miércoles, 24 de septiembre de 2008

Le Llueve Tupido a Mouriño en la Cámara... y le Valió Sombrilla

De Blogotitlán :


Emblema de corrupción e impunidad, fue lo menos que diputados de diversos partidos (salvo el PAN y sus satélites) le dijeron a Juan Camilo Mouriño, secretario de Gobernación, calificándolo de "más eficaz para hacer negocios" que para atender los problemas de tranquilidad en el país, en los que es un perfecto néofito y desinteresado. Le reclamaron su nulidad en controlar a concesionarios de radio y televisión que se brincan la nueva reforma electoral, o la impunidad de gobernadores, líderes sindicales, ex secretarios de Hacienda, cuñados presidenciales y él mismo. Desdeñoso, Mouriño se concretó a agradecer las preguntas y se salió por la tangente, leyendo las mentiras que llevaba preparadas. Funesta "glosa" de un Segundo Informe de Nada.

AUDIO ENTREVISTA A NUESTRO PRESIDENTE LEGÍTIMO EN W RADIO | SDP

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Del SDP : Más del 40% de los mexicanos no tienen partido político

MÁS DEL 40% DE LOS MEXICANOS NO TIENEN PARTIDO POLÍTICO: IMO

Revela encuesta que 22.4% de los mexicanos se considera priísta, 15.9% panista, y 12.2% perredista
La mayoría de los que se inclinan por un partido no saben de qué tendencia política es ese partido

Por Víctor Hernández

Un 40.8% de los mexicanos no simpatizan ni son militantes de ningún partido político, revela la encuesta del Instituto de Mercadotecnia y Opinión (IMO) conducida durante julio de 2008. La distribución de preferencia partidista de los mexicanos se da de la siguiente manera: 22.4% se considera priísta; 15.9% se considera panista; y 12.2% se considera perredista; 40.8% no se considera ni simpatizante ni militante de ningún partido político, y apenas 1.5% se considera simpatizante o militante de otro partido (0.6% PT, 0.4% PVEM, 0.2% Convergencia, 0.2% Panal, y 0.1% otro).

Llama la atención de la distribución de las preferencias partidistas. En el noroeste del país 31.6% se considera priísta; 23.3% se considera panista; 5.7% se considera perredista y 34.3% se considera sin partido. De hecho, en todas las regiones del país los electores que se consideran sin partido son siempre mayoría, siendo la región centro-oeste del país (Colima, Estado de México, Michoacán e Hidalgo) la zona con la mayor cantidad de votantes sin partido: 56.8%.

En todas las regiones del país el PRI es el partido con más simpatizantes excepto por el centro del país, en donde el partido dominante es el PRD, con 25% de simpatizantes o afiliados. El PAN no domina en ninguna región de la República y solamente aparece en segundo lugar en dos regiones: norte y noroeste, aunque en la región norte se encuentra muy cerca del PRI con 21.5% para el blanquiazul y 22.9% para el tricolor. En el resto de las cinco zonas electorales del país el PRD aparece como segunda preferencia luego del PRI, o como preferencia dominante en el caso del centro de la República.

Pero el dato que más sobresale es el hecho de que la abrumadora mayoría de los electores con una preferencia partidista no saben cuál es la plataforma ideológica de su partido. Es decir, no saben si es de izquierda, derecha o centro. Sólo el 27% identifica a su partido con una tendencia ideológica y 73% lo ignora. O en otras palabras, votan sin saber por qué plataforma política están votando.

Por partido, 46.6% de los panistas no saben de qué tendencia es el partido por el que votan; 54.2% de los priístas no lo saben; y 39.1% de los perredistas lo ignoran, aunque en el caso de los perredistas, 33.7% identifican al Sol Azteca con la izquierda y 15.4% con la extrema izquierda. Es decir, los perredistas son los votantes que mejor saben por lo que están votando (en el caso del PAN sólo el 26.3% lo identifican con la derecha o con la extrema derecha, y 13.5% lo identifican con el centro).
Otro dato curioso es que la zona en la que menos votantes saben cuál es la plataforma electoral del partido por el que votan es la zona norte, que comprende Aguascalientes, Coahuila, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí y Zacatecas. En estos estados el 68.9% de los panistas no saben qué plataforma tiene su partido; el 79.1% de los priístas lo ignoran, y el 58.4% de los perredistas tampoco lo saben.

La metodología de la encuesta incluyó 2 mil cuestionarios con mil 607 efectivos, un nivel de confianza de 95% y un margen de error de +-3%. La encuesta se condujo cara a cara de manera aleatoria con personas mayores de 18 años o más en las distintas zonas electorales del país.

Enfrentan embates con guión

Fidel Samaniego
El Universal
Miércoles 24 de septiembre de 2008
fidel.samaniego@eluniversal.com.mx
Se los exigieron a gritos, de manera comedida, en pancartas, con enojo, con amabilidad: “¡Renuncien!”.

Les dijeron que no tienen agallas, ni capacidad. Los acusaron de ineficientes, y hasta de cómplices o de corruptos.

Pero ellos, Juan Camilo Mouriño, Eduardo Medina Mora y Genaro García Luna no se alteraron, se comportaron como los tres caballeros, lejos estuvieron de ser los tres alegres compadres, aunque alguien les gritó desde el anonimato que parecían los tres tristes tigres.

El secretario de Gobernación, el de Seguridad Pública y el procurador general de la República, en comparecencia ante el pleno de la Cámara de Diputados.

Llegaron entre el silencio, el morbo y la expectación. Se fueron sin pena ni gloria. El más fuerte aplauso de los panistas no fue para ninguno de ellos, sino a la intervención en tribuna de su compañero Cristián Castaño.

Eran tres y llegaron juntos. Temprano, García Luna y Medina Mora fueron a la oficina de Mouriño. Ahí tomaron café, platicaron. Desde Bucareli viajaron a San Lázaro en el mismo vehículo. Y como toreros partieron plaza, con el primer espada, el secretario de Gobernación al frente.

Cuando estuvieron en el estrado tuvieron que esperar mientras la asamblea decidía si tenían que protestar que hablarían con la verdad o sólo bastaba con que escucharan la advertencia al respecto. El procurador y el secretario de Seguridad Pública revisaban sus papeles. El secretario de Gobernación leía una cartulina que le mostraron Elia Hernández y María Eugenia Campos, legisladoras panistas: “Te queremos” le decían ellas, las que lo han bautizado como El Bombón de Bucareli. Mouriño tenía ante él dos hojas, una con la oración al Espíritu Santo, la otra, una carta en la que se le pide que se vaya.

Se inició por fin la comparecencia. Un nuevo formato permitía que hubiese preguntas y suponía que habría respuestas. Pero eliminado el derecho a la réplica, varias veces los legisladores se quejaron de que no les habían contestado.

Ellos, el trío, ante el alud de cuestionamientos y de ataques. César Camacho, del PRI, les dijo que ha quedado claro que no van a renunciar, lo que quiere decir que tienen voluntad. Pero quiso saber si tienen agallas. En un tono suave, el procurador le respondió que sí.

Ellos ante el escándalo. Valentina Batres les exigió que renunciaran de inmediato. El coro de los duros del perredismo interrumpió varias veces a Mouriño: “¡Renuncien, renuncien!”. En su oportunidad, Marina Arvizu, del Socialdemócrata, le pidió sinceridad, le dijo que les platicara si en algún momento a solas ha pensado en que es mejor hacerse a un lado. La respuesta, como la mayoría de las que ofreció el encargado de la política interior del país fue sin salirse del guión que llevaba, sin apartarse de lo que tenía apuntado en sus tarjetas. Sin conmoverse, sin conmover.

Inalterable también se mostró Genaro García Luna, aunque Layda Sansores lo retó con una pregunta optativa: “¿Es inepto usted o es corrupto?”, y cuestionarle: “¿Cuántas Lorenas más están con usted?”, en referencia a la mujer presuntamente implicada en el secuestro y asesinato del joven Fernando Martí. Y se fueron. Otra vez los acompañó el silencio.

La columna de hoy de Julio Hernández

Astillero
Julio Hernández López
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

■ ¿Nadie sabe, nadie supo...?

■ Vacío de poderes

■ Melón o sandía

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El procurador general de la República, Eduardo Medina Mora; el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, y el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, ayer durante su comparecencia en la Cámara de Diputados
Foto: Cristina Rodríguez



1. Los pasos dados por la administración calderónica, a más de una semana del estallido de granadas en Morelia, muestran a un puñado de funcionarios disperso, equívoco y notablemente incapaz de suministrar a la sociedad una explicación más o menos aceptable de lo que sucedió esa noche del Grito michoacano. Los altos mandos del autodenominado gobierno federal se valieron de la primera hipótesis que tuvieron a la mano y luego han ido cambiando sus versiones y miras, llegando ayer a la máxima conclusión científica e histórica, casi inefablemente papal, de que los responsables del atentado podrían haber sido melón o sandía, blanco o negro, La Familia o los Zetas, los dos bandos principales que se pelean la plaza caliente.

2. A la zaga, reducido a una condición latente, el gobierno local de coalición cardenista con el calderonismo, formalmente encabezado por Leonel Godoy, se ha sumido también en el pantano de las especulaciones, con señalamientos cada vez más insistentes de que policías estatales habrían participado en los hechos. Dominada ampliamente la entidad por el narcotráfico durante administraciones priístas, las correspondientes al sol azteca también han hecho negociaciones para contar con recursos económicos destinados a campañas electorales y, posteriormente, al relleno de ejecutivas arcas personales. Godoy ni se mueve (como tampoco lo hizo Batel Lazca) porque, diría algún genial investigador gubernamental… no se puede mover: coopelas, haciendo como que haces, o cuello, en purépecha.

3. En ese contexto, Felipe y Leonel no están gobernando ni pueden gobernar (con independencia del origen electoral fraudulento del primero y de la condición subordinada del segundo, producto de un arreglo con el calderonismo para mantener en el poder a la Otra Familia Michoacana). El ocupante de Los Pinos ya ni siquiera puede cumplir compromisos con los factores de poder que adulteraron los comicios de 2006, e incluso muchos de quienes gozaron imponiendo a un panista inviable ahora sufren, irónicamente, el autoexilio que jugaban a augurarse en caso de que se hubiera respetado el triunfo de López Obrador (recuérdese el chistecito de los juniors que querían que ganara el tabasqueño para que sus padres se los llevaran al extranjero). Hoy, más que nunca, queda claro el sentido de reformismo necesario: “Por el bien de todos, primero los pobres”.

4. Si se toma en cuenta que siguen en sus cargos Mario Marín y Ulises Ruiz (por citar casos de máximo escándalo, no porque en los demás estados no haya especímenes muy parecidos), ha de aceptarse que Leonel Godoy podrá mantenerse en la gubernatura de Michoacán. Pero todos los días surgen datos de tragicomedia que muestran grave irresponsabilidad del gobernante “de izquierda”: su jefe de seguridad pública y modelo de retratos hablados (Mario Bautista, padre del escolta del secretario de Seguridad Pública asesinado tres años atrás) estuvo a unos pasos (50 metros, ha dicho) del primer estallido y no pudo detener a nadie ni perseguir o sospechar de nadie ni mantener a salvo el escenario del crimen para los obligados trabajos criminalísticos (mejor pudo el sacerdote de Creel, en Chihuahua, a viva voz y con su pura autoridad moral, evitar durante horas que los desgarrados familiares de 13 ejecutados movieran cuerpos o alteraran detalles; tragedia esta que, por cierto, ha caído en el olvido social, pues a un hecho grave sigue otro, que es desplazado por otro, que…). Y ayer se conoció una grabación radiofónica en la que a una línea de emergencia del gobierno michoacano se anunciaba que en el desfile del 16 habría atentados contra los militares y los policías porque, a pesar de haber recibido pagos, no habían cumplido compromisos. Algunas de las frases: “El problema lo tenemos con los militares, no con los civiles”, “díganles a los de las escuelas que no se acerquen mucho a los militares ese día”, “no junten a las personas con los militares”. Pero no se hizo nada la noche del 15 ni se tenían prevenciones para el desfile del 16.

5. El vacío de poder político e informativo ha abierto el paso a insólitos nuevos gobernantes confesos, los propios cárteles acusados de narcoterrorismo. De manera audaz lo ha hecho La Familia, con todo y cercos militares, instalando narcomantas, enviando mensajes a teléfonos celulares, e incluso volanteando mediante niños de la calle. Con una credibilidad que ha de envidiar el Cártel de los Pinos, y un notable sentido ejecutivo, La Familia Michoacana negó tener responsabilidad en los sucesos del 15, anunció el inicio de una investigación (¡y convocó a los gobiernos federal, estatal y municipal a hacer las propias, pero que fueran “pertinentes y reales”!) y prometió castigo para los verdaderos responsables que, según su visión e intereses, son sus adversarios directos, los Zetas.

6. Ayer, mientras los administradores oficiales del negocio jugaban a las comparecencias ante diputados federales, con el tradicional espectáculo perredista de las pancartas y las consignas en contra, hubo voces de Internet que sin comprobación alguna de su autenticidad son adjudicadas al EPR y al cártel de Sinaloa o, más específicamente, a “gente” del Chapo Guzmán y El Mayo Zambada. En esos textos, entre las consideraciones propias de sus específicos intereses, acaban señalando al calderonismo como corresponsable de lo sucedido en Morelia.

Mientras tanto, Calderón está en Nueva York, listo para conmocionar al mundo mediante un discurso en Naciones Unidas e increíblemente programado para participar en rituales optimistas de la Bolsa de Valores de Nueva York (mejor momento no pudieron encontrar); Mouriño se manifiesta con desparpajo de presunto inocente contra la “posibilidad” de que el narco infiltre campañas y ponga candidatos (¿en 2009 o tres años atrás?); Transparencia Internacional informa que según sus cálculos México sigue igual de corrupto que hace tres años y, en el fondo, tras todas las historias, como tema central en espera de definiciones, el petróleo y los apetitos privatizadores. ¡Hasta mañana, con los maestros tomando la SEP y los inmediatos amagos represivos!

Mouriño, eficaz sólo para hacer negocios: oposición

El funcionario elude críticas y preguntas

■ Su firma en contratos con Pemex, severamente cuestionada

■ Intocados, Mario Marín, Ulises Ruiz y otros, le dicen

Fabiola Martínez, Roberto Garduño y Enrique Méndez



El secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, representa la corrupción y la impunidad, y es más eficaz en los negocios privados que en resolver los graves problemas que afectan la vida interna del país, reclamaron diputados de PRD, PRI, PT y Convergencia. Empero, el funcionario eludió críticas y preguntas.

Durante la comparecencia de Mouriño ante el pleno, el diputado priísta Carlos Armando Biebrich le preguntó desde su curul sobre la responsabilidad de Gobernación ante la aplicación de la reforma electoral, aprobada en 2007, porque, sostuvo, existen reiteradas y sistemáticas violaciones de los concesionarios de radio y televisión.

El ex gobernador de Sonora quiso saber cómo se conducirá Mouriño en este rubro, y si está consciente de cómo lo ve y lo juzga el país en su desempeño. Enseguida, remachó: “¿Sabe usted, señor secretario, que su trayectoria más se acerca a su capacidad para hacer negocios que a la conducción de la política interior del país?”

Biebrich, al igual que otros legisladores, hizo alusión a los contratos que firmó Mouriño Terrazo con Petróleos Mexicanos, en calidad de apoderado de la empresa familiar Transportes Especializados Ivancar SA, en momentos que se desempeñaba como presidente de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados y posteriormente como director general en la Subsecretaría de Política Energética y Desarrollo Tecnológico.

El 6 de marzo pasado, el titular de Gobernación aceptó haber suscrito los contratos por más de 100 millones de pesos para el traslado de hidrocarburos, y por ello fue señalado por el PRD de posible tráfico de influencias.

También desde su curul, la diputada perredista Valentina Batres le dijo que las omisiones en el segundo Informe de gobierno de Felipe Calderón son graves, especialmente porque no se hace referencia “a la gran corrupción” de personajes públicos, como los gobernadores de Puebla y de Oaxaca, Mario Marín y Ulises Ruiz, respectivamente, y tampoco de dirigentes sindicales como Elba Esther Gordillo o Carlos Romero Deschamps. Menos, señaló, de los hijos de Marta Sahagún, Manuel y Jorge Alberto Bribiesca.

Batres insistió en que se dejan de lado los casos del ex secretario de Hacienda Francisco Gil Díaz, quien habría evitado el pago de impuestos en la venta de Banamex a Citibank, así como el escándalo de Hildebrando Zavala, en su posible participación en las elecciones presidenciales de 2006.

Aseguró: “Bueno, el propio secretario de Gobernación, que firma contratos ilegales, viene ahora a responder por la política interior”.

También la diputada del Partido del Trabajo María Mercedes Maciel Ortiz hizo referencia a la desconfianza ciudadana hacia el gobierno de Calderón, especialmente porque los funcionarios están más interesados en incrementar sus fortunas particulares.

“En suma, el Estado ya no le garantiza nada al pueblo mexicano, y la esperanza de un cambio no se puede depositar en ustedes. Mientras a los gobernantes les importe más la gestión de los negocios familiares, en detrimento de la buena gestión de los asuntos públicos, no se podrán garantizar los mínimos de bienestar del pueblo”, sostuvo la petista.

En respuesta, Mouriño le dijo que escuchó con atención su postura de que el narcotráfico está fuera de control, pero no respondió nada acerca de los señalamientos sobre su participación en la firma de los contratos. Tampoco, en su oportunidad, acusó recibo de las críticas y preguntas de Valentina Batres ni de Carlos Armando Biebrich.

A este último sólo le comentó que la Secretaría de Gobernación hará uso de sus facultades para otorgarle asesoría al Instituto Federal Electoral en la administración y control de los tiempos oficiales para campañas políticas. Su respuesta, sin embargo, se vio interrumpida cinco veces por la exigencia, iniciada por el diputado perredista Emilio Ulloa, para que renunciara.