domingo, 14 de febrero de 2010

Calderón: ya terminó su gobierno

Ricardo Alemán
Itinerario Político
14 de febrero de 2010



En El arte de la guerra, el milenario Sun Tzu recomienda: “Saber cuándo luchar y cuándo no” y “Seleccionar las batallas”

Vale más el PAN, que las reformas urgentes
El PRI acuña el “no pasarán”, para PAN y PRD


En El arte de la guerra, el milenario Sun Tzu recomienda: “Saber cuándo luchar y cuándo no” y “Seleccionar las batallas”.

Viene a cuento porque queda claro que el presidente Felipe Calderón decidió que es tiempo de dar la batalla no por colocar a su gobierno en la ruta de los cambios históricos, sino de impedir el regreso del PRI en 2012.

Por eso, Calderón seleccionó la batalla de “combatir al PRI” en un puñado de elecciones estatales —Oaxaca, Hidalgo, Puebla y Durango—, y se olvidó de los beneficios que le acarrearían a su gobierno las reformas fiscal, político electoral y laboral. Es decir, que en todo 2010 y 2011, no habrá reformas y menos cambios relevantes propuestos por el PAN. ¿Por qué?

Elemental, porque el gobierno de Calderón rompió con su aliado fundamental, el PRI. Y sin aliados, no suma voluntades para los cambios. En pocas palabras, el mandatario decidió “bajar la cortina” de su gestión, dio por terminado su gobierno y, en alianza con el PRD, se prepara para vencer al PRI en 2010, 2011 y, por supuesto, 2012.

Frente a esa realidad, nadie tiene respuesta a las grandes preguntas que resultan. ¿Tiene Felipe Calderón alguna posibilidad de derrotar al PRI, junto con el PRD? ¿Vale más la derrota del PRI en 2010, 2011 y 2012, que reformas como la fiscal, político electoral y laboral? ¿Qué no es cierto que Calderón y el PAN confirman que los ciudadanos les valen un pito y sólo importan sus prioridades de grupo?


EL ARTE DEL ENGAÑO

Lo que sí sabemos es que Felipe Calderón entendió bien que “el arte de la guerra es el arte del engaño”. Dice Sun Tzu: “Cuando es capaz de atacar, ha de aparentar incapacidad; cuando las tropas se mueven, aparentar inactividad. Si está cerca del enemigo, ha de hacerle creer que está lejos; si está lejos, aparentar que está cerca. Poner cebos para atraer al enemigo”.

¿Qué hizo el presidente Calderón ante sus aliados y enemigos?

Vale recordar que desde 1988 se estableció la alianza transexenal entre el PAN y el PRI, que hizo posible el cambio de reglas del juego en el reparto del poder y, con ello, la alternancia y la llegada del PAN a Los Pinos en el año 2000. Bueno, pues resulta que hoy terminó una alianza de más de dos décadas —entre tricolores y azules—, justamente cuando el PRI tiene en su futuro una ruta clara de triunfo. Cuando está cerca del poder presidencial.

Y es que el “efecto Gómez Mont” —desatado a partir de la renuncia del titular de Gobernación a su militancia en el PAN—, provocó no sólo una severa crisis política en el partido azul y el gobierno de Calderón, sino un retrato formidable de la esquizofrenia que atrapó desde hace décadas a la clase política mexicana, pero en especial a los azules y amarillos.

Geniales y talentosos como siempre, azules y amarillos se desviven por regalarnos “perlas” de su incongruencia, carencia ética, y desapego a sus principios y doctrina, en una suerte de exhibición circense que compite por exhibir al fenómeno más grotesco —como la alianza PAN-PRD—, en espera de ganar el aplauso del respetable.


COMO DICE UNA COSA, DICE OTRA

Así, vemos al PAN aliarse con quienes le escupieron el rostro a lo largo de tres años, mientras que el presidente Felipe Calderón llama a la reconciliación nacional, urge aprobar las reformas imprescindibles, al tiempo que afina los cuchillos largos para la noche de julio, en donde intentará descabezar —junto con el PRD— al PRI en Oaxaca, Hidalgo, Puebla y Durango.

Al impulsar las alianzas de azules y amarillos, el presidente Calderón no sólo rompe con su aliado histórico, el PRI, sino que anuncia el fin de su gobierno. ¿Por qué? Porque como ya se dijo, sin su aliado natural que es el PRI, el gobierno de Calderón y su partido, el PAN, están condenados a no avanzar en una reforma más, un acuerdo importante más, un proyecto. ¿Y entonces qué viene? En efecto, viene la guerra.


LA MADRE DE TODAS LAS BATALLAS

Sólo un ingenuo puede suponer que frente a una estratagema preparada por la izquierda y la derecha —los extremos se juntan—, que pretende aniquilar al PRI, puede continuar como una fuerza político electoral que empuja en un solo sentido. En la política, como en la física —y en especial la Tercera de Newton—, a toda acción corresponde una reacción igual y en sentido contrario. ¿Qué quiere decir eso?

Que si el PAN y el PRD suman fuerzas, en el bando tricolor hacen lo mismo. Todos los gobiernos, alcaldías y congresos del PRI han empezado a cerrar filas y hasta han rescatado el estandarte de la vieja izquierda, ahora aplicado por el PRI a las alianzas PAN-PRD. “No pasarán”, dicen. Mañana les platicamos lo que pasa en el estado de México.

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