lunes, 3 de noviembre de 2008

La columna de hoy de Julio Hernández

Astillero
Julio Hernández López
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

■ ¡Lástima, Margarito!

■ Casi ganaba lo nacional

■ Extranjeros y caros

■ Jaque desde dentro


La profesora Kessel ha comenzado a sensibilizar al respetable público para que no se asombre cuando el “histórico” retoque petrolero recién aprobado se materialice en más ingenieros extranjeros de sueldos elevadísimos trabajando en Pemex, en contratos más onerosos para asignar tareas especializadas a empresas particulares foráneas y en serviciales faenas de embellecimiento incentivado de la letra legal para que resulte “atractiva” al apetito de la iniciativa privada, nativa y trasnacional.

La funcionaria, cuyo nombre en alemán significa caldera, dijo a la agencia informativa Notimex (formalmente del Estado mexicano; en la práctica, del gobierno calderónico) que en el mundo no hay “los suficientes equipos de perforación” para “mantener la producción de crudo, ni los suficientes ingenieros para llevar a cabo los trabajos de exploración y explotación”, y que entre otras consecuencias negativas de esas carencias estará que sea puesta “en jaque” la operación de la Comisión Nacional de Hidrocarburos. El emplazamiento de ataque grave al Reformismo Rey (y, por extensión, a la fallida Reina Honestidad) se da en algunos de los escaques negros en que, según la muy citada columna Capitanes, del diario Reforma, publicada un día después de la “reformita petrolera”, están centrando sus estrategias “Shell, Exxon Mobil, Petrobras, Statoil Hydro y hasta Chevron”: “interpretar los esquemas contractuales que permitirán los cambios legislativos realizados la semana anterior” y estar atentos al desenvolvimiento de la mencionada comisión de hidrocarburos que entre sus facultades tendrá ni más ni menos la de decidir “sobre la asignación de bloques para la exploración y producción de hidrocarburos, el tiempo de adjudicación mediante contratos de servicios y las medidas para la asignación de incentivos económicos”. ¿Incentivos?, ¿cómo, si los héroes que nos dieron reformita juran y perjuran que no hay manera de restablecer la figura de los contratos “incentivados”? Pues la Gran Maestra Internacional, Georgina K. (anunciadora de jaques contra sus propios presuntos intereses institucionales) comentó ayer que está trabajando en el diseño de contratos que sean “atractivos para las empresas”, pero siempre de acuerdo con lo permitido por el marco legal: “Si las empresas ven un beneficio por la actividad que realizan, los contratos tendrán éxito, serán atractivos”, dijo la ajedrecista que mueve con sagacidad las piezas del contrario para que éste resulte ganador.

Lo que anuncia la secretaria de Energía hace recordar La Caravana, el programa que en el entonces Canal 13 protagonizaban Víctor Trujillo y Ausencio Cruz, en el que éste representaba a un Margarito ilusionado con ganar el premio que siempre le escamoteaba aquél, en un papel de Johnny Latino conductor de programas de concursos por televisión (en Youtube se puede buscar en “Lástima, Margarito” y “La pirinola”). Los gobiernos neoliberales han desarrollado una política de exclusión de los buenos profesionistas, empleados y trabajadores mexicanos para abrir sistemáticamente las puertas a los extranjeros y ahora su vocera en turno, la señora Caldera, se queja falsamente de que no haya suficientes ingenieros preparados para hacerse de los premios del concurso amañado que tanto celebran Felipe Latino y sus coristas pluripartidistas. Además, advierte la profesora Kessel que se tendrán que pagar sumas enormes por la contratación de maquinaria que es necesaria para desarrollar el mencionado programa de concursos que de cualquier manera acabará beneficiando a las empresas foráneas y no al esperanzado Margarito Pérez nacional, que hizo todos sus esfuerzos por ganar pero, ¡lástima!, pues no podrá llevarse nada más que míseras compensaciones, y que algunas bellas edecanes de poca ropa le conduzcan a la salida del foro glamoroso al grito alegre de “¡Lléééveenlooo al baileee!” La animadora Kessel también se permitió aguar los ínfimos optimismos de los Margaritos nacionales al advertir que “se va a tener que quitar presupuesto de la parte social” del presupuesto federal “para pagar la importación de petrolíferos”, a causa de que los legisladores “limitaron” los contratos de maquila en que podrían haber intervenido terceros y restringieron la participación de empresas privadas en transporte, distribución y almacenamiento de petrolíferos.

Otro Johnny Latino, aunque con premio Nobel, ha sido el químico Mario Molina, colaborador de campaña de Felipe Calderón que, a nombre de una comisión “independiente” que investigó el accidente de octubre de 2007 en la plataforma Usumacinta, en la Sonda Campeche, donde murieron 22 personas, dictaminó que los culpables fueron… los muertos, pues los errores humanos y ciertas imprecisiones meteorológicas y técnicas se combinaron con la mala capacitación de quienes no supieron “reaccionar en forma apropiada y segura” y no tuvieron “conocimiento de cómo actuar dentro de los botes salvavidas ni de las maniobras a realizar”. Bajo esa óptica Margarita, no hay nada que culpar ni exigir a Patricio Álvarez Murphy y su Perforadora La Central, beneficiada con varios contratos de adjudicación directa y largamente acusada de violaciones laborales, “extrema explotación de obreros” y descuidos y falta de capacitación a los trabajadores. ¡Lástima, mexicanos!

Astillas

Miguel Ángel Cruz se pregunta si en México podremos organizarnos como en España, con protestas públicas en varias ciudades el próximo 15, cuando en Washington se lleve a cabo la reunión del G-20 que pretenderá encarar la crisis económica mundial. Bajo el lema “La crisis, que la paguen ellos”, los convocantes a las manifestaciones hispanas plantean: “Durante años los empresarios se han forrado y ahora denuncian despidos, recortes salariales, cierres de empresas. Privatizan los beneficios y socializan las pérdidas. ¿Lo vamos a permitir? Claro que no”… Y, mientras Encinas trata de cerrar el paso a Ortega ante la inminencia del desenlace judicial del pleito por el PRD, con la frase de que “ni Jesús ni yo podemos conducir al partido en estas condiciones”, ¡hasta mañana, con Obama en ruta de triunfo!

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