miércoles, 4 de noviembre de 2015

Compra la oligarquía la medalla Belisario Domínguez




Sin acuerdo unánime, dan la Belisario Domínguez al multimillonario Bailleres





Alberto Bailleres, empresario. Foto: Leonardo Garza


MÉXICO, DF (apro).- Alberto Bailleres, uno de los cinco hombres más ricos del país, dueño de mineras, aseguradoras, empresas petroleras, tiendas departamentales, de la Coca-Cola México, amigo de los presidentes en turno y generoso donador de recursos millonarios a las campañas del PRI, recibirá el próximo 12 de noviembre la medalla Belisario Domínguez, gracias a los votos de senadores del PRI, PAN y PVEM.
Legisladores del PRD y PT, junto con el panista Javier Corral, votaron en contra, con lo que por primera vez en los 61 años que se entrega esta condecoración, la decisión no se otorgó por unanimidad.
Se contabilizaron 65 votos a favor y 12 en contra.
Al priista Roberto Albores hijo le tocó presentar el dictamen a favor del multimillonario. Destacó que en casi cinco décadas, Bailleres convirtió al Grupo Bal “en un conglomerado, un imperio que vende 160 mil millones de pesos y genera 150 mil empleos”, presumió.
La panista Mariana Gómez del Campo fue más allá. Consideró que el empresario de 84 años de edad, “es un hombre de familia ejemplar” y resaltó su “apuesta por los jóvenes” al tiempo que recriminó a la izquierda por no reconocer la labor del empresario.
El coordinador petista, Manuel Bartlett, acusó al priista Emilio Gamboa, haber impuesto la candidatura de Bailleres, quién, dijo, “acumuló su gran fortuna a través de beneficiarse de las privatizaciones de empresas estratégicas y de los privilegios fiscales otorgados a los magnates del país”.
Layda Sansores, también del PT, reprochó la “manera de degradar al Senado” con esta decisión y propuso crear mejor la medalla “el borrego de oro, ya que lo que importa es la lana”.
El senador Mario Delgado aclaró que no descalifica la trayectoria del empresario nacido en el Distrito Federal pero si el premiar “a quien representa el sistema neoliberal, que ha generado más pobreza y desigualdad en el país”.
La respuesta del PRI no tardó en llegar. “Viven del rencor”, arengó el legislador David Penchyna.
Pero el panista Javier Corral, quien también dijo que no descalifica la trayectoria de Bailleres, consideró que no se le podía entregar esa distinción a un empresario en un momento de enormes desigualdades, cuando diez de los hombres más ricos del mundo, que son concesionarios de bienes y servicios públicos, concentran casi el 50 por ciento de la riqueza.
Y para rematar, el legislador Alejandro Encinas destacó lo contradictorio que resulta que el galardonado sea el dueño de Coca-Cola México, una de las empresas que presionó la semana pasada para que el Senado no redujera el impuesto a las bebidas azucaradas.
El viernes 30 de octubre, el dirigente de Morena, Andrés Manuel López Obrador venía venir la designación de Bailleres. En un mitin realizado en Mineral del Monte, Hidalgo fijó su posición:
“Sería una vergüenza y una afrenta histórica. Bailleres se ha hecho millonario al amparo de la mafia del poder, contaminando el entorno ecológico con sus empresas mineras, explotando a los trabajadores y saqueando al país. Los priistas meten en sus cochupos a los mártires y ofenden su memoria. Al rato van a querer darle la presea a Carlos Salinas”.
El presidente Enrique Peña entregará la medalla el próximo jueves 12.
El multimillonario Bailleres
Bailleres, economista de profesión es cabeza del Grupo Bal, que agrupa, entre otras empresas a Industrias Peñoles, El Palacio de Hierro, Femsa (distribuidora de los productos Coca Cola), los seguros GNP, además del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
De acuerdo con la revista Expansión, el empresario ocupa la posición 5 en el ranking de los 100 empresarios más importantes de México y su Grupo Bal está en el lugar 17 de las 500 empresas más importantes del país, con ventas por 135 mil 827 millones de pesos, y utilidades netas de 3mil 647 millones, según la misma publicación.
Según estimaciones de la revista Forbes su fortuna se calcula en 18 mil 200 millones de dólares, además de que ocupa el lugar 121 en la lista global de los más ricos.
La más reciente incursión de Bailleres en los negocios se dio en el codiciado mercado del petróleo.
El bloque 4 fue asignado al consorcio formado por la estadunidense Fieldwood Energy LLC y la mexicana Petrobal.
De acuerdo con información publicada en este portal por el reportero Carlos Acosta, la primera es propiedad de fondos de capital privado e inversionistas institucionales de Estados Unidos y la segunda, apenas creada a principios de este año es la empresa petrolera del Grupo Bal.
Según información de la agencia Reuters, Carlos Morales Gil, exdirector de Pemex Exploración y Producción de Pemex, se incorporó en febrero pasado como director general de Petrobal.
Es decir, información privilegiada al servicio de Alberto Bailleres, escribió Acosta.
La revista Proceso publicó en marzo de 1999, en su edición 1166 lo siguiente sobre la relación del ahora premiado con algunos presidentes de la república.
“Alberto Bailleres, ha sido un empresario de ligas estrechas con el poder político, con el que ha establecido una relación de favores mutuos. Por ejemplo, en los años setenta ayudó a Luis Echeverría en su campaña contra el Excélsior de Julio Scherer, diario al que acusaba de sostener una política catastrofista en contra de la libre empresa y de claros propósitos de acabar con nuestro sistema de libertades.
“Sus buenas relaciones con López Portillo y Miguel de la Madrid le permitieron gozar de privilegios, como condonaciones de adeudos fiscales, renegociación favorable de sus deudas y solución, también a su favor, de conflictos con sus trabajadores sindicalizados (Proceso 546).
“Más adelante, con Carlos Salinas, fue uno de los beneficiarios del proceso de privatización: Las paraestatales Unidad Industrial Torreón, Refractarios Hidalgo y Compañía Minera Cedros, así como un buen paquete de acciones de Bancomer, fueron para Bailleres.
“Aunque nada ha sido gratis. Bailleres fue uno de los más entusiastas entre los grandes empresarios que financiaron la campaña presidencial de Carlos Salinas de Gortari.
“Años después, sería uno de los célebres comensales que, reunidos en la casa de Antonio Ortiz Mena, en febrero de 1993, mostraron total disposición para aportar no menos de 75 millones de pesos, cada uno, para las campañas electorales del PRI”.

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