sábado, 3 de abril de 2010

Igualan ataques al Papa con el antisemitismo


Los ataques al papa Benedicto XVI y a la Iglesia católica por la serie de escándalos de abuso sexual son comparables a la “violencia colectiva” en contra de judíos, dijo el predicador personal del Pontífice en el servicio del Vaticano por el Viernes Santo

CIUDAD DEL VATICANO (Agencias).— Los ataques al papa Benedicto XVI y a la Iglesia católica por la serie de escándalos de abuso sexual son comparables a la “violencia colectiva” en contra de judíos, dijo el predicador personal del Pontífice en el servicio del Vaticano por el Viernes Santo.
El sermón del padre Raniero Cantalamessa, un franciscano cuyo título es “predicador de la casa pontífice”, provocó duras críticas por parte de judíos y víctimas de abuso sexual a manos de sacerdotes. Destacando que este año la Pascua judía y la cristiana cayeron durante la misma semana, dijo que durante la historia los judíos fueron víctimas de “violencia colectiva” e hizo comparaciones entre su sufrimiento y los ataques contra la Iglesia católica.

El sacerdote leyó a la congregación una parte de una carta que recibió de un amigo judío, quien dijo que estaba “siguiendo con disgusto los ataques violentos y concéntricos en contra de la Iglesia, el Papa (...)”. “El uso de estereotipos, el traspaso de la responsabilidad personal y la culpa a una culpa colectiva me recuerdan los aspectos más vergonzosos del antisemitismo”, agregó.

La reacción de la comunidad judía fue rápida y condenatoria. “Al padre Cantalamessa debería darle vergüenza”, dijo el vicepresidente del grupo estadounidense de Sobrevivientes del Holocausto y sus descendientes. “El Vaticano tiene derecho a defenderse, pero la comparación con la persecución antisemita es ofensiva e insostenible. Estamos completamente decepcionados”, declaró.

El portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, dijo: “Esto no debería ser interpretado como una como una postura oficial del Vaticano”. “Estos comentarios perjudiciales fueron hechos en presencia del Papa y el propio Papa debería asumir la responsabilidad y disculparse”, dijo Rabbi Marvin Hier del Centro Simon Wiesenthal, un organismo internacional de derechos humanos. Las celebraciones de esta semana que llevan a la Pascua de Resurrección el domingo han sido empañadas por acusaciones a la Iglesia católica en varios países por haber manejado mal o incluso haber encubierto casos de abuso sexual a menores por parte de sacerdotes, algunos de ellos ocurridos décadas atrás.

El Vaticano negó el encubrimiento del abuso de 200 niños sordos en Estados Unidos por parte del reverendo Lawrence Murphy entre 1950 y 1974. El diario The New York Times reportó que el Vaticano y el entonces cardenal Joseph Ratzinger, que actualmente es Papa, fueron advertidos de la conducta de Murphy, pero no lo apartaron de sus funciones.

Revelan otro caso de encubrimiento

Benedicto XVI estaba a cargo de manejar un caso de abuso sexual cometido por un padre de Arizona antes de ser Papa, pero esperó más de 10 años para emprender alguna acción a pesar de que un obispo le imploró que expulsara al acusado, según correspondencia del Vaticano, reportó la agencia AP. Los documentos muestran que en 1990, integrantes de un tribunal de la Iglesia católica concluyeron que el padre Michael Teta había abusado de niños, incluyendo acusaciones de que cometió las vejaciones en un confesionario en Arizona.

El tribunal refirió el caso al entonces cardenal Joseph Ratzinger, pero se necesitaron 12 años para que Ratzinger firmara una carta con la que se ordenaba que Teta fuera retirado del cargo formalmente, una medida que sólo el Vaticano puede aprobar. Teta fue acusado de cometer abusos poco después de su llegada a la diócesis de Tucson, Arizona, en 1978. Entre otras cosas se le acusaba de abusar de dos niños de 7 y 9 años en el confesionario cuando se preparaban para la primera comunión.

El obispo Manuel Moreno, a cargo de Teta, se enteró de las acusaciones y realizó un juicio canónico en el que determinó que “su forma de actuar contra jóvenes y niños era casi satánica”. Ratzinger dijo a Moreno en 1992 que él se encargaría del caso. El obispo escribió a Ratzinger cinco años después pidiéndole que apartara del sacerdocio a Teta, pero esto no ocurrió sino hasta el 2004.

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