sábado, 13 de febrero de 2010

Calderón, jefe de partido


Salvador García Soto
Serpientes y Escaleras
13 de febrero de 2010


En aras del interés netamente partidista de “frenar el avance del PRI en algunos estados” y rumbo a la elección presidencial de 2012, Calderón decidió sacrificar la viabilidad de reformas importantes para el país, como la fiscal y la política, al distanciarse de su principal aliado en el Congreso, el PRI


El Presidente decide que lo más importante es entrar ya en la disputa sucesoria y hace a un lado sus obligaciones como jefe de Gobierno y de Estado.

La ruptura pública de Fernando Gómez Mont con el PAN fue la confirmación de que el presidente Felipe Calderón, al avalar la política de alianzas de su partido con el PRD, actuó como jefe de partido en lugar de decidir como jefe de Estado.

En aras del interés netamente partidista de “frenar el avance del PRI en algunos estados” y rumbo a la elección presidencial de 2012, Calderón decidió sacrificar la viabilidad de reformas importantes para el país, como la fiscal y la política, al distanciarse de su principal aliado en el Congreso, el PRI. De paso, sacrificó también a su secretario de Gobernación, a quien orilló a la ruptura pública con el PAN, en un hecho insólito en la política mexicana.


Si en un sistema parlamentario la renuncia de un jefe de gabinete a su partido hubiera significado una crisis de gobierno, en nuestro sistema presidencialista el impacto del rompimiento del titular de Gobernación representa también un distanciamiento evidente entre el responsable de la política interior y la línea política del Presidente; dicho de otra manera, aunque se intente matizar desde el gobierno, la decisión de Gómez Mont significa que, entre su lealtad al Presidente y su promesa a los priístas, el secretario optó por quedar bien con los opositores.


Aún en el supuesto de que el secretario de Gobernación hubiera avisado y consensuado previamente con el Presidente su renuncia al PAN y que esto hubiera sido una salida política negociada, con el objetivo de mantener la interlocución con el PRI pasadas las elecciones, el mensaje de un panismo dividido y de un gobierno fuera de control aun entre sus más cercanos colaboradores, difícilmente se diluirá en la opinión pública.


Que empiece la sucesión


Otra consecuencia inmediata de la definición que tomó el Presidente al privilegiar las alianzas de su partido, por encima de sus reformas pendientes en el Congreso, es que con esto, Calderón prácticamente da por hecho que en lo que resta de su administración difícilmente se lograran ya cambios importantes y, al asumirse como jefe de las campañas panistas para las elecciones del presente año, prácticamente declara iniciada la lucha por su propia sucesión.


Porque el razonamiento principal de las alianzas electorales con el PRD, al que se opuso Gómez Mont, es el de frenar al PRI y arrebatarle algunos estados emblemáticos en las elecciones locales del presente año, de tal modo que se detenga el avance priísta con miras a la elección presidencial de 2012. Luego entonces, el presidente Calderón decide que lo más importante es entrar ya en la disputa sucesoria y hace a un lado sus obligaciones como jefe de Gobierno y de Estado, para ponerse la camiseta de jefe de partido y dar prioridad a las estrategias de su partido por encima de las estrategias de gobierno.


Otra cosa es que Calderón tenga garantizado un buen resultado en su apuesta y que sea seguro que, la posposición o cancelación de sus reformas en el Congreso, vaya al menos a redituar en triunfos seguros para el PAN o para las alianzas que se formen en algunos estados, a saber Oaxaca, Hidalgo y Durango. Ni siquiera hay plena certidumbre de que las alianzas PAN-PRD vayan a lograr su objetivo de derrotar al PRI en los estados donde competirán, y a menos que en Los Pinos hayan calculado bien qué harán en caso de que las coaliciones sean derrotadas, el fracaso podría ser mayor para el Presidente como jefe de su partido.





Así que, sin más preámbulos, igual que cuando Fox decidió pelearse con el Congreso y comenzó aquel proceso de desafuero con López Obrador casi dos años antes de la elección, hoy Calderón ha decidido hacer lo mismo: dejar a un lado la banda presidencial que le obliga a velar por los intereses del país, para ponerse la camiseta azul y lanzarse de lleno a la batalla electoral de 2010 y 2012.



Nada escrito en Hidalgo



Aunque en las cúpulas del PAN y el PRD ya está pactada la alianza en Hidalgo y ya se negoció incluso que Xochitl Gálvez sea la candidata que la encabece, entre la militancia perredista local aún no se acepta plenamente esa decisión cupular.





El senador perredista, José Guadarrama, quien también aspira a ser candidato de la alianza, ya se manifestó en contra de que sea a través de una encuesta estatal como se defina al abanderado aliancista y exige que haya un proceso de selección abierto y por voto directo de los militantes de los dos partidos.


Guadarrama sabe que en una interna con votación su estructura dentro del perredismo superaría fácilmente a la inexistente estructura panista en el estado.





Los Chuchos impulsan desde la dirigencia nacional a Xóchitl porque esa fue la negociación que hicieron con el PAN: Gabino en Oaxaca como propuesta del PRD y Gálvez en Hidalgo como concesión al PAN. El problema es que la militancia perredista en el estado, que controla Guadarrama acepte esa negociación.





Si a eso se añade que otro de los aspirantes a encabezar la alianza, el senador Francisco Javier Berganza, fue baleado el lunes pasado, cuando circulaba por la noche en Pachuca, en su camioneta blindada que recibió seis impactos de bala, en una agresión cuyo móvil aún no se esclarece, lo que está claro es que la alianza PAN-PRD en Hidalgo dista mucho de estar “planchada” y aún puede encontrar obstáculos políticos y de quién sabe que otro tipo.



NOTAS INDISCRETAS… En Tlaxcala el PRD está hecho bolas; este fin de semana anuncian una encuesta para seleccionar a su candidato. La senadora Minerva Hernández está más que apuntada pero las encuestas le dan muy baja intención del voto. Un sector importante del perredismo pide una alianza que postule al priísta Mariano González Zarur, que aparece como puntero en las encuestas, pero Jesús Ortega ya dijo que no habrá alianza con el PRI. El problema para los perredists es que las dirigencias del PT, Convergencia y el Partido Centro Democrático de Tlaxcala (local) sí apoyan una alianza con Gónzalez Zarur como candidato. Los perredistas corren el riesgo de quedarse solos y con un candidato o candidata débil que a lo mucho lograría 10% de la votación; a menos que también en Tlaxcala se saquen de la chistera otra alianza con el PAN… El 24 de febrero se vence el plazo para que las empresas farmaceúticas presenten ante la Cofepris sus solicitudes de renovación de registros de medicamentos. Después de esa fecha comenzará el análisis de esas solicitudes y para final del año sólo habrá en el mercado mexicano medicamentos GI (genericos intercambiables) y de patente, todos los demás estarán fuera de la ley y serán retirados, eso les dijo Miguel Ángel Toscano, director de la Cofepris, a diputados de la Comisión de Salud con los que se reunió esta semana. ¿Será que se acerca el fin del doctor Simi?... Se detienen los dados. Escalera.

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