sábado, 20 de abril de 2013

Marchan estudiantes de CCH a CU; divide la tomade rectoría


Autoridades levantaron la denuncia ante la PGR

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Tras marchar desde el Parque Hundido sobre la avenida Insurgentes, la protesta de estudiantes devino en actos de violencia frente a las instalaciones de la rectoría de la UNAM, donde rompieron cristales para ingresar a las instalacionesFoto Carlos Ramos Mamahua
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En diversos espacios estudiantiles se discutió la actualización de los planes y programas de estudio del CCH. En la imagen el plantel VallejoFoto Yazmín Ortega Cortés
Arturo Jiménez
 
Periódico La Jornada
Sábado 20 de abril de 2013, p. 37
En medio de la protesta de varios alumnos y otros miembros de la comunidad universitaria que pasaban por ahí, unos 15 estudiantes del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Naucalpan que participaron en una marcha del Parque Hundido a la rectoría,tomaron anoche ese edificio sede de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), luego de romper uno de los ventanales del lado norte, sitio por donde ingresaron.
Ante el hecho, las autoridades universitarias emitieron un breve comunicado en el que informaron quede inmediato la Universidad levantó ante la Procuraduría General de la República las denuncias correspondientes contra quienes resulten responsables de los daños. Bajo ningún concepto las conductas violentas pueden ser el camino por el que se conduzca hacia la solución de una demanda o diferendo.
Agregaron que la UNAM repudia categóricamente la violencia extrema en la que incurrió un grupo de personas, entre quienes figuraban varios de los expulsados del CCH, plantel Naucalpan, cuyos expedientes se encuentran en proceso en el Tribunal Universitario.
Después de haber realizado una marcha pacífica, vigilada por cientos de granaderos y que partió a las 15:45 horas del Parque Hundido y llegó a Ciudad Universitaria más de dos horas después –para luego dar un rodeo por el circuito universitario y arribar a la explanada de rectoría alrededor de las 6:30 de la tarde–, los estudiantes y varios grupos sociales que los acompañaban, como los normalistas rurales de Ayotzinapa e integrantes del Movimiento Unificado de Lucha Triqui, realizaron un mitin con varias participaciones.
Sin embargo, pasadas las 7 de la noche y cuando ya sólo quedaban unos 150 inconformes –los grupos solidarios se habían retirado–, un joven embozado se subió a la cornisa de la fachada de rectoría y con el codo y una piedra rompió una ventana. Después, con diversos instrumentos, golpearon sin éxito la puerta principal.
El camarógrafo Christopher Rogel, deEl Universal, grababa un video, pero algunos inconformes le dijeron que no lo hiciera, lo agredieron, le quitaron su cámara y se la llevaron, mientras estallaba un petardo a unos 30 metros de distancia. Más tarde interpondría una denuncia por robo, según dijo el propio periodista, quien además pidió ayuda a los tripulantes de un vehículo de Auxilio UNAM para recuperar su cámara, pero se negaron a apoyarlo.
Fue después de una reunión entre los manifestantes –quedaban menos de cien–, como a las 20:10 horas, que unos 15 manifestantes embozados saltaron hacia los ventanales del lado norte de rectoría, rompieron uno de los vidrios y, luego de varios minutos y en medio de la molestia de la comunidad universitaria, se introdujeron al vestíbulo del edificio.
Mientras unos transeúntes les gritaban¡No hagan eso, porros, vándalos!, otros también los criticaban, pero trataban de dialogar con ellos. Un chavo con rastas le decía desde abajo a uno de los adolescentes embozados: ¡Carnal, somos los mismos, güey, pero así no! ¡Vamos a hacer algo grande juntos, pero así no! La confusión, el griterío y la tensión de ambos lados era general.
Un grupo de cuatro estudiantes de la Facultad de Filosofía logró que unos tres inconformes –que se habían bajado a repartir volantes y a leer demandas, como la reinstalación de cinco jóvenes expulsados y la disolución del Tribunal Universitario– dialogaran con ellas.
–Es una toma simbólica –les decían los cecehacheros a las estudiantes.
–¿Cómo que simbólica?, no manches.
–¿Entonces qué hacemos?, se han agotado las pinches instancias de diálogo.
–Sí, pero las autoridades seguirán ahí y ustedes se irán al bote. Nos importan ustedes, son unos chavitos.
–Pero ya realizamos varios diálogos con las autoridades y nada. Usamos estos métodos porque sólo así ceden al diálogo, como cuando tomamos la Dirección General de los CCH.
–Estamos con ustedes, pero no así.
–No queremos la reforma educativa en los CCH ni que se criminalice la protesta social. Ustedes nada más ven el reflejo de estos vidrios rotos, pero no las cámaras que nos vigilan en el CCH Naucalpan, la represión en contra de nosotros.
–Pero, ¿por qué no piden el apoyo de la comunidad universitaria, de la gente en la calle, confrontarlos cara a cara?
--Ya lo hicimos y no nos apoyaron, los medios de comunicación masiva nos atacaron. A la gente no le interesa nada porque somos estudiantes.

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