domingo, 8 de febrero de 2009

Especulación y salida de divisas devalúan el peso: analistas

Incertidumbre financiera y el deterioro en la balanza de pagos también presionan la paridad

■ La intervención directa del Banco de México logró reducir la inestabilidad en la cotización

Ataques especulativos, salida de inversiones de extranjeros en bonos del gobierno y una percepción de mayor deterioro de la economía del país y de la capacidad para cubrir los requerimientos de divisas por parte de corporativos e instituciones financieras son algunos de los factores que provocaron que en la semana que termina el peso cayera a su valor mínimo histórico frente al dólar, confirmaron analistas de los principales grupos financieros que operan en México.

El martes pasado el tipo de cambio llegó a rozar los 15 pesos por dólar para finalizar en una cotización de 14.72, el nivel más bajo registrado jamás de la moneda mexicana frente a la divisa estadunidense. Este comportamiento obligó al Banco de México a intervenir de manera directa durante el miércoles, jueves y viernes y dejar a un lado las subastas de 400 millones de dólares diarios, que ha aplicado desde octubre pasado cuando la depreciación del peso supera 2 por ciento en un solo día. La intervención directa permitió una apreciación de 2.50 por ciento durante los últimos tres días hábiles; la cotización interbancaria o de mayoreo cerró la semana en 14.32 pesos por dólar.

Rodolfo Campuzano Meza, de Invex Grupo Financiero, señaló que la intervención “escondida” por un monto indeterminado que hizo el Banco de México en el mercado cambiario logró su cometido que era reducir la elevada inestabilidad en la cotización “y romper con una cadena de especulación que algunas centrales cambiarias llevaban a cabo alrededor del mecanismo de subasta diaria”.

Por su parte, Mario Correa, de la división de Estudios Económicos y Planeación Estratégica del Grupo Financiero Scotiabank, comentó que la presión sobre el peso es consecuencia, en primer lugar, del difícil entorno financiero internacional, caracterizado por una elevada percepción del riesgo y por la renuencia de los inversionistas a generar posiciones en activos denominados en pesos. “También es posible que algunos participantes de los mercados hayan encontrado alguna forma de hacer utilidades con posiciones cambiarias especulativas, afectando el desempeño de todo el mercado”, apuntó.

A su vez, Francisco J. Gutiérrez, jefe de análisis del Grupo Financiero Scotiabank, afirmó: “Si la presión cambiaria reciente obedece estrictamente a la especulación sobre la moneda, la intervención discrecional de Banco de México en el mercado cambiario debiera lograr una mayor apreciación en un corto tiempo”.

Sin embargo, explicó, pareciera que la especulación es sólo una parte menor de la presión cambiaria, misma que obedece sobre todo a la persistente incertidumbre financiera internacional, al deterioro de los flujos de la balanza de pagos (entendida ésta como el registro de las transacciones de los residentes de un país con el resto del mundo, en el que se incluyen las exportaciones, remesas, turismo, inversión extranjera y endeudamiento), a la demanda corporativa de divisas y a la expectativa de una relajación monetaria agresiva.

Cálculos privados con base en informes oficiales estiman que los vencimientos de deuda por parte de los grandes corporativos para 2009 serán de unos 27 mil millones de dólares. Adicionalmente, las tres principales fuentes de divisas de la economía mexicana reportan decrementos sostenidos: menor captación por venta de petróleo debido a la caída en los precios del crudo y la baja en la plataforma de exportación; descenso en el ingreso de remesas familiares; y también en el número de turistas extranjeros.

El área de análisis del Grupo Financiero Santander aseveró que la depreciación del peso sufrida en las últimas semanas fue en parte resultado de la salida de recursos del mercado de dinero. Cifras del Banco de México precisan que la tenencia de valores gubernamentales en manos de extranjeros mantuvo su tendencia de baja, al pasar de 296 mil 400 millones de pesos en agosto de 2008, el mes precedente a que se agudizara la volatilidad del tipo de cambio, a 242 mil 800 millones de pesos el 27 de enero pasado, último dato disponible en los registros del Banco de México. Es decir, una salida de recursos por 48 mil 100 millones de pesos en los últimos cinco meses.

“Si la política monetaria continúa bajando las tasas de interés y la política cambiaria quiere a su vez disminuir el tipo de cambio, entonces la variable de ajuste serán las reservas internacionales”, advirtieron los especialistas.

En México, con una depreciación cambiaria de más de 40 por ciento desde octubre y una esperada de 30 por ciento en promedio para 2009, es altamente improbable que no exista un traslado hacia la inflación, dado que las importaciones representan el 28 por ciento del producto interno bruto (PIB) y que las mercancías pesan casi la mitad del índice de precios subyacente, consideró Scotiabank.

Es importante señalar que una depreciación de la moneda se produce cuando, bajo un sistema de tipo de cambio flexible, aumenta el precio de la divisa, medido por el número de unidades de moneda local por unidad de moneda extranjera. La depreciación del peso significa que vale ahora 40 por ciento menos de lo que valía en septiembre y esta devaluación tiene efectos en la inflación, costos de las empresas, menor poder adquisitivo de la población y un menor valor de la economía mexicana con respecto del dólar.

El grupo Ixe aseguró: “El complejo panorama económico ha motivado que las expectativas inflacionarias cedan y las de crecimiento empeoren”. Mientras tanto, los resultados de empleo, consumo y producción seguirán en terreno negativo en los próximos meses.

Todos estos factores llevaron a los diversos grupos financieros en México a ajustar a la baja su pronóstico de crecimiento económico al situarlo con una contracción que oscila entre menos 1.2 y menos 1.9 por ciento del PIB contra el previo de menos 0.7 por ciento. Asimismo, el debilitamiento de la actividad económica en 2009 se reflejará en una pérdida de 303 mil plazas formales, más acentuado en el sector industrial, particularmente en las industrias manufactureras.

No hay comentarios: