miércoles, 15 de agosto de 2012

No al PRImen Organizado . Desfiladerito

DESFILADERITO 
Christian Viera, quien en su cuenta de Twitter se autodescribe como “desaforado y aflojado en terracería” --palabras que significan “simpatizante de AMLO”-- se acercaba caminando a su casa en Guadalajara, el sábado por la tardenoche, cuando una camioneta cubierta de escudos del PRI y fotos de Enrique Peña Nieto le cerró el paso.
Al instante bajaron del vehículo individuos –no alcanzó a saber cuántos-- armados y encapuchados con pasamontañas. Uno le gritó: “¡Ya valiste verga, ya valiste verga!”. Christian echó correr y escuchó disparos. Un proyectil “pegó cerca”. Pero “como vivo entre calles privadas” --escribiría en Twitter minutos después-- logró salvarse.
El intento de secuestro que sufrió debe proyectar la luz de los reflectores ciudadanos hacia el nuevo actor político que entró en escena con Peña Nieto: el terror. Desde 2004, cuando se desató la pejemanía, el movimiento encabezado por el político tabasqueño no había sido blanco, salvo incidentes esporádicos, de acciones de represión directa.
Todo eso cambió, drásticamente, en cuanto Peña Nieto comenzó a recorrer el país como candidato presidencial del PRI. Transcribo párrafos del Desfiladero número 491, que La Jornada se negó a publicar el sábado 19 de mayo de 2012:
“Y mientras continúa zumbando el avispero en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Morelia, tras la brutal represión que desató contra los estudiantes el gobierno priísta de Fausto Vallejo, y mientras los de la autónoma de Querétaro se felicitan porque echaron a Quadri y los de la autónoma de Nuevo León critican a sus autoridades porque no les permitirán interpelar a Peña Nieto, ayer por la mañana [17/05/2012], alumnos de la Ibero (campus DF) hicieron un mitin frente a las instalaciones de Televisa Santa Fe, y los del ITAM se manifestaron ante las de Televisa San Angel, exigiendo equidad informativa, cese a las calumnias de los levantacejas, que los tacharon de “porros”, y que termine el divorcio entre la realidad y los noticiarios.
”Antes del viernes negro en la Ibero [11/05/2012] que desnudó al verdadero maniquí sonriente, ése que titubea al hablar en público pero no duda en lanzar a sus guaruras electrónicos y a sus escoltas paramilitares en contra de civiles indefensos que le externan su rechazo y su hartazgo, las televisoras ya habían percibido la debilidad de Peña Nieto y quizá por eso guardaron silencio cuando el 21 de enero pasado, en el repleto auditorio Telmex en la capital de Jalisco, hombres con aspecto de matones molieron a golpes a jóvenes que desde las tribunas abucheaban al abanderado del PRI, y que fueron sacados a la calle y amenazados con quedar presos si no se retiraban pero ya (vean en Youtube “reprimen protesta contra Peña Nieto en Jalisco”).
”Como bien lo documentó Julio Hernández en su Astillero de anteayer [16/05/2012], las televisoras tampoco dieron a conocer la otra paliza que paramilitares asestaron a manifestantes anti Peña Nieto en Saltillo, al día siguiente de la catástrofe en la Ibero, y mucho menos informaron que dos días más tarde, en Córdoba, Veracruz, hombres con aspecto militar y ropas de civil, enviaron al hospital a una mujer con lesiones internas y secuestraron durante más de 12 horas a seis muchachos que exhibían mantas anti Peña Nieto y coreaban consignas contra él.
”A siete domingos de las elecciones, todo sugiere que en México ha estallado una rebelión juvenil a la cual empiezan a sumarse alumnos de todas las instituciones educativas –la Nicolaíta de Michoacán, el Tec de Monterrey, la Ibero, el ITAM, la UVM, la UNAM, la UAQ, la UANL y la UACM, por lo pronto--, y como la política es también el arte de atrapar la pelota al vuelo, pasado mañana, a las 16:00, en la plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, AMLO encabezará una reunión con estudiantes de todos los estratos sociales, pertenecientes a esa franja de 24 millones de jóvenes en edad de votar, que representan a 30 por ciento del electorado (Gabriela Rodríguez dixit).
”Cuando redacten la crónica de esta lucha por el poder, los amantes del rigor no podrán olvidar que hubo un antes y un después de la visita de Peña Nieto a la Ibero: la mañana del viernes 11 de mayo, cuando el candidato de la olinarquía y las televisoras rompieron su alianza histórica con los hijos de la clase media alta, desdeñando, por ignorancia, que en todo proceso de cambio, cuando la clase media alta se radicaliza, las viejas estructuras de dominación se desploman, y si no se desploman se tambalean y se ven obligadas a ceder...”
Hasta aquí el extenso fragmento del Desfiladero que –a petición de Luis Hernández Navarro, actual “teórico” de #YoSoy132-- ya no salió impreso en La Jornada, como era costumbre sábado a sábado desde 2001, un desdichado incidente que a la postre ocasionaría mi salida definitiva de La Jornada, diario al que serví desde octubre de 1995. Lamento profundamente mi ruptura con el periódico que dirige mi hermana grande, doña Carmen Lira Saade, pero deploro mucho más que ese órgano informativo haya soslayado los primeros indicios de lo que ahora podemos ver claramente como la alianza de Peña Nieto con el crimen organizado y el empleo de sicarios como agentes del terror político en contra de la Resistencia Civil Pacífica encabezado por López Obrador.
El domingo 22 de julio, en el municipio michoacano de Paracho, desapareció el coordinador de jóvenes de Morena en el Distrito Federal, Diego Antonio Maldonado Castañeda, de 26 años de edad, y sus acompañantes, Ana Belem Sánchez y Luis Enrique Castañeda Nava, ambos de 28. Estaban participando en unas jornadas de trabajo social y se habían ido a dormir a su hotel, el sábado 21 cuando, en la madrugada, hombres armados los sacaron de sus habitaciones y se los llevaron nadie sabe a dónde. Desde entonces sus familiares y amigos no han vuelto a tener noticias de ellos.
Días más tarde, el domingo 28 de julio, en Poza Rica, Veracruz, desapareció Félix García, líder de #YoSoy132 en esa localidad. Anteayer, en Guadalajara, estuvo a punto de correr la misma suerte Christian Viera.
El terror político, expresado mediante acciones como las que afectaron a estos jóvenes opositores al PRI, se suma al descubrimiento de ligas entre Peña Nieto y una célula del narcotráfico recién detenida en Madrid y a las abundantes pruebas de una mega operación de lavado de dinero y compra de votos orquestada por el PRI para robarse la Presidencia en los comicios del primero de julio.
Ayer, al término de la expofraude celebrada en el Zócalo, donde AMLO reiteró que la lucha contra la imposición del narcocopete continuará y cumplirá sus objetivos, Jesusa Rodríguez informó que las evidencias de la compra de votos por medio de tarjetas de Soriana, Banca Monex, Ixe, Bancomer, Santader y SíVale, así como incontables elementos más, se irían desde el Zócalo hacia el Tribunal Electoral en un camión de 25 toneladas.
El fin de semana que terminó ayer y culminó con la victoria de la selección mexicana de futbol en la justa olímpica y la clausura de los juegos de Londres, coincidió con el fracaso de los vaticinios chocarreros de quienes dieron por hecho que el tribunal aprovecharía las circunstancias para declarar “vencedor” a Peña Nieto. Qué bueno que no ocurrió nada así, porque ahora, la expansión del terror a cargo del Primen Organizado obliga a las “autoridades” cómplices y a los ciudadanos de a pie a emplear todas las formas posibles de lucha hasta que los resultados del primero de julio sean declarados no válidos y los culpables de echar a perder el proceso que iluminó las esperanzas de cambio de decenas de millones de votantes, reciban merecido castigo.
Porque si el fraude da pie a un narcogobierno, el terror estilo Gestapo o Triple A Argentina será nuestra nueva pesadilla cotidiana. Por eso, hoy también estaré en Twitter, en la cuenta @Desfiladero132. Y mañana publicaré aquí una Carta a mis compañeros de La Jornada.

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