lunes, 27 de septiembre de 2010

Matan a 72 de entre 13 y 25 años en este mes - Ciudad Juárez, Chihuahua, México

Angélica Villegas
El Diario

A sus 23 años, la paranoia es parte de su vida cotidiana. “Eso es lo que siento cuando ando por la calle, porque no es miedo. No importa si es un lugar concurrido o solitario, o en el día, es igual, te pueden matar en donde sea, vivir aquí se ha convertido en una cuestión de suerte”, menciona Alejandra, una estudiante de Psicología.

El sentimiento lo sufren numerosos jóvenes, a partir de que cientos de ejecuciones en la ciudad se han cometido en contra de personas de entre 13 y 25 años, pues tan sólo en lo que va del mes ya son 72 casos de asesinados dentro de ese rango de edad, de acuerdo con los protocolos de información emitidos por la Subprocuraduría de Justicia en la Zona Norte.

De ellos, 59 eran hombres, mientras que 13 eran mujeres jóvenes.

Hombres y mujeres de entre 15 y 25 años, de diferentes sectores de la ciudad, algunos son estudiantes, otros sólo trabajan, pero todos tienen en común el sentir paranoia al transitar por las calles de la localidad.

“Lo único que te queda es hacer tu vida a partir del miedo. No tengo ningún conocido que no me haya dicho que no tiene paranoia. Hay amigos que me han dicho que hasta sueñan que nos ejecutan”, agrega la joven al momento de mencionar algunos de los casos de victimados que le tocó vivir en este año.

Rocío, de 20 años, comenta en qué situaciones piensa que se siente envuelta diariamente. Un tipo de “complot” del gobierno contra jóvenes, dice.



Piensas que te siguen y no necesitas ser culpable de algo para que te maten. He llegado a pensar que esto al gobierno le conviene, porque por lo general son los jóvenes quienes se rebelan y ahora son muchos los que están pereciendo”, expresa.

Las personas entrevistadas jamás se han visto entre ellas, sin embargo, sus comentarios respecto a las matanzas diarias en la ciudad fueron muy similares.

“Lamentablemente me ha tocado ver, oír y sentir casi de cerca estos sucesos. Me siento muy deprimido, no es lo mismo que antes, siento como paranoia cada vez que salgo de mi casa”, indica Luis, un estudiante de química de 23 años, durante una conversación vía electrónica.

“Cuando voy camino a la ‘uni’ en la mañana, pues me siento de cierta manera un poco tranquilo, porque voy con mis hermanos y me distraigo con sus chistes. Pero cuando ando solo, pfff, o con mi chica, me siento bien vulnerable ante estos locos. Es más, al tipo que asesinaron en la Ejército y Rancho Becerro me tocó verlo, todo ese día no quise ni salir”, recuerda.

“O sea... lamentablemente me ha tocado ver, oír, sentir casi de cerca estos sucesos, me siento muy deprimido, no es lo mismo que antes, ps yo no debo nada así como para preocuparme, pero yo creo que quizá por mis delirios de persecución siempre que salgo pasa por mi cabeza esa idea. Todos estamos en la cloaca pero algunos miramos a las estrellas...”, dice.

–¿Y has pensado en ir por atención psicológica?– se le pregunta.

“No, no creo en eso fíjate. Soy muy escéptico en cuanto a eso. Convivimos con esto todos los días, creo que tengo el poder para quitarme ese miedo”, expresa la conversación entre dos jóvenes hace algunos días, luego de la ejecución del fotógrafo Luis Carlos Santiago Orozco.

Un compañero del fotoperiodista acribillado el pasado 16 de septiembre refiere no sentir miedo después del asesinato, sino impotencia, además de que no se acostumbra a no volver a verlo llegar a bajar sus fotografías.

“Aún no me hago a la idea, no me ha caído el veinte que ya no está. Sigo pensando que va a llegar a bajar sus fotos, pero no llega. No me da miedo morir, todos vamos a morir, pero estar nervioso todo el tiempo está feo. A veces siento que me andan siguiendo y no es nadie. Pienso que me puede pasar lo mismo que a Luis”, dice al respecto Miguel (nombre ficticio), de 20 años.

Otros jóvenes incluso mencionan sentir desesperación, pues les parece que se encuentran encerrados y contra la pared dentro de sus casas, al igual que al andar en las calles.

“Yo siento desesperación por estar aquí. Es como si estuvieras encerrado, a pesar de que estás ‘seguro’ te puede pasar algo, como a la gente que han matado adentro de sus casas. Estamos encerrados en nuestra propia ciudad”, advierte Eliana, de 21 años, quien sólo trabaja.

Arturo, de 24 años, dice sentir tristeza por todas las muertes que se registran en la localidad, aunque también concordó con los demás entrevistados en la falta de una autoridad para que se haga justicia.

“Es muy triste ver que maten tantos ‘chavos’. Lo que sí siento es que ahora cualquiera te puede matar porque no les hacen nada. Ahora si me llegan a decir algo en la calle, no les diría nada. En ese sentido me cuido más”, explica.

Al igual que argumenta Alejandra, “la impunidad está a tal grado que no sólo en la calle estás expuesto, ya hasta en tu casa pueden llegar y matarte o igual puedes matar a cualquiera y no pasa nada, porque las autoridades no les hacen nada”.

Todos los entrevistados coincidieron en que en Ciudad Juárez no hay habitante que no haya visto la escena de al menos un asesinato.

“Yo no podía creer que era él, pensé que era otro y lo habían confundido (…) pues ya pasaron varios días, pero ahora sí tengo miedo, lo que le pasó a él nos puede pasar a todos. Lo ‘gacho’ es que yo lo conocía y no estaba metido en nada. No es justo”, señala Jesús, de 24 años, quien vio el cadáver de un amigo suyo en las noticias de la televisión la semana pasada.

La muerte del amigo de Jesús forma parte de las 72 ejecuciones de menores de 25 años de edad, registradas en lo que va del mes, de las cuales 59 fueron hombres y 13 mujeres.

De acuerdo con archivos periodísticos, en los casos de las mujeres, las edades oscilan entre los seis y 25 años de edad, el más reciente fue el de una niña que pereció en compañía de su padre dentro de su casa, a manos de un comando armado hace dos días.

En cuanto a los 59 homicidios cometidos en perjuicio de hombres dentro del mismo rango de edad, 12 se perpetraron en contra de personas de 25 años, otros 11 contra personas de entre 20 y 25, mientras que seis jóvenes de 20 años murieron en los ataques.

Dentro de la cifra global de los crímenes dolosos contra hombres menores de 25 años, se contabilizaron un adolescente de 13, mientras que dos muertes para las edades de 14, 17 y 18 años.

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