martes, 25 de diciembre de 2012

Osorio Chong, nosotros sí les conocemos con el PRI; ustedes no nos conocen como pueblo

Pedro Echeverría V.
1. Señala el secretario de Gobernación Miguel Osorio Chong –obviamente en nombre del presidente Peña Nieto- que los zapatistas y sus simpatizantes no conocemos las maravillosas intenciones de su gobierno, sobre todo lo acordado en el ya muy sonado (desprestigiado) PACTO político. Pregunto al secretario Chong: ¿Es que acaso tienen ustedes reservado como gobierno reformas profundas en beneficio de los indígenas, de los campesinos, del pueblo mexicano? ¿Se olvida que en todos los gobiernos, por lo menos desde que Miguel Alemán asumió la Presidencia en 1946, el discurso de toma de posesión ha sido de promesas y más promesas que jamás se cumplen? Calderón, por ejemplo, dijo que iba a “rebasar a la izquierda por la izquierda”. Hizo lo contrario: rebasó a la derecha por la derecha sirviendo a los grandes empresarios y provocando 100 mil muertes.
2. Todos los presidentes y sus secretarios de Estado cuando asumen el gobierno prometen cambiar todo en beneficio de la población y cuando salen del gobierno siempre lo hacen por la puerta de atrás cargados de riquezas ilegalmente obtenidas y muertos de miedo pensando en que ahora sí podrán ir a la cárcel. Podría hacerse una ligera descripción de los últimos 10 máximos mandatarios del PRI y del PAN y podrá verse que ninguno de ellos dejó el cargo sin que sea acusado de devaluador del peso, de asesino, de represor, de haber entregado más a México a los EEUU y de ser merecedor de la cárcel. Fuera de la clase política y empresarial beneficiada, pienso que todos los mexicanos conscientes tienen todos los argumentos para pedir que Calderón, Fox, Zedillo, Salinas, los más recientes, sean juzgados y encarcelados; pero en México les dan salarios vitalicios.
3. Los mexicanos conocemos muy bien al PRI y al PAN, por gran parte de sus historias turbias de negocios y saqueos; sin embargo, desafortunadamente, más de la mitad de los electores sigue vendiendo su voto y su conciencia por la enorme pobreza y miseria en que vive. ¡Imagínese!: más del 60 por ciento de los trabajadores están en el trabajo informal sin derecho a médicos, medicinas, seguridad social y otras prestaciones; otro gran porcentaje es de desempleados y subempleados. ¿Cómo entonces en épocas de campañas políticas y elecciones no aceptar un “ingreso informal extra”? El PRI y el PAN, por el mismo camino va el PRD, lo saben bien se aprovechan de esa realidad para la llamada “alternancia política”. ¿Puede entonces hablarse de democracia en México si más de la mitad de la población no tienen otra alternativa que depender de un puñado de poderosos?
4. Pero el discurso del secretario Chong no deja de ser “esperanzador” para quienes tienen un poco de ilusiones y no conocen la realidad chiapaneca. Incluso el gobernador verde-priísta (el hijo o nieto de Velazco) ha comenzado amoríos en sus discursos. ¿Qué tal si el “nuevo PRI” tiene bajo la manga alguna de esas políticas que llaman “populistas” que le permitan recuperar fuerzas en otros grupos indígenas de Chiapas para “enfrentarlos pacíficamente” a los zapatistas? Tan conocemos al PRI, PAN y PRD y su famoso pacto que seguramente seguirán presos los jóvenes encarcelados el primero de diciembre; tan los conocemos que estamos seguros que votarán rápidamente la privatización de Pemex mientras les duran sus cien días de gracia. Entonces, ¿por qué vamos a creerle si en el pasado y el presente usan los mismos métodos de control?
5. ¿Qué cosa mejor pueden ofrecer que no tengan los zapatistas? Quizá que les dejen de robar sus tierras, que les permitan trabajar en paz, que no sean vigilados y agredidos, que no perjudiquen la circulación de sus mercancías y que no estén bloqueando sus autobiernos. ¿Pero creen acaso que el gobierno de los capitalistas los va a dejar en paz si los zapatistas piensan y trabajan de diferente manera y si éstos brindan solidaridad a otras luchas sociales? No debe olvidarse que el PRI asume el gobierno con enormes compromisos con Televisa, los empresarios e incluso con inversionistas extranjeros. Tiene una enorme capacidad para realizar algunas reformas en beneficio del pueblo, pero no las hará porque, además de no creer en ellas, no lo dejarían hacerlas. Cualquiera que asuma ese cargo –del partido que sea- tendrá que estar al servicio de la clase dominante.
6. La mayor conquista priísta del gobierno de Peña, es sin duda el haber amarrado a su carro con el “pacto” al presidente del PAN, al presidente del PRD, al Verde y al partido Nueva Alianza de Gordillo; con ello hace amplia mayoría aunque al PAN con sus chantajes haya que darle más. Existen enormes expectativas en que las corrientes de izquierda que batallan al interior de Morena impidan que esta nueva organización siga la misma ruta del oportunista PRD. Si esta organización sigue sin participar de manera abierta de las luchas sociales y sigue caminando exclusivamente por la vía electoral, ya no tendrá remedio porque esta vía fue bien pensada, muy bien planeada por la clase en el poder para consolidar el sistema capitalista de dominación. ¿O es que el secretario Chong también tiene planes para las organizaciones progresistas? (24/XII/12)
Consultar: http://pedroecheverriav.wordpress.com
pedroe@cablered.net.mx

¡ Faltan 14 !

SIN LIBERTAD, SIN VOTOS
ESTIMADOS AMIG@S, COMO PARTE DE LA CAMPAÑA PARA PEDIR LA LIBERTAD DE LOS PRESOS DEL 1 DE DICIEMBRE LES COMUNICAMOS LA PRIMERA ACCION A REALIZAR: A PARTIR DE HOY VAMOS A ELIMINAR DE NUESTRA LISTA DE “AMIGOS” TODAS LAS PAGINAS DEL PARTIDO DE LA REVOLUCION DEMOCRATICA, PARTIDO DEL TRABAJO, PARTIDO MOVIMIENTO CIUDADANO Y MOVIMIENTO DE REGENERACION NACIONAL, ESTA MEDIDA SERA PROVISIONAL HASTA QUE TODOS NUESTROS COMPAÑEROS ESTEN LIBRES. POR LO QUE TE SOLICITAMOS QUE COMPARTAS ESTE MENSAJE.
EL DIA 27 DAREMOS A CONOCER LAS SIGUIENTES MEDIDAS.
SIN MAS POR EL MOMENTO
PRESOS POLITICOS LIBERTAD!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
REPRESORES A LA CARCEL!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
MANCERA LIBERALOS YA!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Corporativismo educativo

Elba Esther Gordillo, lideresa del SNTE. Foto: Miguel Dimayuga
Elba Esther Gordillo, lideresa del SNTE.
Foto: Miguel Dimayuga
MÉXICO, D.F. (Proceso).- Al igual que Salinas, Zedillo y Calderón, el presidente en funciones ha tomado una medida de gran impacto apenas iniciado su gobierno con el fin de afianzar su poder e imagen. Además de haber marcado sus respectivos sexenios, las medidas de los tres exmandatarios revelaron con claridad su manera personal de concebir y ejercer el poder presidencial. Bajo esa óptica observaremos las consecuencias e implicaciones de la primera gran decisión política de Enrique Peña Nieto.
A los 10 días de asumir el poder, y en el marco del Pacto por México, el nuevo gobierno dio un paso significativo hacia la recuperación de la rectoría del Estado en la definición de la política educativa del país. No obstante, aún son muchas y complejas las asignaturas pendientes. Neutralizar el poder de Elba Esther Gordillo era no sólo un clamor nacional, sino elemento esencial para superar los profundos rezagos en materia de educación. En ese diagnóstico coinciden los más autorizados análisis de instituciones y especialistas, nacionales y extranjeros: El sindicato de maestros y su liderazgo constituyen una de las causas fundamentales –no la única– del desastre educativo que vive el país.
Durante décadas, la educación en México ha estado sometida al corporativismo impuesto por el PRI con fines de control político. Desde el conflicto magisterial de 1958, los gobernantes del país han estado más preocupados por evitar huelgas o enfrentamientos que por capacitar a los maestros para brindar una educación de calidad. Una función prioritaria del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, creado en 1944 con la intención de unificar a las organizaciones magisteriales, ha sido controlar la fuerza laboral del magisterio mediante severas tácticas de mando sobre los diversos niveles directivos a nivel federal, estatal y municipal, lo cual ha fomentado una secuela de liderazgos caciquiles y corruptos –Robles Martínez, Jonguitud, Gordillo, et al– fomentados o solapados durante más de medio siglo por los gobiernos del PRI y el PAN, en detrimento de la educación de varias generaciones de mexicanos.
El SNTE fue ganando espacios hasta convertirse en un poderoso grupo de presión capaz de obstaculizar reformas, imponer y quitar secretarios o subsecretarios y, lo más grave, de ser el factor decisivo en la definición de la política educativa del país. “Al que anda por Europa, le pedimos que nos presente su propuesta para hacerla nuestra, la analizaremos con respeto” –exigió la maestra Gordillo en su vehemente discurso de noviembre pasado, mientras el presidente electo viajaba y el Congreso discutía la reforma laboral.
El acotamiento formal de Gordillo y su sindicato, así como la reforma presentada por el gobierno, representan avances relevantes, aunque insuficientes, para resolver el enorme atraso educativo del país. A pesar de que el SNTE aceptó la reforma a través de su secretario general, aún está pendiente la reacción real, no sólo declarativa, de la profesora. Veo dos opciones: que Gordillo negocie una suerte de retiro voluntario, o que decida utilizar el dominio sobre sus huestes para obstaculizar la reforma e incluso para causar inestabilidad laboral dentro del gremio. La ley de hierro de la oligarquía (Michels) exige un liderazgo fuerte para controlar a cerca de 2 millones de maestros. Hasta ahora, la maestra mantiene el mando. ¿Permanecerá una fierecilla domada al frente del sindicato o se impondrá otro liderazgo, a la usanza salinista?
Dotar de autonomía constitucional al Instituto Nacional de Evaluación de la Educación es un paso necesario para lograr que los maestros sean evaluados y promovidos con rigor, de acuerdo con sus méritos, no mediante corruptelas. Sin embargo, poco dice la iniciativa acerca de la capacitación y profesionalización de los docentes. Crear el Sistema de Operación y Gestión Educativa para que el INEGI nos indique con precisión cuántas escuelas, profesores y estudiantes existen en el país, sin duda es indispensable, pero resulta escandaloso que nuestros ilustres gobernantes hayan ignorado esa información durante tanto tiempo. Está bien prohi­bir los alimentos chatarra o prometer la creación de 40 mil escuelas de tiempo completo. En cambio, plantear una autonomía de gestión de las escuelas “bajo el liderazgo de cada director” resulta ambiguo y difícil de implementar.
La realidad educativa del país es tan desoladora como inequitativa. Existen 6 millones de analfabetos que, sumados a los analfabetos funcionales, rebasan los 30 millones. La deserción escolar es alarmante: Sólo la mitad de los niños que ingresan a primaria terminan la educación media superior; de éstos, 21% llegan a la universidad y si acaso 10% se titulan. De acuerdo con datos de la OCDE (Education at Glance, 2012), México es el país con el mayor gasto público en educación en relación con el PIB (20.3%), después de Nueva Zelanda (21.2%). Sin embargo, en las pruebas PISA (2009) de comprensión de lectura, matemáticas y ciencia, los alumnos mexicanos obtuvieron los resultados más bajos de la OCDE.
La iniciativa del Ejecutivo tiene graves omisiones y está lejos de ser siquiera el esbozo de una política de Estado en materia educativa, como lo establece la Constitución y lo exigen los tiempos actuales. No hay diagnóstico claro ni visión pedagógica. Nada se propone para remediar el inmenso rezago de la infraestructura escolar; tampoco para aplicar las nuevas tecnologías en beneficio de la docencia y el aprendizaje. Ni sombra del legado de Sierra, Vasconcelos o Torres Bodet. Menos aún, de un proyecto modernizador con visión de largo plazo, para desarrollar la inteligencia y creatividad de los alumnos, vinculadas al ciberespacio y orientadas al mundo globalizado. Se trata de un enfoque político necesario pero carente de profundidad analítica para sustentar políticas públicas que logren sacar al país del doloroso atraso educativo ocasionado, principalmente, por dos burocracias ineptas y voraces: el Frankenstein sindical y el “elefante reumático” de la SEP. Urge un cambio de fondo.