miércoles, 20 de mayo de 2009

Ninguno de los partidos se salva de acusaciones al narco y los legisladores borrachos

La campaña del PAN para el proceso electoral 2009 se basa en una premisa: Vota por nosotros y garantiza el fin de los narcogobiernos. Pero se atravesó Morelos, gobernado por panistas. El arresto de los jefes y ex jefes policiacos llega en el peor momento: cuando ya se pagaron spots, pinta de bardas, jingles, etcétera. Pues sí. Era arriesgado el uso partidista de la campaña del Presidente contra el trasiego. Aquí, como sabemos, el más chimuelo masca tuercas. Vicente Fox (PAN) fue relacionado con un cártel por Roberto Madrazo hace un par de semanas. Carlos Salinas y su hermano Raúl (PRI) fueron ligados a criminales por Miguel de la Madrid. Amalia García y Ricardo Monreal (PRD-PT) se lanzan acusaciones por el estilo. Y los ejemplos, desgraciadamente, sobran. La estrategia del PAN era y es riesgosa porque esta guerra, por más valiente y loable que sea, tiene resultados variopintos y volubles. Es posible que no sea “explotable” sino hasta en unos años más… incluso hasta después de 2012.


La sucesión en la Suprema Corte se adelanta. No por la designación de los dos ministros, que es hasta noviembre, sino porque los que salen, Genaro Góngora y Mariano Azuela, se están moviendo para ocupar la presidencia de la CNDH, que dejará José Luis Soberanes. Los dos ex presidentes de la Corte están entre los candidatos más fuertes y visibles. Representan polos opuestos y, en especial, en un tema clave: el aborto. Góngora apoya su despenalización; Azuela defiende a la vida desde la concepción. Curioso trueque el que se fragua aquí: el mismo Soberanes, quien es un declarado antiabortista, busca ser ministro de la SCJN.



La comidilla de ayer en la Comisión Permanente fue el diputado Juan José Rodríguez Prats, quien reclamó a un reportero de TVAzteca que lo entrevistaba sobre turismo: “¡Transmite lo que debe ser!”. El periodista apagó la cámara cuando él y otros se dieron cuenta del fuerte aliento alcohólico. Rodríguez Prats se enojó: “¡No he terminado! ¿Nada más transmites lo que te conviene? ¡Dime!”. A cualquiera se le pasan los tragos. Pero los reporteros recordaron que no es la primera vez. En la reunión plenaria de septiembre pasado, en Hermosillo, Sonora, el político fue ayudado a dejar el lobby bar del hotel sede debido a las mismas copas traicioneras.



Apunte final: La reunión entre líderes de la comunidad de la diversidad sexual y el PRD fue fría. Jesús Ortega no asistió y mandó a Hortensia Aragón, la secretaria general… quien se topó con Alejandro Encinas. Hubo trato respetuoso entre estos dos representantes de tribus distintas, pero mucha frialdad. Para terminar de enfriar el encuentro, el virtuoso músico Horacio Franco reveló que él había perdido la fe en la izquierda cuando Andrés Manuel López Obrador pidió, en 2006, una reunión con ellos “pero en lo oscurito”. Un mal día.

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