viernes, 21 de noviembre de 2008

Proyecto HAARP, ¿Cambio Climático o Guerra Geofísica?

Tanto cambio climático que se vive hoy día resulta desconcertante para la generalidad de la población en el mundo. Tsunamis gigantescos, huracanes devastadores, lluvias fuera de temporada, calores extremos donde había climas templados, son algunas de las manifestaciones de la Naturaleza que muchos no alcanzan a entender.

Para los grupos ambientalistas (como Greenpeace) el origen de tal desquiciamiento está en el calentamiento global –Global Warming– detectado desde mediados del siglo pasado y propiciado por “el aumento de las concentraciones de gas invernadero antropogénico”, que propicia el cambio climático.

Para geofísicos y estudiosos, sin embargo, la causa probable más bien está ligada a experimentos en la ionosfera (capa atmosférica ionizada por la radiación solar) con propósitos militares, bajo la Iniciativa de Defensa Estratégica o “Guerra de las Galaxias” que impulsaron Ronald Reagan y George Bush, padre.

Desde 1990, la Fuerza Aérea y la Marina de Estados Unidos iniciaron un ambicioso proyecto conjunto denominado HAARP, que son las siglas de High Frequency Advanced Auroral Research Project, Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia, con el propósito declarado de “estudiar las propiedades y comportamientos de la ionosfera, con énfasis especial en su comprensión y uso para mejorar los sistemas de comunicación y vigilancia, con fines civiles y de defensa” (http://www.haarp.alaska.edu/).

Funcionando en unas instalaciones militares situadas en Gakona, Alaska, el proyecto consiste en 180 antenas que funcionan en conjunto como una sola, que emite más de 1 GW =1.000.000.000 W, es decir un billón de ondas de radio de alta frecuencia, las cuales penetran en la atmósfera inferior e interactúan con la corriente de los electrojets aureales.

¿Qué es un Electrojet Aureal?

Es un flujo de electricidad flotando sobre la Tierra, que al depositar energía en ella altera el medio, cambia la corriente y genera ondas LF (Low Frequency, Baja Frecuencia), VLF (Very Low Frequency, Muy Baja Frecuencia) y ELF (Extremely Low Frequency, Excesiva Baja Frecuencia).

El HAARP pretende acercar el electrojet a la Tierra con el fin de aprovecharlo en una gran estación generadora de radiofrecuencias. Los pulsos emitidos artificialmente estimulan la ionosfera y crean ondas que recorren enormes distancias por la atmósfera inferior y penetran en la tierra para descubrir silos o depósitos de misiles, túneles o instalaciones subterráneas de cualquier tipo (experimental, industrial, bélica o química), o para comunicarse con submarinos sumergidos a grandes profundidades (mediante la ELF), entre mucha otras aplicaciones que les interesa a la Marina y a la Fuerza Aérea estadounidenses con fines estratégicos.

Aunque el HAARP envía haces de radiofrecuencias dentro de la ionosfera, los electrojets afectan al clima global, pues algunas veces, durante alguna tormenta eléctrica, llegan a tocar la Tierra afectando las comunicaciones por cables telefónicos y eléctricos, y propiciando la interrupción del suministro eléctrico, e incluso alteraciones cerebrales en el ser humano.

¿Solución o Destrucción?

Como el HAARP actúa como un gran calentador ionosférico, el más potente del mundo, podría convertirse en la más sofisticada arma geofísica construida por el hombre.

El Proyecto HAARP parte de la idea originaria de Nikola Tesla, uno de los sabios menos conocidos de nuestra época, que pensó poder transmitir energía sin medio físico, mediante potentes ondas electromagnéticas que se pudieran reflejar en la ionosfera y alcanzar grandes distancias.

Nikola Tesla, experto en termodinámica, energía solar, rayos X y cósmicos, etc., nació en Croacia (1856) y murió en Nueva York (1943), inventó la corriente alterna y el motor de inducción electromagnética, turbinas muy eficientes, etc. Algunos le atribuyen la invención de la radio, pero su idea, según parece, se la tomaron Marconi y Edison, con quien estuvo asociado un buen tiempo.

Inventó un sistema de transmisión de energía inalámbrica y consiguió encender un conjunto de lámparas de 50 vatios a 40 km de distancia, con lo que demostró su idea de poder concentrar y transmitir energía a grandes distancias. Tesla fue un visionario y adelantado a su tiempo, ya que pronosticó la invención de la televisión, los potenciales usos de satélites y el posible uso de máquinas del tiempo, capaz de controlarlo a grandes distancias (¡y todo antes de 1910!).

Juan Ramón Jiménez de León, profesor de la UNAM con posgrados en Chicago, San Antonio y Nueva York, y miembro del organismo europeo Axis For Peace (Ejes para la Paz), revela que otra de las posibilidades del HAARP, según el gobierno de Estados Unidos, es detectar y dimensionar yacimientos minerales de todo tipo, especialmente de Rodio que se ha convertido en un mineral estratégico del más alto valor comercial, o petróleo cuyo suministro se agota a pasos agigantados para aumentar la Reserva Estratégica de Estados Unidos.

La Caja de Pandora

A su vez, para el científico Nick Begich y la periodista Jeanne Manning, el Proyecto HAARP es una “caja de Pandora”, con peores consecuencias que las pruebas nucleares, y plantean inquietantes hipótesis en su libro “Angels don’t play this harp/Advances in Tesla Technology” (Los ángeles no tocan esta arpa/Avances de la Tecnología Tesla), escrito en 1995, donde usan el término “arpa” como homónimo del proyecto militar estadounidense, para describir un nuevo tipo de armamento, más letal que todo lo conocido hasta la fecha.

En su libro (consúltese http://www.haarp.net/), ambos autores citan al investigador Paul Schaefer, ingeniero electrónico y constructor de armas nucleares, quien sostiene que la velocidad antinatural del movimiento de partículas de alta energía en la atmósfera y las bandas de radiación que rodean la Tierra, son la causa de los trastornos en el clima global.

Pese a que los boletines oficiales pretenden darle un cariz civil pacífico al desarrollo y operación de HAARP, los hallazgos de Begich y Manning insinúan que, de ponerse en marcha, dicho proyecto podría tener peores consecuencias que las pruebas nucleares.

El Proyecto HAARP forma parte del arsenal bélico de la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI) o “Guerra de las Galaxias” nacida de la paranoia ultraconservadora republicana de Ronald Reagan y George Bush, padre del actual mandatario estadounidense. Este proyecto hace posible que desde algunos puntos del comando militar de Estados Unidos, se puedan desestabilizar economías nacionales completas mediante manipulaciones y alteraciones climáticas que trastornen su generación de alimentos y su tranquilidad social.

Ello conduciría a someterlas a los dictados geopolíticos y económicos estadounidenses a cambio de alimentos, como sucedió con la Unión Soviética cuya sucesión de cosechas malogradas y el creciente descontento de su población con su dirigencia política, la hizo buscar en Estados Unidos y países occidentales la compra de granos para aliviar sus problemas. Fue el momento que Ronald Reagan y Margaret Tatcher aprovecharon para uncir a la “nomenklatura” soviética y encarrilarla hacia “el fin de la historia” pronosticado por Francis Fukuyama, con la desaparición del “comunismo” y la Guerra Fría que inició Eisenhower.

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