jueves, 19 de noviembre de 2009

Astillero


Los Mandinos
Política astral
Tener tamaños
Camachucho
Julio Hernández López





Ayer fue día de aéreos discursos de superación personal. Og Calderón se dedicó a promover la cultura de los sueños y el voluntarismo, aprovechando la figura del astronauta José Hernández Moreno, hijo de michoacanos, pero producto del sistema educativo estadunidense. El motivador nacional insistió en que lo importante no es la realidad, mucho menos si dificilísima es, sino las ensoñaciones, los ideales, la voluntad, los tamaños para enfrentar los retos. Sumamente entusiasmado con sus propios exhortos, el ocupante de Los Mandinos encontró curiosas coincidencias con el doctor Hernández Moreno: “los dos nacimos exactamente el mismo mes y el mismo año, y en el mismo estado, además, en agosto de 1962; los dos somos zurdos, los dos somos el último de la familia también. En fin, coincidencias, como dice la canción: extrañas de la vida, pero que resultan muy gratas”.
La presencia del distinguido astronauta mereció recepción oficial en la casa de autoayuda también conocida como Los Pinos y luego una visita a La Piedad que fue anunciada por el gurú del Nuevo Pensamiento Político mediante una fórmula de sencillez extrema: Vamos a ir “a La Piedad, por supuesto; ahí, a darle alguna vueltita a la plaza, a ver si hay alguien por ahí” (pues sí, desde horas atrás la plaza y cuadras a la redonda estaban ocupadas por “alguien”, es decir, por militares y policías que en cada visita del “paisano” a Michoacán convierten su estancia en un martirio prolongado, al extremo de que entre bromas y veras se habla de la posibilidad de proponer al Congreso estatal que prohíba a Calderón hacer esas giras tan dañinas para la vida común de los pobladores). Una frase relevante del día astronáutico fue: “así que paisanos, soñemos en grande y tengamos el coraje y los tamaños para ir y perseguir y alcanzar nuestros sueños de un mejor Michoacán y de un mejor México”. Los tamaños sí importan: oh, que nadie nos arrebate nuestros sueños. Sí se duerme, perdón: sí se puede.
Pero el Gran Predicador no se limitó a recomendar Sopa de pollo para el alma, ni a revelar los detalles de El secreto o a mencionar las Conversaciones con Dios, La sicología de ganar, El poder del subconsciente o Recetas para hacerse rico. Aprovechó el viaje para lanzarse contra ciertas formas de protesta política: “la verdad aquí, en Michoacán, a veces el problema también es otro: que habiendo escuelas y maestros y alumnos, lo que no hay es clases; las suspensiones o los paros, o tantas cosas que hacen sufrir a la educación en Michoacán. Y yo creo que esto tenemos que revertirlo”. Sin embargo, en sus discursos oníricos del día repitió sus cifras de complacencia y habló del sistema educativo nacional como si no existieran Elba Esther Gordillo y su mafia sindical. Uf: el peor vendedor del mundo, pues puso como ejemplo a los niños mexicanos la historia de quien triunfó porque sus padres fueron expulsados económicamente de su patria y tuvieron que construir su futuro en Estados Unidos, y criticó una parte de la historia del fracaso educativo mexicano, pero sin tocar ni remotamente a la gran responsable y depredadora, la orgullosa aliada del felipismo, la profesora Gordillo.
No merecieron la misma atención embelesada las palabras de Joseph Stiglitz, quien recibió el Premio Nobel de Economía en 2001 y que ayer, en conferencia de prensa en México, dijo que el desempeño que ha tenido nuestro país para enfrentar la recesión ha sido uno de los peores del mundo. Mientras Calderón y su invitado propagandísticamente programado seguían hablando de los cielos, Stiglitz consideraba que “tendrá un efecto muy negativo en la economía” la entrada en vigor de los aumentos en el IVA y el ISR. Añadió que “las estadísticas de crecimiento han sido muy débiles y pesimistas para este país” y que “la combinación de una recuperación muy débil para Estados Unidos y una política fiscal que no estimule la economía mexicana es una fuente de preocupación”. En La Piedad, Calderón y Hernández se preparaban para escuchar El perro negro, El ausente y El hijo desobediente.
Otro apóstol en acción, Manuel Camacho Solís, prepara interesante espectáculo de magia política en dos actos: uno, la Refundación (obviamente, con mayúsculas) del PRD, bonito ejercicio de prestidigitación que hará al respetable público estallar en aplausos ante tan fino numerito de ilusionismo; otro, el del relanzamiento del Frente Amplio Progresista, con chuchos, semichuchos, contrachuchos y demás chucherías de aparador. Se busca, mediante el servicio de afinación y alineación del partido del sol azteca, y la reaparición del famoso FAP ahora ebrarizado, el fortalecimiento de las opciones electorales del mazacote esperanzadamente llamado “izquierda”. El subcomandante Camacho anuncia reuniones, encuentros y diálogos que se realizarán hoy y mañana. El viernes incluso participarán gobernadores y dirigentes de bancadas legislativas. Seguramente los mandatarios estatales aprovecharán el viaje para acompañar el domingo a López Obrador en el Zócalo y celebrar los tres años de lucha sostenida contra el fraude electoral calderonista y sus consecuencias por todos tan sabidas. A menos que la refundación y la reunificación camachuchas sean maniobras de viernes y no convicciones de domingo.
Astillas
Los diputados se han ido de descanso, Manlio Fabio dice estar ansioso por recibir las propuestas felipillas para nuevos ministros de la Corte, en el Parlamento Europeo es denunciada la falta de resultados oficiales de México en los casos de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, Carstens asegura que hay adecuados mecanismos de transparencia y rendición de cuentas en el presupuesto de egresos 2010 y Coparmex advierte que el año entrante estará de la fregada. Es decir, nada que impida volver la vista y recuperar la emoción con la liguilla futbolera en puerta y las telenovelas de siempre. ¡En México no pasa nada (es decir, sí pasa, pero luego todo se pasa)! Y mientras le construyen camino rural con fondos públicos al jefe Diego para llegar a su hacienda, La Barranca, ¡hasta mañana, en esta columna astrológica!
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