miércoles, 20 de octubre de 2010

La indefensión social Sergio Conde Varela Abogado


El estado de indefensión social es aquel en el cual, la sociedad no tiene defensa. Ese estado de manera continua aparece en nuestra ciudad, en nuestro entorno de cada día.

Y lo anterior lleva a la comunidad a que se le crispen los nervios y empiece a sentirse ahogada por tanta indiferencia oficial hacia quienes no han podido o no han querido salir de ella, por tener en la misma sus afectos, sus trabajos y la esperanza de que las cosas cambien.

Es notorio el hecho de que miles de juarenses han salido de nuestra frontera, es más, muchos de ellos económicamente productivos, ya han formado alianzas en la vecina ciudad para emprender tareas y realizar proyectos que les permitan vivir una vida digna, privilegio que se les negó aquí en Juárez porque las esferas de gobierno no pudieron o no quisieron cumplir con el cometido legal que tienen de brindar seguridad al pueblo.

No hay forma de defenderse porque no hay voluntad política y administrativa para resolver los problemas que tenemos desde hace muchos pero muchos meses, convertidos ya en años. La Constitución en Juárez es letra muerta.

Las leyes que de ella emanan para el bien público no se observan.

Los pagos a los organismos descentralizados como el IMSS, el Infonavit, La Junta Municipal de Agua y Saneamiento, la CFE, y los servicios concesionados como el gas, nadie puede detener su carrera de alzas considerables y la gente con la crisis encima lo único que comenta es que no sabe por qué sucede esto, cuando hay millonarios que si tuvieran sensibilidad social, en un abrir y cerrar de ojos, podrían transformar el desierto nacional en un vergel.

Los representantes populares, en especial los federales, se han caracterizado por acudir sólo a nuestra ciudad cuando hay eventos políticos, pero ninguna justificación tienen sus elevados salarios que son una ruidosa cachetada para los juarenses que se afanan con muchas horas de trabajo para completar el diario sustento, porque el tiempo que llevan en sus cargos no ha sido para producir una sola ley que beneficie a esta acorralada frontera.

Decíamos que la indefensión es manifiesta, porque el ambiente que se vive es de pánico, de amenaza cumplida, de extorsión manifiesta y de muerte brutal. Las instituciones obligadas a ello, le han negado a los fronterizos el cobijo del derecho que muchos años se gritó y que ahora sólo produce sonrisas. Quizás de nuestra ciudad salga la iniciativa de que se cierren las instituciones en las cuales se imparte el derecho, porque éste lo han convertido en sueños guajiros.

En compañía del estado de indefensión se encuentra la irresponsabilidad histórica de quienes no han pasado los dedos de la inteligencia por la piel de nuestra querida frontera.

Regularmente no se pone orden en las áreas públicas que requieren de inmediato de soluciones.

Pasan los días y se piensa que se vive en otros tiempos y que los problemas se resuelven solos. Pues no es así, más de 7 mil muertos en 3 años, más de 6 mil negocios cerrados, más de l80 mil juarenses desterrados, fraccionamientos amurallados y produciendo abigarrados movimientos de automóviles en las pocas arterias amplias que existen ; la ausencia del respeto a la vida, la propiedad y la integridad personal, son ejemplos vivos de que esto se resquebraja frente al dejo y la apatía, y parece que fuera adrede.

Los organismos intermedios han levantado su voz, los universitarios, los periodistas, los ruteros, los vendedores, los dueños de diferentes giros de negocios; las sociedades de padres, las direcciones de las escuelas y un sin fin de organizaciones de la sociedad civil, a quienes no se les ha dado puntual respuesta a sus peticiones debidamente fundadas.

En atención a esa indiferencia marcada, conviene que se salte al orden internacional y se busquen los apoyos que el sistema no le ha podido dar a miles de personas azotadas por este flagelo de tantas caras y que se salga cuanto antes de este lamentable estado de indefensión social.

No hay comentarios: