lunes, 22 de marzo de 2010

Astillero


Licencia para matar
Niños y jóvenes
Denuncias anónimas
Cabañas voló
Julio Hernández López


El señor de las disculpas cree que su cártel de gobierno puede seguir adelante en la matanza nacional como si nada, apenas interrumpido brevemente el sonar de las armas por las mediáticas disculpas cínicas que expresan supuesta congoja por ciertas bajas notables que ponen de relieve los métodos de agravio y exterminio que se practican diariamente en todo el país.

El calderonismo considera que puede abatir la esperanza nacional de cambios y mejoría si continúa asesinando a lo mejor de una nación (los niños ABC, los jóvenes de Juárez y, ahora, los estudiantes del Tec, por citar unos pocos ejemplos notables) y si sigue demostrando a todos que ese terrorismo de Estado puede seguir adelante sin castigos verdaderos, sometido todo a la falsa lógica apabullante de una guerra contra el mercadeo de drogas que, entre otras cosas, ha generado en 2009 un demostrado crecimiento de la producción nacional de narcóticos y de las ganancias de sus operadores ilegales, sobre todo aquellos que son los institucionalmente consolidados como empresarios favoritos de los dos sexenios panistas.

Felipe Calderón ha otorgado en todo el país una licencia sin restricciones a los cuerpos armados federales para que, instalados así en un virtual estado de excepción, puedan actuar por encima y a contrapelo de la legalidad, realizando cateos, detenciones e incluso ase-sinatos a partir de consi- deraciones subjetivas, errores previsibles y figuras procesales primitivas, propias de regímenes dictatoriales, como las denuncias anónimas que se han constituido en falaz recurso de justificación de arbitrarias acciones policiacas y militares que están pro-vocando bajas civiles constantes que, salvo en ocasiones de especial relevancia (como está sucediendo con el caso de los dos jóvenes estudiantes de posgrado del Tec de Monterrey), suelen ser atribuidas sin mayor valoración judicial a enfrentamientos entre narcotraficantes, ajustes de cuentas entre pandillas o, como quiso justificar ayer el devaluado secretario de Gobernación, a la desgracia de quedar en el fuego cruzado entre presuntos narcos y militares.

El comandante Felipe ha desatado una facciosa guerra macabra únicamente contra ciertos segmentos de la parte social no ejecutiva del proceso de creación de riqueza nacional llama-do narcotráfico (ni quien toque con el pétalo de un disparo siquiera discursivo a los cárteles de cuello blanco, a empresarios y banqueros que disfrutan las ganancias del negocio cuyas infanterías diariamente son acribilladas). Y en ese proceso de criminalización ha convertido a todo habitante de este país en pieza de indagación ríspida a cargo del nuevo poder dominante, el de las armas y, dado el caso, de violencia sin límites ni contrapeso alguno: cualquiera puede ser (ya lo es, ya ha sido) maltratado de palabra en retenes inconstitucionales, sometido a revisiones excesivas y sin sustento, golpeado y posiblemente herido o asesi-nado por no obedecer, parcial o totalmente, supues-tas órdenes o consideraciones que provienen de mandos cuya visión clasifica de inmediato a todo individuo ajeno a sus corporaciones como un eventual enemigo al que en la primera oportunidad se debe deshabilitar y, llegadas las circunstancias, eliminar.
México cada vez peor, aunque tres secretarios del gabinete felipista días atrás se aventaron la puntada de anunciar el fin del catarrito económico, con un crecimiento estimado de entre 4 y 5 por ciento del PIB y con una recuperación milagrosa de todas las plazas laborales perdidas años atrás, lo que generó que ayer mismo el senador priísta Beltrones llamara al felipismo a dejar el mundo de las ilusiones estadísticas y moderar el optimismo en las expectativas de crecimiento. México sin salidas políticas a la vista porque la supuesta oposición partidista sigue empeñada en el tianguis de las candidaturas comerciales en alianza. México diariamente desangrado, víctima de fuegos cruzados.

Astillas

El extraño caso del futbolista televisa nunca declarado: Salvador Cabañas aún estaba en terapia intensiva cuando ya su médico de cabecera declaraba, sin preguntas de por medio, que si el paciente se llegara a salvar sería segurísimo que no se acordaría de nada de lo que le había sucedido en un bar de nombre redundante; luego, el deportista milagrosamente recuperado se despertaría hablando en guaraní, viendo partidos de futbol en la pantalla de su cuarto de hospital y más delante sería mostrado en Televisa respondiendo a preguntas de una entrevistadora y jugando ping pong. Pero nunca hubo tiempo ni condiciones para que la estrella del América rindiera declaración formal sobre lo sucedido una madrugada respecto a la que hay más preguntas que respuestas. La procuraduría capitalina de justicia nunca encontró condiciones apropiadas para hacer esa diligencia declaratoria. Y ahora el convaleciente ha volado a tierras sudamericanas, dificultando que se realicen los interrogatorios que de por sí aquí nunca se quisieron practicar... Barack Obama obtuvo ayer un triunfo legislativo en condiciones difíciles, con el tema de la reforma en materia de salud, mientras decenas de miles de personas, la mayoría de origen latinoamericano, exigían, en la explanada que conecta el Capitolio con la Casa Blanca, que se apruebe una nueva normatividad migratoria... En Hidalgo continúa la resistencia a la imposición de Xóchitl Gálvez como candidata, impulsada por el PAN y específicamente el foxismo, de una alianza de partidos, y en Sinaloa los panistas son los que no quieren al priísta Mario López Valdés como candidato de oposición... Y, mientras López Obrador persiste en la visión electoral prioritaria, sin acciones inmediatas para enfrentar específicamente la gran crisis nacional, ¡hasta mañana, con el norbertismo aceptando ya, como quien no quiere la cosa, que ha habido errores en el manejo de casos de acusaciones de pederastia sacerdotal!

Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

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