los muertos. Beltrones, entonces senador, dijo que no es fácil que más de una treintena de cadáveres sean depositados en una vía pública, a la luz del día, y con el conocimiento de todos, y que la justificación pueda ser que no es tan difícil ni tan malo porque se trataba de delincuentes.
En ese contexto, Los Pinos debe levantar o bajar el dedo pulgar en estos días para impulsar u obstruir la realización de un juicio político en el Congreso federal contra Duarte de Ochoa, acusado, como si no tuviera tantos otros expedientes oscuros en su contra, de no dar cuen- tas precisas por 15 mil 700 millones de pesos, según la Auditoría Superior de la Federación. La situación en Veracruz es ya insostenible. Los bandos criminales (los no oficiales y los oficiales) han sembrado muerte, terror e impunidad en la entidad y el saqueo de las arcas públicas es implacable. ¿Los cálculos electorales, priístas y sobre todo pinoleros, impulsarán a mantener o a deponer al gobernador indefendible?
Más que un candidato posible, pareciera que Aurelio Nuño Mayer fuera un precandidato fusible. Es decir, una pieza del tendido peñista colocada para soportar descargas excesivas e incluso fundirse, con tal de proteger el buen funcionamiento del sistema en general y, en particular, de algunas piezas o pieza que serían las verdaderamente consideradas por el mando central para sostener brillo y viabilidad futura.
Con esa predisposición tecnológica, AureNuMa le entra a todo, como fajador sin mañana, dispuesto a batirse obsesivamente para dar apariencia de que hay orden, mano dura, proyecto. Lo mismo se complace en anunciar despidos de profesores rebeldes ante la reforma administrativa de lo educativo que se asoma por rutina semanal a escuelas bajo control en las que posa tiernamente con educandos, en una presunta campaña de promoción personal que no ha prendido.
También se alista para uno de los grandes negocios del sexenio, los certificados de infraestructura educativa nacional (Cien), que le permitirán gastar miles de millones de pesos en la mejoría de planteles escolares, mediante una operación financiera que consigue fondos de la Bolsa Mexicana de Valores para privatizar el sistema educativo del país, deuda que técnicamente no es deuda pero que finalmente deberá ser pagada a los particulares que ahora están aportando tales fondos.
En esa caracterización del villano gozoso, el precandidato fusible montó ayer otra escena descriptiva del autoritarismo cerril que se enseñorea en las alturas del poder político mexicano. Según el secretario censor, es absolutamente reprobable que el partido Morena y su jefe máximo, Andrés Manuel López Obrador, realicen alianzas con profesores de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), núcleo muy importante de la CNTE, y hagan el compromiso político de que si ganan el control del Congreso de Oaxaca habrán de dar reversa a ciertas decisiones gubernamentales (una alianza, por lo demás, con reticencias, pues los profesores no apoyan plenamente al candidato de Morena a gobernador, pero decidieron participar en busca de curules, reservándose el derecho de diversificar su voto en cuanto a la gubernatura). En particular le parece sumamente irritante al secretario Nuño que se ofrezca la posibilidad de que el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (Ieepo) regrese a la situación anterior a las andanzas reformistas del peñismo.
Es significativo que el nuevo ensayo de intolerancia haya sido dirigido contra un partido y un virtual candidato presidencial en específico, pero marcas o apellidos son secundarios ante lo central, que es la pretensión de Nuño Mayer de condicionar y prohibir cierto tipo de posturas, ofertas o decisiones de partidos políticos. Si éstos no tienen la oportunidad de cambiar el orden de las cosas mediante resultados electorales, entonces no tendría sentido esa competencia en urnas, pues solamente cabría para los participantes contender para sostener ese orden de las cosas tal como está, definido por poderes que entonces serían dictatoriales. Un miembro del gabinete presidencial, secretario de educación pública, no debería, por ningún motivo, mezclar la noble tarea a su cargo con la metralla partidista o electoral, ejerciendo una retórica de granadero que, en este caso, solamente confirma que dicho político cumple el papel de fusible provocador. ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero

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