domingo, 26 de octubre de 2008

El "Espurio", Elba Esther y Pemex, en tertulia cervantina

GUANAJUATO, Gto., 24 de octubre (apro).- La explanada de la Alhóndiga de Granaditas se convirtió en un foro político y de denuncia pública: trovadores, cantautores y conjuntos musicales utilizaron su arte para pronunciarse contra la privatización de Petróleos Mexicanos, cuestionar la política de seguridad del gobierno federal, criticar a la maestra Elba Esther Gordillo y llamar "espurio" al presidente Felipe Calderón.
Con su música y sus composiciones, el trovador, Guillermo Velázquez, los integrantes del grupo "Leones de la Sierra de Xichú", Guillermo Briseño y Jaime López cuestionaron, cada uno por su lado, la Alianza Nacional por la Seguridad y la política calderonista en la lucha contra la delincuencia organizada.
También protestaron por la excesiva seguridad que rodeó al Festival Internacional Cervantino y lanzaron pullas, en forma de "calaveras", contra la presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo y la derecha encabezada en esta entidad por el gobernador Juan Manuel Oliva.
Así, la música, el huapango arribeño, la décima y la capacidad de improvisación que Guillermo Velázquez enarbola como herencia ancestral, se tradujeron en un posicionamiento político y social, necesario en estos momentos en el panorama nacional, desde su perspectiva.
"Yo esperaba a ver a qué hora nos bajaban el swich...pero era necesario decir todo esto en este momento", comentó Briseño, en breve entrevista al término del espectáculo.
En 10 años de mantenerse de manera ininterrumpida en la programación del FIC, este ha sido el espectáculo más frontal que los "Leones de Xichú" han abordado para expresar los contrastes de la realidad guanajuatense y de la mexicana.
Su crítica al entorno represivo, su desprecio hacia las televisoras comerciales y los conductores de los noticieros "estrellas" de Televisa y TV Azteca, y la censura en la radio, son elementos a los que éste grupo ha aludido en casi todas sus presentaciones.
Sin embargo, a ellos se unió en esta ocasión el recuerdo del 2 de octubre de 1968; el clima de inseguridad y violencia y las estrategias del gobierno de Calderón como una forma de legitimarse; las sombras del tráfico de influencias y el enriquecimiento dudoso que rodean al secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, así como los recursos proselitistas y las polémicas acciones de gobierno de Oliva Ramírez.
Para muestra, la "calavera" dedicada al gobernador, a propósito del programa de becas que ofrece a familias pobres del estado, y al polémico programa de canje de placas con los colores del PAN que le aprobaron los diputados de éste partido en el Congreso local:
"Ni convence, ni conmueve
y clientelar en sus cotos,
becas a cambio de votos
es lo que Oliva promueve.
No ha pagado lo que debe
y habrá de ser al chaz-chaz;
necesita este locuaz
circular con más talento
y un urgente emplacamiento
por delante y por detrás...".
La palabra y la música se mezclaron con imágenes de actos oficiales y discursos de todos esos momentos y personajes proyectados en una pantalla sobre el escenario.
Particularmente, para Briseño, el acompañamiento en esta ocasión era necesario. "Ustedes tienen aquí de lleno a la derecha...".
El público -otras veces exaltado y siempre dispuesto a corear a los "Leones"--, esta vez se vio frenado, quizá por los grupos de policías; tal vez por los arcos detectores y las vallas que aparecieron en la Alhóndiga en esta edición del Cervantino.

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