viernes, 20 de marzo de 2009

La columna de Julio Hernández

Astillero
Sí hay gobierno

Obama y demás, operan

Sastrería mal fajada

Julio Hernández López

El presidente de la República está tomando control de la situación. En el caso de Banamex ha hecho saber, mediante voceros autorizados, que no hay ni debe haber problema por el hecho de que en sus cuentas haya dinero del gobierno de Estados Unidos pues, se entiende, todo queda en casa, en familia, en buen plan o, dicho con palabras del representante nativo del Tesoro Imperial, Gus Kars Tens, los billetes verdes metidos por la Casa Blanca en el asunto no responden a una intención deliberada de participar en la banca y menos aún de intervenir en el sistema financiero mexicano. ¡N’ombre: ¿a quién se le ocurre?! ¿Intervencionismo, intenciones deliberadas? ¡Ni x ekibocazión! En otra área de la Presidencia, en la secretaría de seguridad, se informa además que se tiene un plan de contingencia muy bien estructurado por si la guerra contra el narcotráfico se sale de control en la frontera. Y una comisión del Congreso realizará estudios de campo en busca de frenar el tráfico de armas.

Pero, mientras el presidente Barack Obama, la secretaria Janet Napolitano, el secretario Eric Holder, la decisiva Hillary Clinton y los legisladores gringos coordinados por Nancy Pelosi ponen cara de que van a meter orden en su traspatio alborotado (nosotros, en justa venganza, les enviamos a Gómez Mont), y alistan viajes a México que, nomás por su número y talante, hablan de ingobernabilidad manifiesta del vecino que se entretiene inventando represalias comerciales de bisutería, éste recibe en su gallinero tundas de quienes hasta ahora habían sido sus aliados y puntales, los priístas al acecho que, por voz de su otrora salvador –de él, Felipe, y su toma de posesión militar, y de Mouriño luego del escándalo de los contratos familiares–, le plantean a Calderón que debe fajarse los pantalones tanto en el increíble ring de abdicación que montará entre el desaire de tricolores y perredistas para tratar de justificar una decisión supuestamente técnica sobre la instalación de una refinería ahora politizada por decreto (¿lucha de lodo entre gobernadores para que al final se les culpe de lo que no se pueda hacer?) como en el terreno vergonzosamente manejado por Los Pinos Húmedos del expediente Cassez y el caso Citigroup-Banamex. A propósito, y ya que el lic. F.C. anda tan emocionado con el asunto de los foros convocados para tomar decisiones difíciles: ¿por qué no someter a discusión pública, y a una forma de consulta popular, esos casos críticos (Cassez y Banamex) e incluso la aprobación o rechazo de la permanencia en el cargo de quien ya está siendo rebasado desde Washington?

Pantalones e intenciones, en una mezcla absurda que define la tragedia política actual. El fallido Napoleón de la Guerra contra el Narco se acoge a la sonrosada doctrina de lo sobrentendido, de la buena voluntad, de los propósitos nobles en cuanto a la Batalla por Banamex, como si la Constitución que juró cumplir y las leyes que está obligado a respetar se pudieran interpretar con esas consideraciones subjetivas, íntimas, discrecionales, permisivas (pero si el lobo jura que no tiene intención de comerse a las gallinas, ha de crersele al carnívoro estadunidense, faltaba más. Incluso, el propio Banamex aplaudió la interpretación hacendaria mexicana. Mejor aval no se podría tener). Y, por otro lado, el sonorense que hasta ahora ha sostenido a la administración calderónica más que el propio panismo, le lanza al supuestamente bravísimo guerrero blanquiazul el reto de que se ponga políticamente bien montado, con los pantalones bien fajados. En automática defensa de su compañero de partido, el senador Madero, que frente a Sarkozy pasó el trago amargo de ser exhibido como aspirante a censor, y que luego balbuceó y se enredó para explicar la razón de su pretensión de acallar al francés poderoso, saltó para decir que Calderón tiene muchos pantalones (en realidad, Beltrones no estableció el litigio en terrenos cuantitativos sino de firmeza y control de esas prendas). El director de la firma jurídica especializada en asuntos de elite, Litigar desde Gobernación, S.C., Fernando Gómez Mont, envió desde Washington un demoledor misil, disfrazado de boletín de prensa, para llamar al sastre sonorense priísta a que rectifique las medidas de cintura floja que arguyó en el desfile de modas de ayer: Beltrones debería, además, recuperar el debido respeto que debe regir las relaciones entre el Senado y Los Pinos.
El jueves intenso comenzó con la detención de Vicentillo, pero no el hijo de algún ex presidente que con su familia hubiera montado una estructura de saqueo del erario mediante operaciones empresariales tejidas al amparo del poder, sino el hijo de Ismael Zambada, El Mayo, uno de los capos pesados e históricos. La detención de Vicente Zambada Niebla parece una ofrenda pensada en función de agradar a los dioses transfronterizos. Ya se verá, a la luz de la reacción que tenga el temido Mayo, qué tanto fue un golpe verdadero a la estructura del cártel de Sinaloa que hasta ahora, de Fox a Calderón, ha parecido ser el gran beneficiado de las acciones gubernamentales. También de visita en tierras norteñas, Marcelo Ebrard asentó que AMLO no es el candidato natural a las elecciones de 2012 y que, nomás pasando las elecciones intermedias, el PRD debe emprender una restructuración a fondo para tener viabilidad en las presidenciales. Y, para cerrar el cuadro, PAN y PRI deleitaron a los asistentes a la convención bancaria de Acapulco con un sainete sobre las responsabilidades de cada cártel partidista respecto al crecimiento del narcotráfico. Betty Paredes y Germancillo Martínez se lanzaron acusaciones sobre protección a políticos involucrados en el negocio de las drogas, en una versión playera de El comal le dijo a la olla.

Y, mientras en Sonora el esposo Ramón Manríquez Guluarte, dirigente interino del PRD en el estado, hizo saber que su esposa Petra Ortiz Santos, diputada local con licencia, será la candidata del sol azteca a la gubernatura del estado, ¡feliz fin de semana!

Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

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