martes, 6 de julio de 2010

Astillero

Astillero
Alternancia gatopardista
PAN, fichas prestadas
PRI: tiernos tigres
Izquierda desplazada
Julio Hernández López


Se ha instalado un bipartidismo autocomplaciente. Es una forma de restauración del sistema político vigente mediante el uso de bisutería democrática y piezas exteriores de remplazo, provenientes de fábrica. Alternancia gatopardista: que cambien algunas gubernaturas para que no cambie en sustancia el estilo de gobernar ni los beneficiarios reales de esos ejercicios de poder. Origen es destino: el prianismo se ha reconstituido luego de escenificar confrontaciones secundarias; las alianzas perreánicas transformadas en revitalización del PAN. Jugada de engaño que reconcentra la competencia y el protagonismo en PAN y PRI siempre socios (lo de menos es la nueva distribución numérica: lo importante es que la pelea sigue arreglada entre los mismos que a fin de cuentas saben entenderse). Mientras tanto, la izquierda aliancista se entretiene con la sonaja prestada de los presuntos triunfos que habrían alcanzado con candidatos sustancialmente ajenos, sin auténticos compromisos sociales ni populares, destinados más a cumplir con el pago de préstamos políticos cupulares y a garantizar impunidad, continuidad, “civilidad” a los depredadores del pasado, bajo el pretexto de altas miras que llevarían a olvidar el pasado, lo que en el fondo significaría un borrón y cuenta nueva mafiosamente pactado.
Nada cambia ni cambiará. A los gobiernos ganados por las alianzas perreánicas no llegan personajes, proyectos o movimientos que sustenten transformaciones populares, ni siquiera justicia en términos jurídicos respecto a los gobernantes perdedores. Son relevos provenientes de la misma clase política, habilitados para el espectáculo de una presunta democracia que siga sosteniendo frente a los alicaídos ciudadanos la zanahoria electoral. Los comicios de este domingo ni siquiera tienen una legitimidad real pues, aparte de que en muchas entidades el abstencionismo ha sido enorme, se desarrollaron en la más negativa de las circunstancias hasta ahora vividas. La violencia política generó muertes de candidatos, agresiones y amenazas a aspirantes, dirigentes de campañas y funcionarios de casilla. Fenómenos prehistóricos de defraudación electoral aparecieron como si nada. Gobernantes de todo nivel, comenzando por Felipe Calderón, cometieron actos de distorsión electoral como los anuncios televisados de “buenas noticias” en vísperas de las urnas. Recursos públicos federales, estatales y municipales fueron usados para promover el voto en favor de los candidatos y partido de los detentadores de bienes colectivos. Pero todo ha sido ya olvidado, graciosamente olvidado por el bipartidismo autocomplaciente que está por cerrar el tramo del reparto de ganancias para pasar a la preparación de la siguiente farsa electoral, la de 2012 que así quedará supeditada a los aires de los dos actores centrales, PRI y PAN, cunas movidas por mismas manos.
Como se ve, la estrategia de las alianzas perreánicas ha sido extremadamente exitosa. Ya no tiene el PRI el camino libre rumbo a la casa presidencial, sino que ahora le acompaña el PAN. El estratega Camacho ha conseguido que un competidor en solitario, el PRI, en riesgo de ser descarrilado o marcadamente atacado a causa de esa condición de unicidad, ahora pueda compartir excesos y carencias con un adversario complementario como es el PAN. Bipartidismo restaurado a costa de la izquierda electoral que fue llevada como comparsa al banquete central servido en mesa de dos asientos. PRD, PT y Convergencia sólo obtienen victorias simbólicas: lo importante no es ganar, sino competir. Gabino Cué técnicamente es miembro de Convergencia, pero su posicionamiento y avance se deben al trabajo de Diódoro Carrasco, ex góbernador priista de Oaxaca, ahora panista, que consiguió el respaldo a bayoneta calada de Felipe Calderón, al que Gabino, en su primer mensaje de agradecimiento, dedicó más palabras con compromiso político que a López Obrador al que se refirió más en términos de amistades nostálgicas.
El PRI ha ganado todo, con candidatos propios y con siglas prestadas, pero en ese proceso de ilusionismo democrático le presta fichas al calderonismo sin fondos para que siga apostando bajo entendidos, suba la puja, finja reyertas y lleve a la quiebra a los concursantes más débiles, entre ellos los tontos útiles de izquierda (que disculpe Gómez-Mont la adaptación de su más reciente éxito de sinceridad política) y sus judas recurrentes. Frente a esa mesa donde se ha instalado el famoso timo que se pregunta dónde quedó la bolita (electoral), muchos se entretienen hoy con el espectáculo de las fantasías demoscópicas, los análisis mediáticos, los flujos numéricos, las especulaciones estadísticas y los revuelos de supuesta democracia.
El éxito de la representación en cartelera ya hace pensar en próximas giras. Está, desde luego, el foro toluqueño de reconocida acústica nacional, donde los súbitos “ganadores” de hoy, PAN y PRD, emprenderán cruzada especial con el objetivo de tumbar al copete con gel que hoy es presentado como puntero rumbo a 2012. El desenlace de esa batalla preliminar podría estar convenido desde hoy para que los plácidamente aceptados como ganadores sean a su vez los plácidamente derrotados en 2011 para confirmar a Peña Nieto como candidato negociado. La “civilidad” de los fieros gobernadores priístas derrotados para reconocer el sacrificio de sus delfines-guardaespaldas (Ulises Ruiz y Mario Marín, por sí mismos; Jesús Padilla, por lo que ha estado tras de él), y de estos mismos, no tiene correspondencia con el clima bélico previo a las elecciones. Los tigres de ayer, convertidos de pronto en tiernos gatitos a los que no preocupa el abrir de clósets con cadáveres políticos y administrativos, ni el riesgo de que los terribles opositores les encaminen hacia la cárcel. Todo aparece de pronto planchado, entendido, arreglado. Bipartidismo complaciente consigo mismo.
Y, mientras la Supremamente Corta cierra la puerta al SME en lo sustancial y lo manda a Conciliación y Arbitraje para restituciones de empleo y derechos laborales, ¡hasta mañana!

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