jueves, 27 de enero de 2011

FC apoya a Marcelo Julio Hernández López

Astillero
Hillary vino a votar
Da línea transexenal
Sargentismo pinolero



La esposa de Bill vino a depositar públicamente su voto para 2012: que siga la guerra (llámese ésta así, o “lucha”), gane quien gane los próximos comicios presidenciales. Boleta electoral marcada y resultados predichos: bota por voto y balacera por casilla.
El mensaje pretendería ser: perded toda esperanza, pues entrado Felipe en su guerra de legitimación y control ya no está en circunstancia de escuchar razones que no sean las del alto mando, es decir, las que transmitió la interventora estadunidense Hillary, quien tuvo el detalle de compartir con el respetable público breves destellos de los amarres en privado que impuso y que en esencia son uno: ni un paso atrás, ni ahora ni después de las elecciones que así estarían desde ahora sometidas a una voluntad bélica transexenal.
Felipe angustiado ante el riesgo de perder lo que llama poder, sabedor de los riesgos que él y su pandilla correrían cuando carecieran del blindaje que los coloca a salvo de los horrores de la guerra ahora etiquetada hipócritamente como “lucha”. Colocados gustosamente bajo la protección estadunidense, servidores de Washington, agentes trasnacionales de la política imperial de devastación externa y placidez interna, los calderonistas solicitan y aceptan los lineamientos ajenos, abdicación patria sin atenuantes. Por ello permiten a agentes de la FBI que interroguen en suelo mexicano a centroamericanos migrantes y por ello se le pide a la secretaria de seguridad interior de Estados Unidos que entre al auxilio de Ciudad Juárez, a ver si con decorados extranjeros se podrían simular avances y logros que por sí mismo no alcanza a montar el sargentismo fallido de Los Pinos.
(A propósito de los interrogatorios a migrantes por parte de la FBI, el presunto secretario de Gobernación, Francisco Bla Bla Blake Mora –el verdadero, según decreto imperial emitido por Felipe I, es el nuevo favorito de Los Pinos, el joven secretario particular Roberto Gil– dijo el pasado lunes en Tijuana que tales acciones de agentes gringos se fundamentan en acuerdos internacionales de cooperación y coordinación, y que su justificación es que el problema de la inseguridad no se circunscribe a México. Ayer, sin embargo, el titular del Instituto Nacional de –combate a la– Migración, Salvador Beltrán del Río, dijo que siempre no, que los tales interrogatorios extranjeros no eran verdad, ni los señalamientos de Wikileaks. Vaya credibilidad de administración calderonista: ni entre ellos se ponen de acuerdo.)
La consolidación de lo macabro como forma de dominación política se produjo mientras en otro foro internacional era condenado el modelo de lucha violenta contra el narcotráfico que sostiene FeliPum. Ex presidentes de países latinoamericanos, entre ellos el mexicano Ernesto Zedillo, el brasileño Fernando Henrique Cardoso y el colombiano César Gaviria, además de escritores renombrados como Carlos Fuentes y Mario Vargas Llosa, se reunieron en el marco de una Comisión Global de Políticas sobre Drogas y, entre otras cosas, plantearon, según la declaración que a modo de vocero hizo Cardoso,  que luego de décadas de una política contra el narcotráfico basada en la represión es “evidente que ésta ha fallado” y que “tanto el consumo como la producción van en aumento”.
Cardoso también señaló que las grandes cantidades de los presupuestos nacionales dirigidas a las políticas represivas “hacen que, en comparación, la financiación de los tratamientos parezca ridícula. No se trata de pedir más dinero, sino de utilizar mejor el que ya existe”. El brasileño mencionó los casos de México y Colombia, “dos países que han hecho esfuerzos muy grandes, con efectos muy limitados”, lo que demostraría “que se necesita un cambio de mentalidad”. Gaviria, entre otras cosas, dijo que “América Latina está cansada de prohibiciones que no han funcionado”.
Calderón, sin embargo, sigue atado al guión sangriento. Decenas de mexicanos mueren diariamente y miles son sometidos a procesos “colaterales” de amedrentamiento y acoso, tanto por parte de las fuerzas oficiales como de los cárteles combatientes. Un ejemplo de la descomposición extrema acaba de suceder en Ciudad Juárez, donde un policía protector del presidente municipal fue asesinado “arteramente”, según el priísta Héctor Murguía que, dueño también de su propio expediente de acusaciones públicas de relaciones oscuras, dijo que los policías federales “son una gavilla de pistoleros con rifles R-15”. De acuerdo con su relato, Murguía fue al hotel donde se hospedan los federales a protestar enseguida del asesinato de su escolta. Allí fue encañonado, amenazado y ofendido por los policías federales, ante lo cual Murguía consideró que se había salvado “de milagro” de ser asesinado. Si eso le pasa a él, reconoció el presidente municipal, ¿qué le pasará a los ciudadanos en general?
Astillas
La ruta de la confrontación anunciada sigue siendo recorrida con ahínco por los bandos priístas en pugna en Guerrero. Rubén Figueroa y René Juárez, representados técnicamente por Manuel Añorve, parecieran dispuestos a ensayar todo cuanto puedan del catálogo tricolor de las trampas y la violencia, acicateados por la clara toma de partido en favor de Ángel Aguirre que decidió Calderón al obligar a Marcos Parra a declinar y a Gustavo Madero a tratar de justificar tal trance “táctico” (¿a cambio de qué, la ayuda blanquiazul: Baja California Sur, estado de México?). En los hechos, Calderón está apoyando a los Chuchos pero, sobre todo, a Marcelo Ebrard, quien pretende ganar la candidatura presidencial de izquierda sumando a su favor gubernaturas de “alianza” directa o de facto y colocándose así como una opción de “unidad” entre PAN y PRD rumbo a 2012... Y, mientras la Marina y la Policía Federal realizan más operaciones en la ciudad de México, como si trataran de ir acostumbrando a los pobladores capitalinos a ver el espectáculo de avasallamiento que el resto del país conoce, ¡hasta mañana, con Patrón Laviada dejando de ejercer en persona el negocio de la Profepa!

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