viernes, 7 de agosto de 2009

Calla el Estado Mayor al presidente depuesto

Zelaya arribó al hangar presidencial minutos después de que el propio presidente Felipe Calderón aterrizó procedente de Tamaulipas y se dirigía a Los Pinos.

México.- Luego de tres días de estancia en la Ciudad de México, el depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, salió del país sin hacer más declaraciones, pues integrantes del Estado Mayor Presidencial le impidieron hablar por última vez ante los medios de comunicación.

Zelaya arribó al hangar presidencial minutos después de que el propio presidente Felipe Calderón aterrizó procedente de Tamaulipas y se dirigía a Los Pinos.

El derrocado mandatario saludó a los medios de comunicación y accedió a acercarse para hablar con ellos, intentó cruzar una de las puertas de las salas de espera del lugar, pero al no poder le solicitó a un elemento de dicha corporación su ayuda. Sin embargo, éste no le permitió el acceso.

Fue el ministro de su gobierno, Enrique Flores, quien sí pudo salir de la sala donde aguardaban para abordar la aeronave que los llevaría a Managua para hablar ante los representantes de los medios de comunicación y explicar que Zelaya consideraba una descortesía abandonar el sitio donde se despedía de acuerdo con el protocolo.

Agradeció una vez más la solidaridad de los actores políticos de todos los signos ideológicos en México.

Sobre la fuente de los recursos con los que han sufragado los viajes para mantener el contacto diplomático en busca del apoyo para la restitución de Manuel Zelaya, informó que gobiernos y fundaciones de distintos países han otorgado todo lo necesario.

“Nosotros no hemos gastado ni un peso mexicano, nos han venido a traer, nos han dado seguridad, nos han alojado, la alimentación y cualquier otra necesidad que nosotros hemos tenido, ha sido cubierta por el hermano pueblo mexicano a través del gobierno”.

Aseguró que Zelaya y su comitiva abandonan México muy satisfechos después del repudio manifiesto ante el golpe de Estado. Y advirtió que con el caso de Honduras “se está jugando el futuro de la democracia en América Latina”.

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