viernes, 4 de junio de 2010

Pidió Rivera Carrera orar por la Iglesia universal y “nosotros, los sacerdotes”

En la celebración del Corpus Christi llamó a “limpiar esta atmósfera envenenada”

A pesar del desastre, dijo, aún hay investigadores que no atentan contra el misterio de la vida”


La procesión partió de la Plaza de Tlaxcoaque a la Catedral MetropolitanaFoto Guillermo Sologuren
Carolina Gómez Mena

Periódico La Jornada
Viernes 4 de junio de 2010, p. 42
El cardenal Norberto Rivera Carrera criticó que actualmente se viva “sin frenos y ataduras, ahogados en el error, en la mentira, la cultura de la muerte, la irracionalidad del poder, la cruel locura de la guerra” y en el “crimen y la impunidad de la corrupción”. No obstante, destacó que “no todo está perdido”, porque en medio de este panorama todavía “hay mucha santidad” y “no todo es desastre”, pues hay quienes “se preparan para construir un país mejor (…) un México más digno”.

Durante la celebración del jueves de Corpus Christi, el prelado llamó ayer a “limpiar esta atmósfera envenenada que sutilmente nos va matando la inocencia, la gracia y el temor de Dios” y a sacar la “nobleza de nuestra personalidad”, aunque remarcó que “nos encanta más el lodo de la depravación”.

Tras destacar que el mundo no se ha desplomado debido a la existencia de “tanta plegaria y oblación” de algunos, hizo hincapié en que “el bien siempre triunfará” y que en este mundo “deshumanizado”, en el que “el hombre no encuentra al hombre y pierde a Dios” hay gente que no está perdida.

Existen “matrimonios de vida ejemplar en sus hogares, que, educando en el temor de Dios a sus hijos, soportando los trabajos cotidianos y, a veces, las estrecheces económicas les dan una carrera para su futuro. No toda la gente de la política ni del poder ni de la enseñanza está perdida. Hay maestros responsables que engendran alumnos para la sociedad y para la Iglesia.
“Investigadores que no atentan contra el misterio de la vida. Doctores y enfermeras que no se prestan al homicidio. Campesinos, obreros, empleados, empresarios que gastan y desgastan su vida para construir un México más digno y políticos que van a contracorriente para dar testimonio de la verdad y se comprometen con los pobres sin populismos.”

Señaló que muchos “tratan de vivir sin las seducciones del placer”, y reclamó que siempre se resalta “esa realidad oscura del mal”.

El arzobispo primado de México preguntó: “¿Estaremos viviendo un mundo irremediablemente absurdo?… Sin la presencia de Dios, probablemente así podría suceder”.

En una homilía realizada en la Plaza de Tlaxcoaque y en un mensaje ofrecido en el Zócalo, luego de encabezar una peregrinación hacia la Catedral Metropolitana, Rivera Carrera pidió orar no sólo por la “Iglesia universal”, sino también “por nosotros los sacerdotes para que seamos dignos ministros de la eucaristía”.

En vísperas de la conclusión del Año Sacerdotal resaltó que “la Iglesia necesita sacerdotes” y exaltó la necesidad de la “fidelidad” de éstos.

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