jueves, 27 de agosto de 2015

¿Qué dirá el Papa sobre los 43? Julio Hernández López

Astillero
 PRD: Agustín Basave, enfilado
 Martínez Neri, en San Lázaro
 A once meses de Iguala
 ¿Qué dirá el Papa sobre los 43?
Julio Hernández López
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ONCE MESES DESPUÉS, AÚN EXIGEN VERDAD Y JUSTICIA. Acompañados por miles de ciudadanos, familiares de los 43 estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa marcharon del Ángel de la Independencia a la Plaza de la Constitución, al cumplirse 11 meses de la agresión que sufrieron los alumnos en Iguala, GuerreroFoto Marco Pelázez
A
gustín Basave Benítez está enfilado a la sucesión de Carlos Navarrete en la presidencia del Partido de la Revolución Democrática. Al afiliarse ayer a esa organización, que en tiempos recientes ha ganado relevancia informativa más bien por las renuncias a ella, quien ha sido profesor y directivo de la Universidad Iberoamericana en su campus Santa Fe da indicios de que los principales factores decisorios del sol azteca (los jefes de las corrientes internas) le han allanado al camino, no para aceptarlo como externo, pero sí como miembro formal de ese partido en crisis, ya siendo un interno.
El retorno a la política ejecutiva del académico nacido en Monterrey el 21 de septiembre de 1958 tendrá cuando menos dos significados (si el próximo consejo nacional del PRD lo convierte en dirigente): por una parte, el evidente intento de corregir la perniciosa práctica de las corrientes como entes secuestradores del quehacer de ese partido y, en particular, como segunda consecuencia, la reducción del predominio de una de esas corrientes, Nueva Izquierda, comúnmente identificada por el hipocorístico de sus principales jefes y fundadores, Los Chuchos.
Sin embargo, las buenas intenciones que pudieran perfilarse con la llegada de Basave están obviamente condicionadas al margen real de operación que le dejen esos mismos grupos que hoy le empujan al poder partidista: Carlos Navarrete (quien le ofreció la posibilidad de ser su sucesor), Guadalupe Acosta Naranjo (uno de sus principales impulsores) y Héctor Bautista, en nombre de Alternativa Democrática Nacional (ADN). Y los frenos y condiciones que imponga la fuerza estructural que conservan Jesús Ortega y Jesús Zambrano, tácticamente menos presentes en la coyuntura pero de ninguna manera marginados o en vías de exterminio político.
Ya se verá si, por ejemplo, Basave (a quien en unos meses publicarán en el extranjero un libro sobre la socialdemocracia) es capaz de impulsar acciones correctivas ejemplares contra perredistas relevantes de conductas corruptas, virtualmente delictivas. Y un punto importante de polémica y definiciones se dará en el terreno de las alianzas, pues es probable que quien fue priísta (miembro del equipo de Colosio en el PRI y en la campaña presidencial, después presidente de la Fundación Colosio), embajador en Irlanda durante el gobierno foxista, y candidato a diputado de la Coalición por el Bien de Todos en 2006, sea un activo impulsor de entendimientos electorales no sólo con el partido Morena sino, particularmente, con Acción Nacional en los comicios estatales venideros y en la elección presidencial de 2018, asumiendo que sólo mediante esos acuerdos PRD-PAN se podrá frenar la anunciada embestida del PRI en busca de continuidad al costo que sea.
En la Cámara de Diputados también se tejió parte de ese presunto nuevo deletreo perredista, el abecé de una presunta recomposición desde la base. No quedó Jesús Zambrano como coordinador de la bancada del sol azteca, como pretendía, aunque buscará una de las vicepresidencias de la mesa directiva de las sesiones en San Lázaro. Tampoco el ahora disidente de Los Chuchos, Guadalupe Acosta Naranjo, aunque éste se acomodó en la subcoordinación, con el oaxaqueño Francisco Martínez Neri como cabeza del grupo legislativo perredista. Éste fue rector de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca durante un periodo que incluyó el 2006 de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, cuando los micrófonos de Radio Universidad fueron ocupados de manera continua por el vigoroso movimiento, con la memorableDoctora Escopeta, Bertha Elena Muñoz Mier, como voz emblemática.
A un mes de cumplirse un año de la desaparición de 43 estudiantes en Guerrero, la indignación se mantiene y la exigencia de verdad y justicia sigue en alto. A pesar de la presunta instalación de una verdad histórica y de la diaria suma de hechos que conmocionan a la sociedad, no ha podido ser apagada la llama que demanda continuar las investigaciones sobre lo sucedido a los normalistas de Ayotzinapa y castigar a los responsables de acciones contra ellos y de encubrimiento institucional.
La marcha de ayer, del Ángel de la Independencia al Zócalo capitalino, insistió en la necesidad de que se ahonden las indagaciones respecto de lo sucedido el 26 de septiembre del año pasado. En particular, que militares que presenciaron parte de los hechos puedan hablar con libertad ante el grupo de expertos independientes que por acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos han estado en el país durante meses y han podido hablar con funcionarios y policías de distinto rango, e incluso otros militares, pero no 16 que hasta ahora han sido mantenidos fuera de todo escrutinio independiente.
La denuncia internacional también continuará, incluso con el envío de una comisión a Filadelfia, donde el papa Francisco estará en un encuentro mundial de familias durante varios días, entre ellos el del propio primer aniversario de la desaparición de 43 jóvenes mexicanos. ¿Dará el jefe máximo de la Iglesia católica un mensaje no sólo de misericordia, sino de apoyo y demanda justiciera? Recuérdese que el Vaticano y el gobierno de Peña Nieto no han podido acercar posiciones para programar una visita de Francisco a México, a pesar de que el ocupante de Los Pinos ha llegado a decir que un viaje papal estápróximo. El actual Papa ha producido discursos y señalamientos muy críticos, que han desconcertado a poderes no sólo externos sino de la propia estructura eclesial. Sería congruente que Francisco se pronunciara con claridad y energía respecto de la salvaje desaparición de esos estudiantes normalistas e incluso contra las prácticas de encubrimiento practicadas por las autoridades hasta ahora. En Francisco confiemos.
Y, mientras la provocación continúa, ahora con el alguacil de Maricopa, Arizona, Joe Arpaio (¿o Arpia-o?), orgullosamente especializado en actuar contra mexicanos indocumentados, anunciando que tratará de viajar a México, de ser posible acompañado por Donald Trump, para hablar sobre inmigración, ¡hasta mañana!
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