lunes, 29 de agosto de 2011

Cárcel a Calderón y demás


México: Calderón a la cárcel, combatir a los empresarios y ningún voto a la clase política
Pedro Echeverría V.

1. Como pueblo hemos esperado mucho y en cierta manera somos cómplices de la muerte de 52 mil personas, de 10, 15 o 20 mil muertos enterrados en fosas clandestinas y de todo lo que sucede en este país. ¿Por qué todos somos cómplices? Por permitir que el gobierno fascista de Calderón siga su política asesina, que los malditos empresarios sean sus mejores apoyadores y que la irresponsable clase política: PAN, PRI, PRD y demás siga distrayendo a la población con elecciones que sólo han servido durante más de 100 años para legitimar más explotación, más miseria y muertes de las personas que producen con sus manos lo que todos consumimos.

2. En México no se enjuician a las presidentes de la República: Madero fue asesinado en 1913 después que sufrió un golpe de Estado preparado en la embajada de los EEUU; Carranza fue asesinado por una asonada en 1920 encabezada por el grupo Agua Prieta (Obregón, Calles, De la Huerta); Obregón fue asesinado en 1928 por un grupo clerical; Ortiz Rubio fue obligado por el callismo a renunciar en 1932; Calles sólo fue expulsado del país en 1935 por el Presidente Cárdenas y, desde entonces, sólo Salinas se autoexilió en 1994. Ningún personaje ha caído por juicio del pueblo, por luchas masivas, aunque todos los gobernantes formaron clase política dominante e hicieron alianza con los poderosos empresarios.

3. Si contáramos con una fuerza de izquierda real, una izquierda plenamente identificada con los trabajadores, que no se dedicara a buscar diputaciones y demás cargos, Calderón no hubiese estado en el gobierno ni tres años; menos entregándole el país a los asesinos yanquis que han inaugurado aquí una base militar piloteada desde su embajada con el mismo programa de invasión de Afganistán. Pero como parte de lo que fue la izquierda desapareció en 1977 con las migajas bajo la mesa que le han tirado los siguientes gobiernos, ¿sólo quedará a la izquierda no electoral revolcarse en su propio lodo mientras la burguesía golpea, persigue, encarcela y asesina a los pocos trabajadores que luchan?

4. De que el pueblo es cómplice o culpable es un decir; la realidad es que durante siglos ha llevado una gigantesca carga tras sus espaldas que sólo le ha dejado respirar para no morir. La iglesia, la escuela, los medios de información, las tradiciones del “respeto” y “las buenas costumbres”, lo han cegado y ensordecido; pareciera que para lo único que sirve es para obedecer, trabajar y tener hijos para que continúen con la misma tarea. ¿Cómo carajos rebelarse si esas malditas instituciones sólo le aconsejan ser disciplinado y obedecer? ¿Para qué carajos busca la felicidad en la tierra si mientras más pobre, jodido y sumiso viva aquí en la tierra más asegurada tiene la felicidad en el más allá, cerca de los ángeles?

5. Pero pregúntense: ¿Si Calderón se fuera a la cárcel –donde hace mucho debe estar por la muerte de más de 52 mil personas y por entregar el país a los asesinos del Pentágono yanqui- cuántos empresarios y políticos ladrones tendrían que acompañarlo? Sin la menor duda sería un magnífico ejemplo, una advertencia para que los siguientes presidentes se sientan obligados a consultar a la población sobre ese tipo de medidas importantes. Mandar al ejército a las calles para ocupar poblaciones, permitir que militares y aviones de EEUU intervengan en nuestro territorio y, sobre todo, instalar una base militar yanqui para que asesine a mexicanos con la autorización del gobierno, es entregarse a los enemigos del pueblo.

6. Muchos de la clase política –los más altos personajes que negocian todo con Calderón y los empresarios- también deberían ser enjuiciados porque son directamente responsables de la política de desempleo, salarios miserables, migración e inseguridad que el gobierno impone. Sin embargo –contrario a los que sucede en España, Chile, Grecia, Inglaterra- en México aunque fueran asesinados 100 mil nada pasará. Pareciera que la clase dominante siempre posee los “argumentos” –lo ha demostrado a través de la historia- para que todos los políticos estén integrados, bien alineados y convencidos. A esa enorme habilidad para mediatizar y controlar todo se debe el largo periodo de dominación que hemos sufrido.

7. En México obtener un cargo público es como sacarse el gran premio de la lotería; por ello a toda la clase política y empresarial le importa un bledo que los muertos sean 70 mil o 100 mil, al fin todos (soldados, policías, pueblo) pertenecen a la clase miserable y media pobre y cuando de cada 10 mil muere un rico entonces ponen el grito al cielo. Sería muy irresponsable de parte del pueblo, sobre todo de la muy débil izquierda honesta y no parlamentaria, no hacer nada para evitar que las muertes continúen por la política fascista que impone Calderón. ¿O será que los yanquis lo hagan a un lado al estar demostrando su enorme incapacidad para gobernar? ¿Habrá entonces una guerra civil abierta?

http://pedroecheverriav.wordpress.com

Martín Esparza, Lulu Mtz y Paty Carrasco Frecuencia Laboral SME


Actos de horror


Escalando-Hernández


Violencia y autoritarismo. Bernardo Bátiz V.

Las noticias terribles, truculentas, se suceden una a la otra para asombro y preocupación de todos; no acaban los programas amarillistas de la televisión de hacernos ver, tres, diez, cien veces la escena de la gente corriendo en el estadio, por pánico explicable al escuchar tiroteo, cuando tienen que retirarlas para sustituirlas por otras, mucho más terribles, de un casino de juego del que salen llamas y humo y del que se retiran muertos y heridos por un incendio intencional y, otra vez, por salidas de emergencia bloqueadas.

Las cosas horribles suceden y los comentaristas impecables en su vestir y en su hablar, tranquilos, eficaces y doctorales, apoyados por sus reporteros y un aparato infalible que les envía hasta el último detalle de lo acontecido, se regodean con los hechos que tensan a la sociedad y voluntaria o involuntariamente contribuyen al miedo y a la preocupación colectivas.

Por su parte, las voces oficiales, empezando por el “primer mandatario”, se multiplican dando pésames colectivos y urbi et orbi aseguran, con tono y estilo de infalibles, que se encontrará a los criminales y se les castigará como merecen.

Pareciera que esa escalada de violencia, y consecuentemente de miedo, obedeciera a un plan, a un designio de alguien que busca un fin, una justificación, un pretexto. ¿Para qué?, podríamos preguntarnos, ¿qué puede justificar esta secuencia cada vez más trágica? Expreso lo oído, la gente comenta, inquiere, duda, acerca de los dolorosos acontecimientos.

Nadie puede dejar de ver que hay o puede haber una coincidencia entre un hecho tan espantoso como el de Monterrey y la insistencia en la aprobación de reformas a la Ley de Seguridad Nacional, que podría, de pasar en el Congreso como está proyectada, poner a nuestro pobre y sacudido país en el umbral de un régimen autoritario.

Este proyecto encuentra sus fuentes remotas en la creación de una ya superada Policía Federal Preventiva, convertida en Policía Federal, con facultades desde 2008 para investigar delitos; está también el intento de poner en evidencia a nuestro sistema de procuración y administración de justicia, todo en busca de cambios a favor de un Estado con más herramientas y facultades para la dureza y la fuerza.

El proyecto de cambios a la Ley de Seguridad Nacional fue presentado por el Presidente en ejercicio. Se aprobó una minuta en el Senado con el único voto en contra del senador Ricardo Mon-real y, para continuar el proceso, esa minuta se envió a la Cámara de Diputados; ahí ha tenido un largo y tortuoso camino, porque está en juego no sólo el contenido mismo del proyecto legislativo, sino, lamentablemente, su uso como moneda de cambio en negociaciones políticas.
Primero, el diputado del estado de México Alfonso Navarrete Prida propuso un dictamen que rebasó en mucho los puntos iniciales aprobados en el Senado; se trataba de la propuesta de Enrique Peña Nieto, pero recibió tantas críticas y comentarios adversos de académicos, organizaciones de ciudadanos y legisladores que quedó en los archivos.

El poeta Javier Sicilia intervino entonces con su grupo y en la reunión con los diputados les planteó detener las reformas por autoritarias y por falta de cuidado en el tratamiento de los derechos humanos.

Recientemente, el diputado Javier Corral, en forma sorpresiva y, en opinión del mismo Sicilia, traicionando lo platicado y ofrecido en la reunión del castillo de Chapultepec, hizo circular un nuevo proyecto de dictamen, aprobando en parte las reformas y conservando en lo esencial la tendencia al autoritarismo y a la discrecionalidad; se le ha llamado el proyecto Corral con involuntaria ironía.

El proyecto aparece aprobado por la Comisión de Gobernación, otra vez con un solo voto en contra, el del diputado Enrique Ibarra. La objeción surgió de inmediato, dado que la minuta fue turnada no sólo a esa comisión, sino a otras, entre las que están la de derechos humanos.

Los hechos violentos y la noticia de injerencia de policías y militares extranjeros en nuestro país coinciden con la delicada discusión y la difícil determinación que tendrán que tomar nuestros representantes en el Poder Legislativo; coinciden también con el resultado de una encuesta de la Universidad Nacional Autónoma de México, destacada en La Jornada del jueves, según la cual muchos, en especial jóvenes, piensan como solución a la violencia aplicar más violencia, y les parecen aceptables la pena de muerte y la tortura como medidas para combatir la delincuencia. Aparece la sombra de Montiel y su comparación de los delincuentes con ratas.

Confiemos en que los legisladores no se dejen presionar ni impresionar por lo que está pasando; la verdad es que las autoridades con las leyes vigentes tienen herramientas útiles y eficaces en contra del crimen organizado; con más facultades y con menos respeto a los derechos de los ciudadanos no se resolverán los problemas.

Las causas de la violencia son de carácter social, económico y educativo y hay que combatirlas al mismo tiempo que sus efectos. Más policías, más armas y sentencias absurdas de decenas o cientos de años de cárcel en nada contribuyen a modificar el negro panorama de nuestro país.

jusbbv@hotmail.com

V informe de ¿qué?

¡ Nos están volviendo locos !

Conductor balea transporte escolar en La Herradura
La unidad transportaba a siete niños, quienes resultaron ilesos
Un autobús escolar del colegio Médici fue baleado la mañana de este lunes en calles del fraccionamiento La Herradura, cuando conducía a siete niños a la escuela.

Vecinos de la zona reportaron que alrededor de las 08:30 horas de este lunes, escucharon una serie de detonaciones, y al salir a la calle observaron la huida de un vehículo de color negro, cuyos tripulantes dispararon en contra de la unidad, que presenta seis impactos de bala, los que, afortunadamente, no dañaron a los infantes, en hechos ocurridos en la calle Bosque de Antequera, la misma donde fue detenido Gerardo Álvarez Vázquez, a quien las autoridades identifican con el alias de El Indio.

El conductor y la unidad fueron conducidos al Centro de Control de la Agencia de Seguridad Estatal (ASE), donde se ubica una agencia del Ministerio Público de la Procuraduría mexiquense para continuar con las investigaciones.

Zafarrancho en el mitin contra la violencia en Monterrey

María Alejandra Arroyo y Juan Carlos G. Partida, corresponsales, y Notimex

Periódico La Jornada
Lunes 29 de agosto de 2011, p. 3
Integrantes del Movimiento Monterrey dice Hasta Aquí y de las organizaciones integrantes del Consejo Cívico de Instituciones de Nuevo León acudieron ayer a la Macroplaza de la capital neoleonesa en respuesta a la convocatoria lanzada desde las redes sociales, y demandaron la renuncia del gobernador Rodrigo Medina, el cierre de los casinos, un verdadero combate a la corrupción y un sistema de justicia efectivo.

Iban en aumento los gritos de “¡Fuera Medina!” y “¡Queremos paz!”, cuando el único orador, Manuel Treviño de Hoyos, denunció que “hay una grave corrupción en torno al gobernador y los alcaldes de la entidad; de modo que lo sucedido en el casino Royale obedece al ambiente de impunidad con que trabajan las autoridades, a quienes el colectivo llegó a decirles ‘¡hasta aquí!’”

Los participantes deploraron que todavía no se aclare si el casino funcionaba legalmente ni quién es el verdadero responsable de su apertura, o quién debió inspeccionar las salidas de emergencia ni qué hacen las autoridades para evitar el cobro de piso, todo lo cual muestra la corrupción oficial y el contubernio con los delincuentes.

Demandaron al gobierno estatal concentrar y ofrecer en Internet la información existente sobre los casinos y castigar el cobro de piso por ser “un delito que cuesta vidas inocentes”; pero el sistema de justicia lo permite porque se puso al servicio “de los criminales y sus abogados”.
El acto comenzó con un zafarrancho, cuando los militantes de Recuperemos México desplegaron una pancarta que rezaba: “Calderón, el gobierno ha traído miedo, terror y muerte, renuncia”, pues otros participantes quisieron anteponer sus propias mantas y consignas.

En Jalisco, a convocatoria de las redes sociales, decenas de personas acudieron al mediodía a la plaza de armas de Guadalajara a mostrar su solidaridad con las víctimas del casino Royale, y a repudiar al aumento de víctimas inocentes de la violencia que azota al país.

En el acto donde también se recordó a los 49 niños y bebés fallecidos por el incendio de la guardería ABC de Hermosillo, Sonora, Isaac Cárdenas leyó un mensaje de condena a los grupos criminales que se ensañan con la población civil, y demandó la renuncia de las autoridades de los tres niveles de gobierno que no pudieron inhibir el ataque al casino.

También un grupo numeroso de personas respondió al llamado de las redes sociales y marchó por calles de la capital de Puebla con las consignas de “No más violencia” y “México nos duele”.

Monterrey: ¿Terrorismo o Estado fallido?

Fuente: Hechosdehoy.com.mx
Al pararme ante un puesto de periódicos la palabra más destacada en los rotativos capitalinos es “terrorismo” con sus distintas variables: “acto terrorista”, “verdadero terrorismo”, etc. Es la síntesis del discurso que lanzó el presidente Felipe Calderón en cadena nacional tras conocerse las dimensiones de la matanza en el Casino Royale.
Las medidas específicas de ese discurso fueron pocas: tres días de luto nacional, el anuncio de la recompensa de 30 millones de pesos a los responsables de la tragedia del casino Royale y el viaje del primer mandatario a la capital de Nuevo León.
En la definición de lo sucedido en el Casino Royale, el gobierno federal se juega no sólo su viabilidad sino la eficacia del mensaje, el apoyo social en el combate al crimen organizado y el balance de lo que ha sucedido en 5 años de su sexenio.
El término “terrorismo” sólo se ha oficializado hasta ahora. Ni en los ataques del 15 de septiembre de 2008 en Morelia, Michoacán, ni en la matanza de Salvárcar en Ciudad Juárez, menos en el macabro hallazgo de cabezas arrojadas en bares, fiestas o en haciendas yucatecas o al encontrarse los 72 cuerpos de migrantes apilados en una fosa de San Fernando, Tamaulipas, las autoridades federales habían ensayado una definición cercana al “terrorismo”.
Fue Calderón quien lanzó la primera definición en su mensaje en Twitter la noche del jueves 25 de agosto: “acto de terror”, lo denominó. Minutos después su vocero del Consejo de Seguridad Pública, Alejandro Poiré lo divulgó. Y el viernes en la mañana, en mensaje en cadena nacional, el mandatario mexicano lo fraseó de la siguiente manera:
“Es evidente que no estamos enfrentando a delincuentes comunes. Estamos enfrentando a verdaderos terroristas que han rebasado todos los límites, no sólo los de la ley, sino del elemental sentido común y de respeto a la vida”.
En ese mismo discurso insistió en redoblar esfuerzos y las medidas adoptadas desde el inicio de su gobierno para combatir a las bandas criminales. Sin embargo, el mensaje presidencial no reparó en la involuntaria declaración de derrota que significa escalar la caracterización de la amenaza: ¿después de 5 años de decretada la “guerra” o “lucha” contra el narcotráfico, tras 50 mil muertos, y tras un despliegue militar fuera de la declaratoria de emergencia por qué hasta ahora admite que sí estamos ante un escenario de terrorismo?
Si llegamos al terrorismo significa que la estrategia original ha fallado. Si así fuera, ¿por qué no aclara Felipe Calderón qué medidas específicas se tomarán o pretenden adoptarse frente a una amenaza que implica, en esencia, una escalada mayor de violencia? ¿la clave está, acaso, en la Ley de Seguridad Nacional que Calderón urgió a aprobar en el Congreso?
Llama la atención que el presidente norteamericano Barak Obama no retomó el término colocado por Calderón para darle una dimensión a la tragedia de Casino Royale. Obama condenó “el bárbaro y reprobable ataque”  en medio de una batalla para “terminar con criminales trasnacionales”.  Tampoco Hillary Clinton se atrevió a denominar como “terrorismo” lo sucedido. Y eso que la secretaria de Estado había alertado meses antes sobre la configuración de una “narco insurgencia” en México. Término que indignó al gobierno mexicano.
Ni Obama ni Clinton reaccionaron al explícito reproche de Calderón contra Estados Unidos en su discurso: “también ustedes son responsables”. Paradójicamente, ésta fue la nota principal para rotativos como el español El País que tituló así la noticia: “Calderón carga contra Estados Unidos tras la matanza de Monterrey”.
La Jornada desplegó en su contraportada la nota divulgada por The New York Times en la que se documenta, con mayor detalle, la evidente y clara participación de militares y agentes estadounidenses en la batalla contra el narcotráfico. El rotativo habla de operaciones boomerang , cuyo objetivo es evadir la vigilancia y corrupción del crimen organizado en México, así como ofrecer sitios de alta seguridad para la colaboración entre los dos países.
Según The New York Times en los últimos 18 meses se han realizado dos de estos operativos, “con resultados poco significativos”.
¿Esto forma parte del guión de lucha contra el “terrorismo” que ha adoptado Calderón? ¿O simplemente se trata, una vez más, de una cesión mayor de soberanía para confirmar la tesis norteamericana de que vivimos frente a un Estado fallido que requiere de la “asesoría” de los organismos de inteligencia y de combate de nuestro vecino del norte?
La tragedia de Monterrey es peor por partida triple: en primer lugar, porque existían elementos suficientes para prever que un ataque o matanza de estas dimensiones se estaba preparando desde hace tiempo y las instituciones estatales y federales no hicieron nada para evitarlo; en segundo lugar, porque al endurecer su discurso Calderón da un salto todavía más peligroso y discrecional en una batalla que tenderá a polarizar más a la sociedad mexicana y no evitará nuevas víctimas civiles en esta escalada violenta; y, en tercer lugar, porque ni los reproches ni los berrinches presidenciales contra Washington han evitado lo que es un hecho: pasamos de la “colaboración” a la creciente “intervención” de los Goodfellas.

Oro, plata y bronce para alumnos de la ESIME

Elizabeth Velasco C.

Periódico La Jornada
Lunes 29 de agosto de 2011, p. 43
Alumnos de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME) Unidad Ticomán, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), obtuvieron medallas de oro, plata y bronce en el Certamen Internacional PACE (Partners for the Advancement of Collaborative Engineering Education) Annual Forum 2011, realizado en la Universidad de Columbia Británica, en Vancouver, Canadá.

Los lugares obtenidos por los alumnos politécnicos fueron: primer lugar en manufactura del producto; segundo lugar en investigación de mercado, y tercer sitio en diseño exterior e ingeniería.

El certamen mundial sobre diseño automotriz reunió a estudiantes de ingeniería de universidades de Estados Unidos, Suecia, China, Corea, India, Canadá y México.

El maestro en ciencias Jorge Luis Garrido Téllez, responsable de los politécnicos, informó que PACE está conformada por General Motors GM, Autodesk, Hewlett-Packard, Siemens PLM Software y Sun Microsystems.
PACE se enfoca a la colaboración con instituciones académicas estratégicamente seleccionadas alrededor del mundo para el desarrollo de la ingeniería, empleando la metodología Product Lifecycle Management (PLM).

Garrido informó que desde el año 2000 se firmó un convenio de cooperación entre el Instituto Politécnico Nacional y PACE, con la intención de aumentar la currícula de CAD/CAM/CAE en instituciones de educación superior.

El especialista del IPN detalló que en 2010, General Motors convocó a instituciones educativas de todo el mundo a desarrollar el proyecto Transporte Urbano Sustentable, planeado para el año 2030 (vehículo biplaza, híbrido, urbano y cero emisiones), para lo cual se integraron siete equipos de diferentes universidades.

Esperanza desde la UNAM

Víctor Flores Olea
Algunos despistados han criticado a José Narro, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), por sus mensajes de carácter público dirigidos no solamente a los universitarios, sino a la ciudadanía en general. En este sentido resulta una rara avis porque hacía tiempo que un rector de la máxima casa de estudios no se pronunciaba tan clara y frecuentemente sobre los problemas nacionales, siempre con extrema pertinencia. Y, cumpliendo una responsabilidad asumida, hacer las veces de real conciencia nacional pedagógica y orientadora.

En otros tiempos, rectores excepcionales –pensemos en Javier Barros Sierra y en Pablo González Casanova– se pronunciaron en voz muy alta y firme defendiendo a la UNAM y a los universitarios de la saña que se había suscitado en su contra en momentos de graves enfrentamientos entre universitarios y el Estado. No fue un hecho menor, por supuesto, la ocupación militar de Ciudad Universitaria, el encarcelamiento y asesinato de jóvenes universitarios y la violencia generalizada de políticos en funciones de Estado, comenzando por el jefe del Ejecutivo de entonces, que en el extremo asumieron como norma violentar los derechos de la universidad y de los universitarios. Las autoridades universitarias de la época, comenzando con las de más alto rango, y la comunidad en su conjunto, defendieron a la UNAM hasta el límite de sus posibilidades.

Pero dejemos ahora ese pasado y fijemos la atención en el presente nacional, también desastroso y angustioso para los universitarios y para la gran mayoría de mexicanos. La última represalia asesina de Monterrey nos vuelve a mostrar la urgencia de retomar el buen camino. Entonces encontraremos el mérito especial del rector José Narro y de buen número de universitarios, directivos o no de las instituciones de la casa de estudios, preocupados por la situación que vive Mexico, sobre todo en materia de seguridad, por la violencia que se deriva de la corrupción de infinidad de funcionarios y trabajadores públicos de todos los niveles, por la sistemática violación a la ley y al orden público que llevan a cabo tales responsables, y por su incompetencia para enfrentar con madurez e inteligencia el conjunto de graves problemas que vive México.

La actitud asumida por José Narro es altamente elogiable. Y por supuesto también la de los universitarios que han participado en la formulación de los Elementos para la construcción de una política de Estado para la seguridad y la justicia en democracia, que fue presentada hace unos días ante la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), que en unos días se discutirá con el presidente Calderón, y se llevará al Congreso y también al gabinete de Seguridad para su discusión.

La propuesta fue formulada por 88 expertos e integra 36 acciones concretas, 14 principios rectores y nueve apartados que tienen como finalidad coadyuvar en la estrategia de combate al crimen organizado en el país para que ésta no se vea exclusivamente como un asunto de armas.
El rector Narro ha planteado también muy sensatamente que esta nueva estrategia anticrimen en favor de la seguridad ciudadana se discuta ampliamente en diversos foros universitarios.

Por lo que ha trascendido, subrayaría que al menos son tres las principales líneas que contiene esa línea estratégica. Primero, las armas no son ni el único ni aun el principal instrumento para enfrentar al crimen organizado, que se deriva de una situación de tremendo abandono y desigualdades en el país. Segundo, la cuestión primordial es la socioeconómica, en que se incluye, desde luego, la creación de empleos y también la corrección de los desniveles abismales en la riqueza y las oportunidades. Tercero, la cuestión educativa que supone un esfuerzo excepcional de la nación para ampliar la educación en todas sus esferas y proporcionar a este aspecto fundamental del de-sarrollo de los recursos necesarios para alcanzar una planta docente y una infraestructura educativa que de verdad nos permita tener esperanzas fundadas en el porvenir de México.

Hay, pues, en el planteamiento universitario sobre la seguridad un cambio profundo de estrategia respecto de la que impera hasta hoy, a lo que parece con una elaboración en Los Pinos a puertas cerradas que no sólo está demostrado que es incompleta, sino que está lejos de responder a la tragedia nacional que vivimos. (¿O la estrategia fue definida en el norte?)

Se trata entonces de un cambio esencial de la estrategia seguida hasta ahora por el gobierno, considerando el desafío en varios aspectos –económico, educativo, de orientación ética y cultural, etcétera–, y no sólo en el obsesivo y unilateral de las armas. Entre los elementos anticorrupción que se plantean estaría también la persecución implacable del lavado de dinero, que es uno de los pilares de estos delitos.

En anteriores intervenciones universitarias el rector ha insistido precisamente en la necesidad de buscar y encontrar para México una ruta de crecimiento económico equilibrado, lo cual implica una severa corrección de los dogmas neoliberales que han sido desastrosos (privatizaciones, desregulaciones, la economía casino), para procurar un crecimiento más amplio y humano. Y algo fundamental a que siempre se ha referido: que la batalla contra el crimen comprenda también irrestrictamente la salvaguarda y protección de los derechos humanos y de las garantías individuales, sin lo cual se va a pique un Estado que quisiera ser mínimamente democrático.

Bienvenida, pues, la iniciativa universitaria y la comprensión esperanzadora del rector en las mejores perspectivas de los graves problemas nacionales hoy.

El periodista Millán Julio Hernández López

Astillero
Torres gemelas
Estadio y casino
Felipe W. Calderón



Foto
EMPUJONES EN PROTESTA POR LA PAZ. Habitantes de Monterrey se manifestaron ayer en la Macroplaza, frente al palacio de gobierno, para exigir un alto a la violencia. Durante la protesta, hubo conatos de enfrentamiento entre quienes pedían la renuncia del gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, y los que demandaban la salida del presidente Felipe CalderónFoto Víctor Camacho
 
Es como un relanzamiento. Un segundo aire cuando parecía que el oxígeno político le faltaba. Un fantasma de peores horrores por venir, para justificar y apuntalar sus planes de continuismo (con elecciones, sin ellas o con ellas a medias) mediante borregos apellidados Cordero u otras formas de suplantación política a las que obligaría la terrible realidad. Una manera de reordenar y aprovechar a sus críticos civiles institucionalizados, de por sí ya bastante difuminados y alineados (con besos y sin ellos). Una justificación oportuna para reanudar caravanas policiacas y militares efectistas rumbo al norte (de donde otros pobladores, como los juarenses, han pedido fundadamente su expulsión por ser causantes de peores males que los presuntamente combatidos). Un revitalizador energético para sus discursos que pueden seguir siendo los mismos, pero ahora dichos con más vehemencia y con rostro y manos de más dureza expresiva. Una recarga argumental de chantajismo patriótico para impulsar las reformas a la Ley de Seguridad Nacional. Y una nueva ocasión para insistir en la cantaleta de todo lo que va del sexenio: la unidad nacional, entendida como cierre de filas en torno a él, Felipe W. Calderón, esta vez a causa de las Torres Gemelas que en la versión nativa han sido un estadio torreonense y un casino regiomontano.
Tres días de luto nacional inmediato cuando el mismo declarante tardó un año para decretarlo en el caso de los 49 niños muertos en la guardería ABC. Instalación apresurada, contundente y repetitiva del concepto de terrorismo que habrá de justificar los excesos cometidos por una administración bélica que así cree contar con una coartada o atenuante en razón de ese nuevo eje del mal. Felipe y su vocero Poiré, que se muestran ante cámaras con grandes enojos y sus parlamentos salen cargados de adjetivos descalificatorios, que pueden ser entendidos y compartidos si se escuchan en labios de los familiares de las víctimas, pero que en voz de los altísimos funcionarios públicos mencionados suenan más a enjundia en busca de exculpación mediante la teatralidad y que a oídos de los mexicanos, largamente especializados en detección de sospechosismos, parecieran encubrir propósitos proporcionalmente inversos a la vehemencia escenográfica.
Recomposición oportunista a la que en nada sustancial afectarán los incidentes y vericuetos de las investigaciones oficiales (ya anoche se anunciaba la detención de dos presuntos responsables del ataque al casino regiomontano). Lo importante era y es colocar en la marquesina social el arranque de la nueva temporada, la del terrorismo como justificación, discurso y proyecto. Por lo pronto, el senador priísta Manlio Fabio Beltrones pide acompañar al licenciado Calderón en este trayecto difícil (tejedor, el sonorense, de presuntos puntos finos que pudieran ayudarle a ver la caída del copete delantero, por errores de él mismo o por metralla política de Los Pinos). Y la violencia política como amenaza, natural o fabricada, alcanza incluso un acto de Andrés Manuel López Obrador en el delicadísimo Nuevo Laredo, donde un presunto grupo de choque de la directiva estatal perredista golpeó con bates y manoplas a asistentes a un mitin del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) cuando éste había terminado, según eso en represalia por las denuncias hechas en el curso de esa reunión contra el dirigente estatal del sol azteca. Dato aparentemente menor, circunstancial, enteramente local, pero que da cuenta de los riesgos constantes que corre el ejercicio cívico y político desde posturas críticas.
Astillas
El asesinato del periodista sinaloense Humberto Millán constituye una ofensa y una amenaza para el honesto ejercicio crítico desde los medios de comunicación. A diferencia de otros casos en los que asoman o son colocados ciertos ribetes polémicos para incluir entre las posibles causas de la autoría de esos crímenes alguna forma de relación de periodistas con el poder corruptor y vengativo del narcotráfico, en el caso de Millán hay una extendida convicción de que su muerte tiene como contexto único el ejercicio crítico respecto de la clase política estatal. Así lo han entendido la inmensa mayoría (por no decir la totalidad) de sus propios compañeros de oficio, el dirigente estatal del PAN y el propio gobierno estatal, además de que un compañero del difunto Millán ha hecho saber que cuenta con un video en el que el periodista, ya bajo amenaza, dejó constancia de sus sospechas respecto a quienes desde el poder político podrían atentar contra su vida. Por lo pronto, el secretario general del gobierno de Sinaloa ha acudido ante la procuraduría estatal para declarar en torno a las presunciones (que ha negado categóricamente) de que él, ampliamente criticado por Millán e incluido en la lista de sospechosos, según la versión del amigo depositario del video de denuncia, podría ser autor intelectual del levantón y posterior ejecución del periodista sinaloense. Sabido es que el narcotráfico ha infiltrado también ciertos segmentos del ejercicio periodístico, y que en varios estados del país hay redacciones donde los grupos delincuenciales dominantes tienen virtuales jefes de prensa que reparten gratificaciones y proponen enfoques noticiosos o sugieren censuras siempre acatadas, además de servir como halcones internos para denunciar ante sus patrones informales a aquellos que aun sin firmar sus notas o reportajes escriban de manera adversa al interés de los jefes. Pero, en una zona minada como es Sinaloa, el asesinato de Humberto Millán –sin nexo conocido o sugerido con esos asuntos oscuros– es una forma de acrecentar la violencia contra quienes analizan y critican los asuntos públicos, en especial los políticos, sin dejarse contaminar por el narco. Con lo sucedido en Monterrey el país ha sido llevado por el calderonismo a una fase superior del control social mediante el miedo. Con lo sucedido en Culiacán también se ha avanzado un paso en el ataque a las posturas críticas en los medios de comunicación. ¡Hasta mañana!

Operativo en Monterrey-Helguera


Necedad. Omar



La casa pierde. Naranjo