miércoles, 12 de noviembre de 2008

La columna de hoy de Julio Hernández

Astillero
Julio Hernández López
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

■ Pleitos íntimos

■ ¿Yunque o narco?

■ Aguas sucias del PRD

Con El Yunque hemos (aeronáuticamente) topado. Dado que la administración calderonista se siente legítimamente obligada a suministrar materia de especulación al expectante público (véase el gran esfuerzo hecho por el secretario Téllez Carlyle para instalar popularmente tesis conspiracionistas mediante el método inverso de asegurar que todo fue un accidente), ahora ha añadido a la canasta básica de las suspicacias el monigote criminal de aquella organización oscurantista.

Yunquistas serían, según las filtraciones oficiales del PAN-gobierno, los destinatarios de los enojos y despechos pronunciados el domingo recién pasado por el amigo Calderón. Los conjurados de ultraderecha habrían sostenido una intensa campaña de ataques políticos al joven secretario de Gobernación y por ello el oficiante michoacano se habría sentido en la necesidad de asestarles golpes oratorios de descargo que, a la luz de los hechos acontecidos irónicamente en las cercanías del paseo y la fuente cuyas combinaciones hablarían de la Reforma de Petróleos, parecieran apuntalar las versiones de quienes creen avistar un compló de extrema derecha tras la caída del jet de Bucareli. No sería la primera vez en que agrupaciones regidas por el fanatismo religioso o el conservadurismo ideológico optaran en México por la vía del exterminio físico para frenar lo que a su juicio serían desviaciones de sus correligionarios moderados o abusos e imposiciones de pecadores ajenos al credo de los practicantes clandestinos.

No hay, sin embargo, ninguna pista que apunte a los yunquistas como responsables de caídas recientes de aeronaves. En cambio, una constante sucesión de hechos de sangre a lo largo del país corre en abono de lo que ayer dijo el ex presidente nacional del PAN, a quien se menciona constantemente como miembro del citado Yunque, Manuel Espino, quien tranquilamente dijo que los ataques al Cid Campeador Región Cuatro no debían entenderse en el contexto de la agrupación secreta cuya existencia él mismo dice desconocer, sino de la guerra contra el narcotráfico desatada por Calderón y acompañada por Mouriño. Especialista en contradecir, desnudar y enfadar al calderonismo, Espino mencionó lo que los labios del grupo en el poder se niegan a pronunciar pero que el resto de los mexicanos tiene en el primer lugar de sus culpables favoritos: el narco, el creciente y retador poder de este país. Ausente, junto con su jefe político Fox, del acto dominical en que Calderón se lanzó contra sus propios compañeros de partido (lo menos que les recordó fue la envidia que le tenían a Juan Camilo), Espino dijo que los miembros del gabinete felipense deberían ser los primeros en atender los reproches de su jefe, haciendo a un lado hipocresías intelectuales y dejando de dividir al PAN. El actual dirigente de la Organización Demócrata Cristiana de América denunció en su momento a Mouriño por intervenir desde Los Pinos para boicotear el trabajo blanquiazul en Yucatán y por hacer arreglos subterráneos para entregar el triunfo a la priísta Ivonne. También ha asegurado tener pruebas del uso de cargos públicos federales para promover precandidaturas en el PAN y para ganar convenciones internas. En un libro reciente, ha señalado las peligrosas desviaciones que han llevado a Los Pinos a ceder importantes porciones de poder a personajes como Elba Esther Gordillo y Manlio Fabio Beltrones. Conocedor del Talón de Aquiles-Felipe, Espino también ha deslizado pasajes de arreglos con gobernadores priístas para favorecer electoralmente al candidato Calderón.

En otro flanco de fieros combates internos, el tribunal electoral federal resolverá hoy sobre la contienda entre chuchos y peje-encinistas por la dirigencia formal del cascarón llamado PRD. No hay condiciones para que alguna de las dos principales corrientes en pugna se alce con una victoria respetable, pues de ambos flancos provinieron aguas electorales sucias que finalmente ahogaron cualquier posibilidad de emerger con limpieza y confiabilidad al plano directivo. Sin embargo, los chuchos han sacado mejor raja del tramo de confusión que propició el litigio electoral que hoy llegará a su fin, pues entre otras cosas pudieron sentar en una presidencia provisional a un personaje de poca relevancia política que debido a ese poco aprecio por sí mismo ha aprovechado la oportunidad para alinearse abiertamente con el calderonismo y torpedear en la medida de sus posibilidades al lopezobradorismo, al perredismo no colaboracionista y a movimientos sociales como el que ha defendido el petróleo. Lo mejor sería que el tribunal electoral mencionado dejara sin presunto triunfador la contienda del sol azteca, pues en caso de dar la victoria al chuchismo parecería un pago por los servicios proporcionados al oficialismo.

Astillas

Un lector recomienda leer sobre la relación de afecto y poder que sostenían Alejandro y Hefestión (de no haber otra fuente, se puede consultar en Wikipedia)… César Domínguez reporta que el National Post, de Toronto, señala en una nota firmada por Diane Francis que según una de sus fuentes en México, que pidió no ser identificada, en el sitio de la caída del jet de Gobernación fueron encontrados cartuchos usados y un arma, lo que indicaría que “quizás el choque fue una misión suicida y el piloto fue asesinado”… Otro lector menciona el penar de un pueblo al paso del Cid Campeador, en este caso Valencia: “Los valencianos se quejan y no saben qué hacer, porque no pueden sacar su pan de ninguna parte. El padre no puede socorrer a su hijo ni el hijo al padre, ni el amigo puede consolar al amigo. ¡Ay, señores míos, y qué pena tan grande es no tener pan, y ver morirse de hambre a los hijos y a las mujeres!” Y, mientras Televisa responde a la exigencia de dar tribuna al movimiento que encabeza López Obrador, ¡hasta mañana, con los diputados que se presupuestan en receso!

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