lunes, 7 de julio de 2014

Designaciones, no asambleas Julio Hernández López

Astillero
 Sin oposición de izquierda
 ‘‘Traiciones’’ de siempre
 Jalisco, confesiones grabadas
 Designaciones, no asambleas
Julio Hernández López
N
o hubo un solo referente de viable oposición de izquierda. El Partido de la Revolución Democrática sostuvo la pata de la vaca de las telecomunicaciones al gusto de Televisa y, cuando hubo llegado la hora del golpe final, jugó a no tener tanto pecado, así que Los Chuchos, con Jesús Zambrano en abierto cabildeo, forzaron al entreguista explícito, Mario Barbosa (inversionista político en proceso de separación de su anterior matriz chucha, ahora con deseos de crear su propia empresa), a que insólitamente votaran en contra del mismo dictamen con el que varios de ellos habían colaborado y al que gustosamente habrían avalado también algunos si se les hubiera autorizado el voto ‘‘libre’’. Un petista ‘‘lopezobradorista’’, Marco Antonio Blázquez, sí votó en favor de la llamada ley Peña-Televisa. Y, en todo caso, la defensa más intensa y congruente del interés nacional estuvo del lado de cierto segmento del Partido Acción Nacional, con varios senadores sufragando en contra y Javier Corral Jurado rebasando al sol azteca por la izquierda.
Son ya clásicas las claudicaciones y ‘‘traiciones’’ de quienes llegan a cargos de elección popular mediante el voto de segmentos de izquierda esperanzados en cambios por la vía institucional. Por más discursos, compromisos y expectativas que generan, la inmensa mayoría de esos izquierdistas empoderados (una excepción notable ha sido Andrés Manuel López Obrador) acaban sirviendo a los intereses que decían combatir. Una confirmación con visos trágicos se ha visto frente al reformismo peñista, que ha tenido como contrapunto una lamentable oposición de los partidos de izquierda.
Contra ese cuadro de oposición izquierdista desfondada se ha ido construyendo Morena, que se autodefine como La esperanza de México. Miles de ciudadanos se han decidido a intentar la confección de un partido que deseche los viejos vicios de la política mexicana y dé paso a una fuerza social creativa, imaginativa, con una ética a prueba de las tentaciones de la grilla tradicional y con posibilidades de derrotar al monstruo corrupto de mil cabezas y dar paso a una renovación profunda de la vida nacional. Por cierto, el Instituto Nacional Electoral ya informó extraoficialmente a la cúpula de Morena que en estos días próximos se otorgará el registro como partido político a tres solicitantes, uno de ellos el presidido en su comité nacional por Martí Batres Guadarrama.
El proceso de construcción de Morena ha sido, sin embargo, más difícil de lo que algunos de sus convocantes suponían. La política mexicana pasa por una etapa de desencanto generalizado ante partidos, candidatos y líderes, de tal manera que las altas cifras electorales de la contienda presidencial de los años 2006 y 2012 no se tradujeron en un arrebato social en favor de una nueva estructura, Morena, aunque es evidente que el imán personal de López Obrador sigue atrayendo muchas voluntades a su favor.
Un ejemplo de esos problemas graves se viven en el estado de Jalisco, en términos que hacen urgente la intervención de autoridades nacionales de ese partido. Hay acusaciones reiteradas (desde su conformación) de que Morena es una especie de franquicia tomada por Carlos Lomelí Bolaños, multimillonario empresario farmacéutico que ya fue candidato a senador bajo el auspicio lopezobradorista y que ha sido acusado desde oficinas estadunidenses (DEA y Departamento de Estado) de que su empresa, Lomedics, ha tenido relaciones con grupos de narcotraficantes especializados en el rubro de las metanfetaminas.
Ahora, en la postulación de ‘‘enlaces’’ o ‘‘promotores de la soberanía nacional’’ (una forma disfrazada de designar candidatos a diputaciones federales u otros cargos locales), en esa entidad se ha establecido que no se hacen asambleas electorales ni se aplican procedimientos democráticos, sino que se buscan ‘‘arreglos’’ entre los aspirantes, tomando en cuenta ciertos puntos tradicionales de carrera política pero, en especial, ‘‘si cuentan con equipo de trabajo y qué medios tienen, o cuánto tiempo disponen para trabajar… además, si hay algunos recursos que les sirvan de base para pensar que su campaña política va a generar los resultados que necesitamos que generen’’.
En una grabación de más de una hora de duración (http://bit.ly/1moof6M), que ilustra muy bien los mecanismos usados en el Movimiento Regeneración Nacional (es de esperarse que sólo en Jalisco), se acepta que no se llevan a cabo asambleas electorales, sino designaciones cupulares o ‘‘entendimientos’’ entre unos cuantos, que esa política corresponde a instrucciones provenientes del comité nacional ejecutivo (se habla en particular de Cuauhtémoc Arturo López Casillas, en el Distrito Federal) y que más delante se realizarán las correspondientes asambleas para formalizar a ojos de todos lo que de facto ya se ha decidido.
La reunión citada se realizó el pasado 25 de junio, a partir de las 9.30 de la noche, en las oficinas de Morena Jalisco, y participaron Humberto Ortiz, presidente del comité estatal del Movimiento Regeneración Nacional; Primitivo Madrigal, presidente del consejo estatal de esa organización política; Manuel Sánchez, presidente del comité de honestidad y justicia, así como los aspirantes a ‘‘promotores’’ o candidatos Jesús Pelayo (el deseado por el grupo directivo), Martín Ramos y Eduardo Bistra.
Al final, los directivos de Morena-Lomedics solicitan que se vote en esa élite para definir candidaturas o, en caso contrario, a los aspirantes se les propone que mejor se ‘‘echen una platicada o se tomen un café’’, porque, si no, ‘‘no nos va a quedar otra alternativa que decidir’’ en la cúpula del organismo (a la hora 02’, 30’’).
Lo cierto es que los ‘‘enlaces’’ habían sido nombrados desde semanas atrás, se habían tomado fotografías oficiales al lado de Andrés Manuel López Obrador y ya han colocado mantas propagandísticas con esas imágenes, y las ‘‘reuniones’’ como la descrita aquí en audio sólo han servido para tratar de convalidar decisiones grupales en marcha.
Por el bien del movimiento de López Obrador, sería bueno que se decidieran a frenar y corregir esas desviaciones que dan respuesta a la pregunta hecha hace semanas por este tecleador astillado: ‘‘¿Dedazos, o asambleas?’’
Y, mientras se analizan los resultados de la acción de los gobernadores en los estados de Coahuila, Nayarit y Puebla, ¡hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Hernández

No hay comentarios: