martes, 9 de diciembre de 2008

No sé si son buenas nuevas

Me explican que el raiting se mide con los televisores encendidos y que en mantenerlos apagados está el cancelarles el negocio que es lo único que cuenta para las televisoras mexicanas enemigas del pueblo. No sólo en no ver más tal o cuál programa. No. En no encender la caja idiotizante y desinformativa está el cancelarle al duopolio productor de telebasura pornográfica inculturizante su modus vivendi y por ende el obligarlas a dar información veraz y a romperse el coco para ofertar otros programas. Esto lo ha entendido tardíamente: luego de la aprobación de la Ley Televisa y la traición de los dueños de esa empresa, muy bien AMLO y por eso, entre otras cosas, es que AMLO aglutina a su alrededor al mayor Movimiento Ciudadano que en el país se haya dado.

De humanos es equivocarnos y la virtud está en reconocer los errores.

El General del Real es un experto en inteligencia efectivamente como se ha venido diciendo desde su reciente nombramiento. Pero en 1994 su principal cometido era el de los “grupos subversivos”. Y subversivos para el sistema capitalista, y más aún cuando se impone con un usurpador a la cabeza ese sistema acabado, son, además de los indígenas y los pobres, los integrantes del Movimiento Ciudadano. Y más aún cuando ni con un duopolio televisivo, haciendo esfuerzos inauditos por borrarlo del mapa, se logra empequeñecerlo ni siquiera un poquito. Y, más grave aún, para el capitalismo amenazado hoy por las consecuencias de sus criminales decisiones, cuando, con todo en contra, como el arte también enemigo del imperialismo, crece y se desarrolla como la hierba con apenas unas gotas de lluvia que son el símil de la esperanza. Esa es la mayor virtud de AMLO, el ser, pese a todo, generador de esperanza de cambio. Y sólo por esa razón el TRIFE no debió resolver a favor del chuchismo ni siquiera en el supuesto de que Jesús Ortega hubiera tenido la razón y menos aún a sabiendas de que convalidaba el fraude. Cuestión de escasa inteligencia o peor aún de búsqueda de que el país estalle, para seguir manteniendo el poder las familias mafiosas que se han apoderado de él, para poder organizar una represión generalizada y de incalculables, aunque a sabiendas de que serán brutales, consecuencias. Igual va a perder el capitalismo y lo que quiera que lo suceda acabará por llegar aquí también. Pero los ríos de sangre, que se sumarán a los que ya corren con la limpia de pobres que viene haciendo el usurpador desde su llegada, teñirán de rojo a México, quizá, para siempre.
Mientras que cada vez más ciudadanos no encienden para nada el televisor y otros muchos, económicamente más suertudos u obligados por las circunstancias, se constriñen a ver algunos de los canales que por Cable pasan. No logran su cometido los que quisieran que el Movimiento Ciudadano decreciera y de ahí que el nombramiento del General del Real enciende, digamos, una luz amarilla.
Ciertamente, hay que reconocerle, que su trabajo en inteligencia lo vincula también a las razones que el pueblo tiene ante tanto pisoteo a la dignidad y ante la monumental injusticia que caracteriza al sistema capitalista.
Y sin duda, efectivamente, es una buena noticia que tenga una cuña el impresentable cuate del usurpador: Genaro García Luna, al que hasta los narcos acusan de estar aliado con ellos. Pero el hecho mismo de no quitar a ese impresentable hace pensar que no se trata de combatir el narcotráfico la encomienda que al General del Real se le ha dado. Y de las contradictorias notas que se van dando a conocer con relación a su nombramiento. Y convertida en nuestra única certeza la mentira de la clase política. No deja de ser preocupante que no haya sido nombrado por el Secretario de la Defensa y más aún que se diga que no va a tener ninguna dependencia del Ejército Nacional. Y más extraño es el hecho cuando se le pone por debajo, por lo menos desde el punto de vista del organigrama de la dependencia a la que se le integra, de un impresentable denunciado, una y otra vez, por sus ligas con el narcotráfico.

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