domingo, 26 de febrero de 2012

¿Qué es ser de izquierda?



Decíamos ayer que cualquiera puede asumirse como individuo de izquierda. Pero una cosa es “cómo me veo” y otra es “cómo me ven”. AMLO no ha tenido nunca necesidad de autoproclamarse izquierdista, aunque sus actos, trayectoria, conducta personal y textura moral lo ubican en ese ámbito. La población lo identifica por su honestidad, por su lucha contra la pobreza y la corrupción, por sus ansias de cambiar la política económica que han perpetrado en México los gobiernos para saquear al país cínica e impunemente. Porque esa es la tarea histórica de las derechas. Enriquecerse robando la riqueza de la población y dejando tras sí oleadas de miseria.

A cada quien, la gente lo pone en el lugar que le corresponde.

Tremendo error sería generalizar que la izquierda se ha enquistado en los partidos con fines inconfesables aunque bien definidos en cuanto a su inmoralidad.

En Yucatán, en MORENA, por ejemplo, militan conocidos maestros con antecedentes e historial de lucha magisterial. También encontramos auténticos líderes que de tiempo atrás vienen asesorando y apoyando a diversas organizaciones campesinas. Y gente que es asidua asistente a marchas, plantones y protestas contra el neoliberalismo, en demanda de lo justo y por la democracia. En todos estos luchadores de izquierda se hallan los que pueden y deben ser los auténticos representantes candidatos de la izquierda. Es la gente que AMLO necesita para acompañarlo y apoyarlo en la construcción del nuevo rumbo del país. ¿Por qué los jerarcas de los llamados partidos de izquierda no buscan el acercamiento con estos compañeros honestos para fortalecer y sustituir a viejos elementos en los partidos enquistados, que no logran superar los viejos vicios partidarios del PRI y del PAN? Por el contrario, los alejan con cualquier pretexto. Lamentablemente la gente ya conoce a estos grillos profesionales, quienes no lograrán mejorar la preferencia de los electores, aunque muchos sueñen ir como rémoras del Movimiento Progresista del candidato tabasqueño.

Aunque los mexicanos disponen en estos momentos de un excelente candidato de izquierda, AMLO, él sólo no podrá avanzar mucho en el camino de tanto abrojo. Se requiere de equipos de trabajo competentes en ciencia y tecnología en los estados y circunscripciones, que vayan gradualmente desarrollando los puntos programáticos del Programa Alternativo de Nación, Y la verdad, es que se ve muy flaca la caballada local, porque así se lo han propuesto los jerarcas, porque el fin parece ser perder en Yucatán las elecciones y así continuar los partidos “de izquierda” en su tradicional burocracia vegetante de beneficios propios.

Decía antes que tenemos allí a la vista el historial de lucha de Andrés Manuel. ¿Cuántos “cuadros” yucatecos al menos se le aproximan en calidad moral y de honesta trayectoria?

A AMLO lo conocí siendo este servidor delegado del INI en la Península (1977) mientras él lo era en su estado de Tabasco. Las condiciones de trabajo permitían reunirnos a los funcionarios de aquella institución abolida por Fox, una vez al mes cuando menos, en la Ciudad de México, donde teníamos reuniones de trabajo, discusión de proyectos a favor de los indígenas y la evaluación de resultados.

Entonces Andrés Manuel me concedía la deferencia de darme el trato de “su maestro”, lo que en verdad me halagaba.

En su primera visita a Mérida como candidato a Presidente en 2006, al verme me saludó con fuerte abrazo llamándome como siempre “su maestro” y lo hizo delante de tanto “grillo” que lo rodeaban en ese momento.

¿Pero qué se hizo de AMLO en ese amplio lapso de más de 30 años? Estaba yo al tanto.

No se limitó a participar en el proceso político-electoral de su estado y en el DF. Nunca perdió la oportunidad de participar en los procesos sociales en beneficio de la población, a diferencia de muchos ciudadanos que se enquistan en el movimiento electoral por conveniencia propia y se olvidan de las necesidades sociales.

Andrés Manuel, como otros líderes de América Latina, ha forjado su lucha tanto en el medio electoral como en los movimientos sociales. Tal como lo han hecho también Lula, Evo Morales, Dilma Rousseff, José Mújica y Correa.

AMLO ha transitado del movimiento político al movimiento social en defensa de los valores esenciales de ambos medios. Fue dirigente estudiantil en su nativo Estado en 1968. Poco después participó activamente en el equipo de Carlos Pellicer, allí mismo. Es cuando aparece de 1977 a 1982 como delegado del INI en Nacajuca donde contribuyó a mejorar las tecnologías agrícolas de los chontales. En 1988 lo postularon como candidato a la gubernatura de Tabasco, como adversario de Madrazo. Entonces participó en la resistencia electoral con la exhibición de 45 cajas con miles de documentos que demostraban lo costosísima que había sido la campaña del candidato priísta.

A continuación inició el movimiento de denuncia contra las arbitrariedades de Pemex en la región, dando lugar a la famosa Caravana por la Democracia que partió a la Ciudad de México. Recuerdo entonces el plantón de trabajadores petroleros en el Zócalo y la detención de su joven líder, no recuerdo por cuánto tiempo. De este movimiento social pasó al ámbito político en el que fue uno de los fundadores del PRD y entonces transformó su campaña para Jefe del Gobierno del DF en un verdadero movimiento social, con un gran apoyo de la población capitalina.

El intento de Fox por desaforarlo fue un hecho deleznable, ridículo y enfermizo de encono. Recordamos el tremendo fracaso del charro guanajuatense al recibir AMLO un formidable respaldo de los defeños.

Ya más cercanamente, todos recordamos la resistencia sostenida por sus seguidores y el prolongado plantón en la avenida Reforma, a raíz del fraude de 2006.

A partir de entonces, nuestro candidato a Presidente ha viajado a lo largo y ancho del país, de manera incansable y hasta heroica en mi opinión, proponiendo a los mexicanos su Proyecto Alternativo de Nación. Es el único mexicano que logra llenar de gente el Zócalo, cuantas veces se lo propone.

¿Y qué tal de la ridícula catadura de los candidatos que nos quieren imponer los izquierdosos de Yucatán? No se vale.

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