jueves, 15 de julio de 2010

Astillero

Astillero
Procuraduría de Gobernación
BC: elecciones, narco
Ruiz Mateos, retornable
Ferrari, patrocinado por Monsanto
Julio Hernández López


Lo más grave no es la nueva reivindicación escandalosa del cuatachismo, ni el talante de gran derrotado electoral reciente de Francisco Blake Mora, sino la explícita criminalización que el ocupante de Los Pinos ha impreso a la agenda de trabajo de la Secretaría de Gobernación: nunca antes un encargado de la administración federal había subrayado y enfatizado el papel policiaco de las oficinas de Bucareli, ni había colocado en segundo plano las tareas políticas para destacar el rol combativo contra delincuencias organizadas de esa, la oficina que por antonomasia debería concentrarse en los miles de nervios sensitivos que constituyen la esencia de lo público, que es la política.
Pero, en el fondo, el negruzco nombramiento de ayer es una personalísima revancha posdatada, pues al fin pudo Felipe Calderón colocar a su cuate Francisco Blake Mora como procurador general de la República, aunque domiciliado en la Secretaría de Gobernación. Ya había intentado traer de Baja California a la PGR a Blake, su ex compañero de bancada en San Lázaro, pero la fracción senatorial del PRI cerró una y otra vez lo que fue convirtiéndose en obsesión felipista (por ello Los Pinos tuvo que negociar con Manlio Fabio Beltrones, un día antes, la aceptación política del nombramiento). Con un anémico Arturo Chávez Chávez formalmente al frente de la PGR, Blake Mora se erige en una especie de procurador adjunto de justicia federal. Tarde, y en malas circunstancias, pero Felipe cree estar cumpliendo sesgadamente su imperial intención original.
El nuevo procurador general de Gobernación trae, además, amplias credenciales públicas de corresponsable del histórico fracaso del panismo en Baja California, donde las negociaciones salinistas con el panismo dieguista abrieron paso a Ernesto Ruffo Appel como primer gobernador no priísta de una negociada serie de elecciones, destituciones y sustituciones. Con Ruffo, es decir, con el PAN aliado a Salinas, canjeando posiciones de gobierno por la legitimidad de facto que le reconocía sobre los huesos de Manuel J. Clouthier, Baja California fue concesionada a un partido que entre otras cosas fue, en esa entidad, compañero de viaje del crecimiento, consolidación y crisis del cártel de los Arellano Félix, fuerza y poder reales con los que convivió y “gobernó” ese panismo que el pasado 4 fue apabullado por el priísmo que ganó, en el marco de una gran abstención, los cinco municipios de la entidad y la mayoría de las diputaciones uninominales.
José Guadalupe Osuna Millán, el panista instalado en el palacio de gobierno de Baja California, ha quedado así convertido en una pieza decorativa, pero a su segundo de a bordo, al que públicamente se señala como activo corresponsable del fracaso, se le instala… en la secretaría federal de Gobernación, en sustitución de un litigante de ampulosas declaraciones que acabó convertido en un tonto inútil al que el práctico Calderón acabó devolviendo al despacho dorado, a continuar con sus actividades profesionales, aunque en ese elenco de abogados de altos vuelos falte hoy el jefe del grupo ahora de capa caída, Diego Fernández de Cevallos, que cumplió dos meses bajo secuestro.
Por cierto, el californiano Diario San Diego, publicado en español, aseguró en http://bit.ly/crDfUQ que, a causa de su “precipitado traslado” a la ciudad de México, en el contexto del estira y afloja que se habría dado para designar al sucesor de Gómez Mont, un vehículo del equipo de seguridad de Blake atropelló a una persona cuando lo llevaba al aeropuerto de Mexicali. Los hechos habrían sucedido este martes, a las 11:15, en el bulevar Lázaro Cárdenas con Juan Ojeda Robles, colonia Alamar, donde Rodolfo Vázquez Flores, de 40 años, se habría “cruzado de manera intempestiva al paso” de la Suburban negra 2006, propiedad de la secretaría estatal de Seguridad Pública y conducida por David Alejandro del Ángel López, policía estatal miembro del equipo de seguridad del entonces todavía secretario de gobierno. Al atropellado, quien sufrió lesiones que no fueron de gravedad, “se le ofreció apoyo económico para su atención médica e incluso apoyarle si deseaba regresar a Chiapas, de donde es originario”.
En otros incidentes dados a conocer ayer, Los Pinos demostró el poco aprecio que tiene por la supuestamente estratégica secretaría de Economía, al etiquetar como producto retornable a Gerardo Ruiz Mateos, quien ya había estado en la oficina de la Presidencia de la República, a la que ahora es devuelto luego del enorme fracaso en Economía. En lugar de despedirlo o exigirle responsabilidades por el daño hecho a la nación, el licenciado FC lo reinstala en la comodidad del ámbito interno, en lugar de Patricia Flores Elizondo, que se la había creído en cuanto a dama todopoderosa y ahora, perdida la partida interna, será enviada a algún refugio de la diplomacia mexicana convertida por el panismo en el mismo depósito de excedencias políticas que tanto criticó al PRI. A la disminuida secretaría de Economía, Felipe creyó conveniente enviar a Bruno Ferrari, un automóvil de carreras trasnacionales de poca experiencia y potencia en lo público, más bien involucrado en la defensa y promoción de los intereses de firmas de grandísimo interés privado, entre otras, Seminis, es decir, Monsanto. Un secretario transgénico de economía trasnacionalizada, ni más ni menos.
Y, mientras Ulises trabaja en la anulación de las elecciones oaxaqueñas, denunciando irregularidades en mil casillas, y en tanto Gabino Cué precisa si son ciertas las versiones de que ha tenido acercamientos y ayuda de Jorge Franco, la mano sangrienta de Ulises Ruiz que acabó peleada con su jefe porque no lo hizo candidato priísta a la sucesión, ¡hasta mañana, con un aire en las cúpulas de que los nombramientos felipescos y la nueva realidad política, que finalmente es de debilidad del panismo, a pesar del pactismo electoral perreánico, apuntan a una negociación forzada con el narcotráfico, a un replanteamiento sin belicismos desbordados!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

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