domingo, 20 de abril de 2014

Canonizar a Juan Pablo II puede traer desprestigio a la Iglesia: Barba

Afectará si se comprueba que sabía de los abusos de Maciel
Carolina Gómez Mena
 
Periódico La Jornada
Domingo 20 de abril de 2014, p. 8
A una semana de que el beato Juan Pablo II sea canonizado, José Barba, quien es uno de los ocho ex legionarios que denunciaron los abusos sexuales de Marcial Maciel, aseguró que elevar a los altares a Karol Wojtyla de forma tanprecipitada puede traer a la Iglesia católica más desprestigio y daño que beneficio, si se constata que el fallecido pontífice sabía de los actos criminales del fundador de la Legión de Cristo.
“Si se comprueba fehacientemente que el papa Juan Pablo II sabía (de los abusos sexuales de Maciel), y creo que algún día va a suceder, que tenía todas las posibilidades y no quiso actuar, es posible que esto haga daño. La gente puede perder la fe, no sólo en el Papa canonizado, sino en los procesos mismos de la Iglesia respecto de las canonizaciones y, por yuxtaposición, respecto de muchas otras áreas de la Iglesia católica.
“Aquí se juega mucho y lo único que queremos es que se sepa la verdad. De nuestra parte no se trata de ninguna actitud de vendetta (venganza). Hemos dicho la verdad y pusimos mucho esfuerzo y sacrificio para informar a quienes teníamos que informar. Lo hicimos porque creíamos que era justo que la Iglesia lo supiera”, precisó Barba.
Añadió que quienes disienten de esta canonización sólo quieren que se investigue más a fondo, porque sería sumamente bochornoso para la Iglesia que salieran testimonios que posteriormente probaran que en efecto el Papa había tenido alguna parte en el encubrimiento de los delitos de Maciel, aunque admitió que a pocos días de la canonización es prácticamente imposible detenerla.
Lo que hemos estado pidiendo es que se revise, sabemos que parece irreal, que es prácticamente imposible e impensable que desde el punto de vista de la política de la Iglesia el papa Francisco vaya a suspender la canonización, comentó.
Detalló que fueron muchas las oportunidades para que el Papa polaco se enterara de la situación, pues no sólo estuvieron las cartas que los ex legionarios hicieron llegar al pontífice por diferentes vías desde 1997, sino también trabajos periodísticos de investigación en México y Estados Unidos, la publicación de documentos en revistas y el hecho de que a los obispos mexicanos se les hizo llegar la carta de 1997, entonces –dijo– tendría que haber habido unaconspiración de jerarcas, de secretarios particulares del propio Papa y de colaboradores cercanos en esa época, como de Joseph Ratzinger (Benedicto XVI), quien fue prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, desde 1981 hasta 2005.

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