martes, 28 de septiembre de 2010

Astillero
Cinismo retador

Ulises Peña Nieto

Lozano Sandoval

Shangai, tepache

Julio Hernández López


La tragedia política nacional presenta a algunos de sus actores en empeñosa búsqueda de provocar peores reacciones del público harto de cinismo e impunidad. Sólo a alguien sin plena conciencia de lo que su persona significa y provoca, como Ulises Ruiz, se le podría ocurrir que su estela de sangre y corrupción podría pasar desapercibida en una extraña ceremonia de politiquería programada para realizarse ayer en una sala de Ciudad Universitaria para que la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) rindiera un innecesario e incluso ofensivo homenaje a la UNAM en su centenario. Como era previsible, asistentes a la sesión protestaron en diversos tonos por la presencia del todavía gobernador de Oaxaca, lo que llevó a cancelar el acto que encabezaría el rector José Narro.

La misma apuesta fallida por la desmemoria nacional lleva al futuro contrayente electoral, Enrique Peña Nieto, a vanagloriarse de su cercanía con el ex presidente Carlos Salinas de Gortari luego que el virtual candidato presidencial en campaña viajera, Andrés Manuel López Obrador, ha mostrado en plazas públicas del estado de México una de las muchas fotografías que dan cuenta de la identidad y camaradería del gobernador gavioto y su gerente desalmado. Así como ha podido sobrellevar el estigma de origen que a su carrera imprimió el padrinazgo local de su tío, Arturo Montiel, a quien ha protegido aplicadamente, el sonriente Peña Nieto considera que en nada le afecta la relación con quien es mencionado como su actual promotor y apoderado para el 2012, el sombrío Salinas. Aún más, en un giro de presunta frivolidad desdeñosa, ha expresado el puntero presidencial priísta su deseo de que el tabasqueño todavía perredista siga llevando esa fotografía de amores políticos comprometedores por todos lados, para que así sean conocidos los partícipes donde no les hubiera sido posible acercarse.

Cada vez más agrio y provocador, el secretario federal del Trabajo, Javier Lozano, pareciera estar convencido de que su única posibilidad real de ser candidato a la presidencia por su partido sexenal, el PAN, depende del grado de irritación que en sus contrincantes genere, de un estallido por exasperación que llevará a un endurecimiento que permitiera la postulación de un civil de “mano dura”. Así, ayer dio a conocer que la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje no otorgará la toma de nota a los directivos actuales del golpeado SME e hizo una serie de consideraciones de juridicidad a conveniencia que en los hechos significan el cierre de los últimos reductos de esperanza de quienes han resistido al manotazo con que el calderonismo cerró fuentes de trabajo e impulsó nuevos negocios particulares.

Insensibilidad parecida es la que anima al cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, en la guerra abierta que ha declarado a los órganos formales de gobierno de la ciudad de México que han promovido y aprobado reformas legales de corte liberal que han irritado al conservadurismo más cerril. A las acusaciones sin sustento que enderezó contra Marcelo Ebrard y los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha añadido el jefe de la ultraderecha mexicana el calificativo de dictatorial al gobierno capitalino. La insistencia retadora de Sandoval tiene como plataforma de lanzamiento la omisa postura del gobierno federal, que no se atreve a llamar al jefe religioso a respetar la letra constitucional. Mejor haría el cardenal, peleonero en lo chilango, con ayudar a su subordinado, el acólito Emilio González Márquez, que este miércoles verá en la capital tapatía una enorme manifestación de miembros de la Universidad de Guadalajara en litigio por la asignación de recursos económicos que el góber piadoso (con la Iglesia católica) les regatea.
Astillas

Miguel Ángel Hidalgo Martínez, mexicano que es candidato a maestro en desarrollo internacional en la Universidad Tsinghua, en Pekín, manda el siguiente reporte de la presencia de nuestro país en la Expo Shangai: “El ‘posible lugar’ del estand de México fue ocupado por Brasil, que se ubicó entre Estados Unidos y Canadá. El tema principal es el desarrollo urbano sustentable. El estand de México solamente tiene un escueto video de aproximadamente siete minutos sobre el proceso de urbanización de la ciudad de México. Además, hay dos piezas arqueológicas mayas y en el centro del pabellón, robando todo el protagonismo, aparece un retablo barroco con una de las tantas representaciones de la Virgen María, llorando sangre, envuelta en un manto púrpura y con una cruz encajada en el corazón. A un lado de dicho retablo hay un par de bocinas con cantos gregorianos y campanadas que llaman a misa. Al otro lado, una pantalla interactiva donde se presentan distintos ‘tipos de mexicanos’ (como textualmente dice) de la sociedad actual. En una parte de esta presentación se compara a una adolescente emo con una niña indígena. La explicación textual que se ofrece es la siguiente: ‘estas dos personas tienen distintos disfraces, pero pertenecen a la misma sociedad’. En los demás pabellones latinoamericanos encontré chilenos, cubanos, venezolanos atendiendo a los visitantes. No fue así en el caso del pabellón mexicano”... Quienes piensan que el académico vocero federal para condolencias y justificaciones relacionadas con el narcotráfico, Alejandro Poiré, anda regando el tepache en sus conferencias de prensa, han de saber que les asiste la razón fermentada. De la mano del traductor José María Ímaz, quien dio la primera luz a este tecleador sobre el tema, he allí que poiré en efecto es una forma elegante del tepache (usualmente hecho a partir de cáscaras de piña y azúcar o piloncillo, aunque en esencia el mismo proceso se puede hacer con otras frutas), sólo que en el caso relacionado con el apellido del funcionario calderonista se hace a partir de la pera (poire, en francés), que da como resultado una especie de sidra, una perada (poiré, en el mismo idioma)... Y, mientras Mexicana liquida a la mitad de sus trabajadores, ¡hasta mañana!

Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

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